MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE 77
De mordidas, cogidas y gruñidos
El perro sonrriente se miró en la pantalla dos veces, en películas donde los caninos hacen de las suyas. Éstas son la española Un amor, de Isabel Coixet y la china Blak dog, de Guan Hu. Ambas forman parte de la Muestra Internacional de Cine 77 de Cineteca Nacional.
Por Fernando Ramírez Ruiz

En la película española Un amor (España, 2023), de Isabel Coixet, un perre hermafrodite acaba con los competidores y queda como único dueño del corazón de la humana Nat.
La orgía de victimismo empieza con que Nat trabajaba en una oficina de atención a solicitantes de asilo víctimas de cualquier cantidad de cosas, pero la verdadera víctima acaba siendo ella por oír a tantas víctimas. Hasta la vemos cómo es consolada por una mujer africana que solicitaba asilo.
Incapaz de aguantar más, Nat huye y se va a vivir a un pueblo que no es más que un caserío, según dice uno de los vecinos. Ahí ella cae víctima del casero, hombre obvio, malo pero malo, grosero y violador, pero él le regala al perre Seiso al que, o a la que, ni siquiera ha vacunado porque eso sería consentirlo/a. Y Seiso está lleno/a de cicatrices en la cara y en su alma seguramente también.
La casa que el macho opresor renta está llena de goteras que obvio él no va a arreglar, pero un tal Andreas le ofrece a Nat arreglarlas a cambio de sexo. Nat se niega pero está lloviendo mucho así que acaba aceptando.
Consumado el mecánico y minimalista acto sexual Nat derrama una lágrima y entonces como que dice «de aquí soy» y empieza una relación con Andreas, como para aprovechar la oportunidad de victimizarse.
Andreas quien ha de haber sufrido mucho, pues no le interesa hablar ni nada que tenga que ver con emociones, cuenta que su ex esposa quería casa, vacaciones e hijos así que hay que imaginarse lo que sufrió con ella, pero eso no es todo, un día Nat le cuenta cómo sufría por atender víctimas y Andreas se enfurece y le grita a Nat que su madre armenia y refugiada fue más víctima que nadie, pero que no se quejó ni una vez.
Entonces Nat y Seiso se van del pueblo y el final es feliz porque se tienen une al otre y se irán muy lejos. A un pueblo en la playa seguramente ¿no?, que esos están llenos de gente según ha dicho Nat. De hecho, después de la experiencia en ese pueblo, quizá no quieran ir a otro y prefieran un lugar deshabitado. De otros humanos y otros perros.
Fernando Ramírez Ruiz
Este gigantón sensibilito es una especie de Shrek, pero de plástico o cristal del fino. Otra cosa que lo hace enfurecer es que le cuenta a Nat que va a trabajar de topógrafo y ella le dice que no sabía que supiera de topografía, así que se pone a gritar que si ella cree que sólo sabe arreglar goteras. En fin, el tipo es una herida en un mundo de jugo de limón y la relación aunque friísima acaba porque Andreas ya no puede, no lo soporta, no aguanta más.
Nat tiene otro pretendiente, un tipo que hace vitrales y es como un tipo sociable y normal así que ella lo acaba detestando. Y tiene una familia vecina, una pareja con dos hijas y buena situación económica. La casa de ellos es su casa de campo, así que los ponen como súperdesagradables, amables pero insoportables. Finalmente el/la perre muerde en la cara a una de las niñas y la manda al hospital, pero Seiso es la víctima porque, según Nat, la niña se metió a su casa.
Entonces Nat y Seiso se van del pueblo y el final es feliz porque se tienen une al otre y se irán muy lejos. A un pueblo en la playa seguramente ¿no?, que esos están llenos de gente según ha dicho Nat. De hecho, después de la experiencia en ese pueblo, quizá no quieran ir a otro y prefieran un lugar deshabitado. De otros humanos y otros perros.
Sí, el título parece referirse al amor de una mujer y su perre hermafrodite amigos, pueden ir a victimizarse y ver esta película en la 77 Muestra Internacional de Cine de la cineteca.
Black Dog es la libertad simbolizada por las manadas de perros sin dueño

Otra película perrísima que vi en la Muestra fue Black Dog (China, 2024), de Guan Hu, éste es un gran filme indie, sólo que es chino y no le pide nada al mejor cine americano o europeo. De hecho la historia sucede en un lugar, un pueblo en el desierto de Gobi que podría ser una locación desértica de Estados Unidos, con un paisaje como de película de vaqueros.
El gran tema de Black Dog es la libertad simbolizada por las manadas de perros sin dueño, que se supone hay en el pueblo de Chixia y sus alrededores desérticos y por Lang, que acaba de salir de prisión. Hay un perro especial negro y flaquísimo que las autoridades creen que tiene rabia, pero lo que le sucede a Lang después de que este perro lo muerde es que ya no quiere que encierren a los perros, pero no quiero espoilerear la película, sólo diré que el soundtrack es de Pink Floyd y la película no lo desmerece. Ahí nomás.
C

Fernando Ramírez Ruiz estudió en la prepa de La Salle, de la Ciudad de México, al lado del hijo del presidente Miguel de la Madrid y en la secu Nuevo Continente se enamoró de Lucerito, tiempo después cruzó miradas y le dijo quiúbole a Yordi Rosado en la Universidad Intercontinental, de la que desertó de la carrera en Ciencias de la Comunicación. Ha conocido a Diego Luna, fue Stand in de Sasha Sokol y el Chivo Lubezki en una película. Está escribiendo el libro de memorias: «Quiúbole con mis encuentros con los famosos» y es director de la Filmoteca A smile on a dog.







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