REPORTE CÍNICO

Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Anuncio del fallo del Premio Fil 2025.

Amin Maalouf será reconocido con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2025 el próximo 29 de noviembre, en la inauguración de la FIL de Guadalajara edición 39. Así se reveló la mañana de este lunes, 1 de septiembre, justo al mismo tiempo en que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, daba su primer informe de gobierno a las once de la mañana.

Marisol Schulz, directora de la FIL de Guadalajara, explicó a quien escribe esta nota, que es una coincidencia solamente, pues cada primer lunes del mes de septiembre se da siempre el anuncio del fallo de este importante reconocimiento literario y que por supuesto, la presidenta está invitada para venir a la FIL a la apertura donde seguro podría estrechar la mano del escritor galardonado. Falta que no sea arrogante —eso lo expreso yo— y diga que sí.

Y hablando de arrogancia Maalouf advirtió que «ninguna civilización debe sertirse arrogante frente a otras», porque todas las civilizaciones están en crisis, inclusive las más poderosas, por lo que hay que estar atento a la evolución de las civilizaciones y poner atención, sobre todo, en los avances tecnológicos que han tomado la delantera.

León el africano, es el nombre de su primera novela publicada en 1986, me recuerda al teminar la conferencia de prensa, Baltazar Domínguez, periodista cultural de Radio UNAM. Ésta es sobre el viaje y lo que representa en la cultura arabe, aunque Maalou lo lleva al tema del exilio, pues este escritor lo ha vivido en carne propia.

Baltazar que conoció en 2019, al ahora Premio FIL, cuando vino a esta misma feria, aprovechó para leerme el inicio de esta primera novela de Maaloouf, que de alguna forma funda la historia personal de un literato de grandes vuelos, quien dijo que ahora, a sus setenta años, ya no viaja tanto como cuando era joven.

Así que el primer párrafo de León el africano dice: «Hasan, hijo de Mohamed el alamín, a mí, Juan León de Médicis, circuncidado por la mano de un barbero y bautizado por la mano de un papa, me llaman hoy el Africano, pero ni de África, ni de Europa, ni de Arabia soy. Me llaman también el Granadino, el Fesí, el Zayyati, pero no procedo de ningún país, de ninguna ciudad, de ninguna tribu. Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más inesperada travesía».

Para el escritor nacido en Líbano en 1949, hombre de cabello cano que lo vemos en las pantallas del salón Cuarzo del Hotel Sheraton, que se encuentra tan solo a unas cuadras de la Expo Guadalajara, con un librero que lo acompaña a sus espaldas, hablando un fluido francés, siempre hay que tener presente esta frase: «lo peor nunca es certero». Es decir, que debemos encontrar la manera de sobrevivir este momento tan complicado para la humanidad.

Por todo esto y por ser “una de las voces más importantes de nuestro tiempo”, el jurado integrado por Alain Mabanckou, de República del Congo; Carmen Alemany, de España; Francisco Noa, de Mozambique; Jerónimo Pizarro, de Colombia; Lucía Melgar, de México; Massimo Rizzante, de Italia y Xavi Ayén, de España, decidió otorgar, por unanimidad, este reconocimiento a Amin Maalouf que en su veredicto, los especialistas indicaron que la obra del escritor franco-libanés, “tiene un lugar esencial en la literatura contemporánea porque explora con gran lucidez las fracturas y los mestizajes del mundo moderno”.


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