DILEMMAS DOMINICALES

La teletonera Cuarta Transformación

El Estado mexicano es omiso a sus obligaciones y a las recomendaciones en materia de discapacidad al otorgar fondos públicos a un ente privado como Teletón, no fiscalizarlos y permitir que sólo atiendan a una parte de la población. AMLO, por lo visto, también sucumbe al amor de Teletón.

Por Emma González

«A AMLO le hace falta saber del modelo de derechos humanos de discapacidad para que «entienda» las obligaciones del Estado en esa materia».

Teletón dice que es transparente en sus donaciones. Donde no es transparente es en decir que es la única asociación civil que accede de forma directa a los recursos públicos, a través de convenios con los congresos de los estados. Los colegas periodistas Rafael Cabrera  y Priscila Hernández han escrito al respecto en medios como las revistas Eme Equis y Proceso.

El hecho de que Teletón acceda de forma directa a los recursos públicos, implica que ese recurso se deja de aplicar a programas para atender a personas con discapacidad. Dejan de darle dinero al DIF que atiende a la población en general. No sólo a la población infantil (con uno o dos «tipos de discapacidad”).

En el 2011, organismos de DDHH (no del movimiento de discapacidad donde algunas organizaciones también se benefician del Teletón y dicen defender derechos humanos) indagamos en la asignación al presupuesto público que recibe y lo llevamos ante el comité de ONU. 

La información que enviamos en el 2011 al comité de discapacidad de ONU y la comparecencia que tuvimos con en el 2014 derivaron en una recomendación al Estado mexicano en el que se le pide asuma su responsabilidad en materia de rehabilitación.

La recomendación del comité de discapacidad en la ONU, dice que el Estado mexicano asuma su responsabilidad en el tema de rehabilitación, las propuestas de López Obrador, presidente de México, proponen lo contrario porque su visión está anclada en la asistencia obsoleta y ya sabemos que odia los derechos humanos.

Al Comité le preocupa que buena parte de los recursos para la rehabilitación de las personas con discapacidad del Estado Parte sean objeto de administración en un ente privado como Teletón. Además, observa que dicha campaña promueve estereotipos de las personas con discapacidad como sujetos de caridad.

El Comité insta al Estado Parte a establecer una distinción clara entre el carácter privado de las campañas Teletón y las obligaciones que el Estado debe acometer para la rehabilitación de las personas con discapacidad. Asimismo, le recomienda desarrollar programas de toma de conciencia sobre las personas con discapacidad como titulares de derechos, (pueden ver más información al respecto: Aquí).

En el estado de Morelos, que sí asumen su responsabilidad —al menos en esa materia—, tienen su propio centro de rehabilitación donde atienden a la población en general. En Jalisco no. «Desde la administración de González Márquez, Teletón de Occidente se agencia cada año 30 millones de pesos por decreto” como lo explica la periodista Priscila Hernández en la nota La herencia de González Márquez, publicada el 31 mayo de 2014.

La recomendación del comité de discapacidad en la ONU, dice que el Estado mexicano asuma su responsabilidad en el tema de rehabilitación, las propuestas de López Obrador, presidente de México, proponen lo contrario porque su visión está anclada en la asistencia obsoleta y ya sabemos que odia los derechos humanos.

La rehabilitación es muy amplia y Teletón ha hecho creer que sólo los niños «malitos» (como los exhibe) son los únicos que la necesitan. Adultos mayores y personas afectadas por la violencia que vivimos ¿dónde creen que se rehabilitan?

En conclusión, el Estado mexicano es omiso a sus obligaciones y a las recomendaciones en materia de discapacidad al otorgar fondos públicos a un ente privado como Teletón, no fiscalizarlos y permitir que sólo atiendan a una parte de la población.

Y por si esto no fuera poco, ahora resulta que además de que Teletón accede a los recursos estatales por decreto, también lo hará a recursos federales a través de un convenio con el gobierno obradorista que «analiza» la posibilidad de realizarlo para que la niñez con discapacidad use las instalaciones del Teletón y paguen con «la beca» de 2 mil 200 pesitos bimestrales con la que sobreviven.

Ora sí que nos salió más caro el caldo que las albóndigas. Mucho se ha dicho en el movimiento atomizado, pasivo y permisivo de la discapacidad que a AMLO le hace falta saber del modelo de derechos humanos de discapacidad para que «entienda» las obligaciones del Estado en esa materia. Difiero de esa idea, derechos humanos o no, a AMLO le urge un buen economista que le haga el cálculo del recurso que por la miopía se fragmenta cada vez más, sin que eso se vea traducido en resultados.

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Emma González

Emma González . Nada más que agregar.