DANDYS Y CÍNICOS

Este semana se proyectó la quinta película de Amat Escalante en la Cineteca de la Universidad de Guadalajara, al final el director estuvo -vía zoom- para conversar con sus espectadores. La triste coyuntura que vive Guanajuato, sobre la masacre de jóvenes en Salvatierra, que no es aislada, llevó a preguntarle al respecto, sobre todo cuando ha sido un cineasta que ha abordado el tema de la violencia en sus películas de ficción, filmadas en el mismo Guanajuato, lugar donde vive este realizador reconocido en festivales de cine como el de Cannes o Venecia.

Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Ester Expósito, Amat Escalante y Bárbara Mori en Cannes.

A unos días de que este año 2023 se termine, pude ver la última película de Amat Escalante, Perdidos en la noche, el quinto filme de este cineasta nacido en España pero que vive en Guanajuato, México, y que se estrenó a finales de mayo, en la edición 76 del Festival Internacional de Cine en Cannes. La única película mexicana, por cierto, que participó en la Selección Oficial del festival francés. La proyección donde pude verla sucedió la tarde de este martes, 19 de diciembre, en la Cineteca de la Universidad de Guadalajara, luego de su estreno nacional sucedido el 14 de diciembre. Al final de la función hubo una charla vía zoom con el cineasta, la cual fue conducida por el programador de la sección documental del FICG, Rodolfo Castillo.

Perdidos en la noche es un poliédrico relato fílmico que abarca temas como la violencia que se vive en México, el caso de las personas de desaparición forzada en nuestro país, el uso de la tecnología y redes sociales en los jóvenes influencers y un elemento que fue el que llamó más mi atención que es la relación que existe entre la élite artística y la violencia en México. Pues muchas veces ser artista en nuestro país, sobre todo en las artes visuales, significa tener algunos privilegios de “clase” y un manto de impunidad, lo que puede generar que lo que pidan se les cumpla, incluso si necesitan algunos cadáveres para crear su nueva obra, ahí está la misma policía a su servicio para conseguirles lo que necesiten. Total, quién va a sospechar de un noble artista que vive con su familia al lado de un hermoso lago.

Donde todo se descuadra es cuando un joven (Juan Daniel García Treviño) que busca a su madre desaparecida por la misma policía, tras oponerse a la mineras canadienses en Guanajuato, un chico que se encuentra hospitalizado por graves quemaduras por protestar, le alcanza a dar en un papel con la dirección de la casa de esta familia, a la pregunta del joven respecto a la desaparición de su madre que evidentemente ese chico agonizante sabe y al ir al sitio acompañado por su novia, finge que va buscando trabajo, así que lo contratan y ahí es cuando todo cambia. Veremos como el artista y su esposa (Bárbara Mori) y su hijastra (Esther Expósito), de distintas maneras empiezan a involucrarse con ese chavo hasta que la pareja cae en cuenta que en realidad está ahí porque está buscando a su madre.

Al finalizar la película le pregunté a Escalante sobre todo esto y sobre la masacre de jóvenes en Salvatierra, Guanajuato, sucedida este fin de semana en una posada y que ha generado indignación y es que según el INEGI en los primeros años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador asesinaron a 50 mil 737 jóvenes de entre 15 y 29 años de edad y según la organización civil Causa Común, Guanajuato es el primer lugar en masacres, ha tenido 57 masacres, le sigue Zacatecas 43 y Guerrero 41; pregunté sobre la violencia que particularmente se vive en ese estado, en donde vive el cineasta. Me pareció que era muy oportuno hacerle una pregunta al respecto con todos estos temas. Así que comencé:

-Buenas noches, Amat, noto que esta película tiene otro tono totalmente diferente a tus otras cuatro películas, noto que eres benevolente al final, ¿qué te lleva a ser dentro de todo esto bondadoso con el personaje principal, cuando tus películas anteriores han sido totalmente lo contrario? Y en ese sentido, que hables de un artista visual, los artistas visuales de alguna manera tiene un poder por ser de una élite y eso les permite tener una especie de impunidad. Entonces, en el fondo está el tema de la violencia en el arte y tú siendo benevolente como artista, creo que hay dos cosas ahí que me gustaría que nos comentaras y la última es que nos dieras un comentario sobre el entorno que estamos viviendo actualmente, como lo sucedido en Salvatierra, pues tú que estás en Guanajuato, que lo tienes tan próximo, que tú película habla de eso, ¿pero qué pasa entre película y película cuando tienes el impacto cercano a estas situaciones que se viven de manera, sobre todo, muy enfática en Guanajuato, donde tú has vivido?

Entonces, Amat Escalante, que lo vemos en la misma pantalla de cine donde acabábamos de ver su película respondió ampliamente lo siguiente:

-Del final y eso, de los personajes, yo intento que en todas terminen bien y voy viendo -de hecho en casi todas mis películas el final que termina siendo no es el que está en el guion-, yo creo que los finales es la parte más difícil, no porque necesites tener una idea del final, sino porque simplemente es lo más forzado para mí de una película. El final es una parte de la película que no es real, como que las cosas acaban porque realmente siempre es medio complejo y me gustó mucho la idea porque tiene que ver con los jóvenes y la esperanza de tener ese final. Los jóvenes son los que más están en situaciones como las masacres, lo que hay son jóvenes entre la gran mayoría y son los que están, las víctimas o los victimarios, también, y mucho está sucediendo ahí y por eso creo que en mis películas he tratado esos temas, directamente con Heli y ésta, hasta cierto punto.

Es importante que sean jóvenes, los siento a la vez lo más realista pero al mismo tiempo lo más esperanzador de uno también, según del ángulo de donde lo veas, pero en la juventud son los que más tienen chance de hacer algo diferente y no seguir haciendo lo mismo. Esa esperanza para mí, es bonito tenerla. Dar esa oportunidad. Es una película y bueno podría pasar y se dejó suceder. En todas (las películas) he tenido, no sé si en todas final feliz, que aquí tampoco diría que es necesariamente feliz, pero pues hay un momento bonito, que estos personajes vemos nuevamente que tienen, como han tenido en otros momentos de la película, pues ese viaje en el que pasaron, tal vez, verlos juntarse al final de nuevo.

Amat Escalante vía zoom, luego de la exhibición de Perdidos en la noche. Foto: José Antonio Monterrosas Figueiras.

«De eso trata mucho la película, pues lo fácil que es ya con el poder, no sólo el dinero, que estamos en un país como racialmente divididos, que el poder puede ser nada más por la piel y lo fácil que es no ser culpable, de alguna manera en la película en general, creo que todos somos culpables de alguna forma, porque somos parte de este sistema y funcionamos dentro de él».

Amat Escalante

“De filmar aquí en Guanajuato, digo, yo creo que, como sabemos todos, en México podemos estar muy cerca de las cosas y no estar en ellas y mucho tiene que ver con la suerte, el lugar, el momento, o sea es relativo. Filmamos en Guanajuato, no teníamos ningún tipo de seguridad, en la película no había seguridad, estábamos seguros. No había un equipo de seguridad. Yo venía de filmar esta serie (Narcos) que había un equipo de seguridad de Israel, que traje muy fuerte y no podían salirse del Estado de México, sólo había tres lugares en todo México donde podían filmar y bueno, filmar en Guanajuato hubiera sido imposible, por ejemplo, pero filmamos aquí muchas semanas, fueron diez semanas de rodaje, fueron nueve porque paramos en una por temas de Covid y estábamos bastante aislados, en La Purísima Molineros, por Irapuato, y todo bien.

“Sí, en scouting si vimos cosas de repente, no ahí, pero cerca, pero pos así es México, de repente, a veces, si te toca ver cosas, es la realidad. Teníamos que pasar al lado del CERESO todos los días, una vez estaba “El Marro” (José Antonio Yépez Ortiz, el huachicolero y narcotraficante mexicano) y ése estaba aquí en la cárcel, entonces estaba dificilísimo estar por ahí. Así es. No sé, creo que hemos tenido suerte en gran parte y bueno, no sé, es complejo. Es el tema de la suerte y todo eso, pero todo bien, digo, ustedes en Guadalajara, también saben que México es un país muy bonito, puede estar todo perfectamente bien, pero si hay mala suerte, pues hay mala suerte, pero, bueno, sé que estamos bien, fue todo muy bien. Si acaso fue gente que a ver a Ester (Expósito) y a Bárbara (Mori) y estábamos muy aislados, pero aun así fueron a buscarlas, no sé cómo las encontraron, a través de una foto en Instagram. Entonces empezó a llegar la gente después de unas semanas.

“En términos de sentimiento, que creo es lo sufriríamos todos desde la percepción mental o cómo nos afecta para saber que eso está pasando y de ese lado, pues de eso hago mis películas y eso sí me afecta, que eso esté pasando, pero a las vez digo las películas su expresión sentimental, no sólo personal, sino que trato de… Así como el periodismo, que es muy importante, más importante que el cine, pero el cine muestra otros lados que me interesan. Creo que son muy importantes para el público. No sólo leer periódicos o libros, el periodismo, eso es su lado, pero también como tratar, que eso es muy difícil, pero se puede hacer más con documental y ficción, como adentrarnos a la persona y a las relaciones de estos temas y esa intimidad de estas situaciones que van a reflejar todo lo otro, porque por alguna razón así es.

«Entonces es un ejercicio que he hecho dentro de mis películas. Sí tiene un ángulo bastante político, no sé si político es la palabra pero socialmente inquietas, no sé. Tratar de explorar cosas de nuestra sociedad que es muy contrastante. Vivimos en ese drama constante, melodrama irónico, con muchas idiosincracias interesantes y muy a pesar de mucho sufrimiento y horror, pues también hay un lado que trato de reflejar de esperanza y humor, también. El humor es de lo más natural como había mencionado. Entonces por ahí mi ángulo apuesta y con estos elementos”.

Amat Escalante termina de responderme, aunque creo que no contestó lo relacionado al tema de la impunidad en la que pueden vivir, sin generalizar claro, los artistas visuales en México, pero más adelante en otra pregunta aborda este tema. Aquí va:

-Ayer, como estoy haciendo la promoción de la película, salió un encabezado en una entrevista que me hicieron en un periódico y en la cita, arriba de la entrevista, decía algo así como ‘Si tienes poder eres inocente en México’ o ‘Puedes tener el poder de ser inocente’, algo así. Ni yo me acordé que lo dije, lo vi ahí porque vi que pusieron que según esto yo lo dije, que creo que sí lo dije yo, y sí, de eso trata mucho la película, pues lo fácil que es ya con el poder, no sólo el dinero, que estamos en un país como racialmente divididos, que el poder puede ser nada más por la piel y lo fácil que es no ser culpable, de alguna manera en la película en general, creo que todos somos culpables de alguna forma, porque somos parte de este sistema y funcionamos dentro de él, por eso no me gustaba también poner a nadie que fuera demasiado malo, aunque sí podemos decir que hay malos, pero que los malos están arrepentidos de lo que hicieron ya cuando lo hacen.

O sea, entre más dinero más acceso, más consciente en teoría puedes estar, entonces puedes sufrir más, pero no quiere decir que no lo hagas y bueno en la película lo llevo a un nivel más caricaturesco, bueno, saber que este es Rigoberto (el artista visual personificado por Fernando Bonilla) y lo que hace es extremo y eso es más como una idea, que no suele ser, pero lo que hace. (…) También parte importante era como esta forma de planear algo así tan, no necesariamente frívola, pero sí como en partes, ellos sólo tiene que decir algo que desean, en parte ni siquiera pedirlo exactamente, pero por quienes son y el poder que pueden tener en este lugar, esa cosa va a pasar, con muy poco esfuerzo de ellos y eso de alguna manera era importante para mí que apareciera así. (…) Hablan de que ni ellos están conscientes de que ellos mandaron a desaparecer a gente y esa suciedad de acción, para mí es representativo de una forma que vivimos, que a veces no nos damos cuenta de ciertas cosas, digo llevado al extremo en esta película”.    

Termina la charla con Amat Escalante, pienso que esta película ya lo puso en otro sitio de cuando hacía películas con no actores que bien lo aprendió de su desbocado maestro en el cine Carlos Reygadas, pero no sólo esta historia lo puso en otro sitio en su manera de filmar sino discursivamente y eso sí es nítido y evidente.

José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.


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