REVISTA LOS CÍNICOS

CINISMO / CINENSAYO

Una muestra variopinta de títulos provenientes de diversos festivales de cine del mundo

Por: Sayo Hurtado

La edición 11 de la Semana del Cine ULima no ha dejado de sorprendernos este año con una muestra variopinta de títulos provenientes del Festival de Cannes, La Biennale di Venezia, Donostia Zinemaldia – Festival de San Sebastián, Buenos Aires Festival de Cine Independiente (BAFICI) y el Festival Internacional de Cine de Morelia en México, entre otros eventos. Aquí hacemos el repaso por 5 producciones fundamentales que más nos han impresionado en esta cita que empezó el 20 de octubre y culmina el lunes 27. ¿Lo mejor? Las proyecciones son gratuitas.

NOUVELLE VAGUE (Francia/EEUU) de Richard Linklater

La corriente francesa que buscaba distanciarse del Hollywood clásico e industrial con narrativas libres e independientes, tuvo a sus primeros directores captados desde la redacción de la prestigiosa revista Cahiers du Cinema. Ya Claude Chabrol, Francois Truffaut y Alan Resnais habían hecho su debut en la pantalla grande entre 1958 y 1959, pero uno de sus críticos más agudos, Jean-Luc Godard, tenía pendiente el saltar al largometraje para honrar a esa «Nueva Ola» del cine. La película da inicio justamente en ese momento, con un Godard cuestionado y resistido por su escasa experiencia como realizador, pero -finalmente- el productor Georges de Beauregard le otorga el financiamiento para dirigir Sin aliento: https://youtu.be/iAuqDI4EAl4, confiado en que siendo un guión de Truffaut no lo podrá echar a perder. Sin embargo, el espíritu iconoclasta de Godard se manifiesta para ir más allá de lo propuesto por la «Nouvelle Vague», haciendo del set de rodaje un manifiesto brutal y virulento contra todo lo canónico. De aquella historia sobre un criminal buscavidas (Jean Paul Belmondo), enredado con una desorientada estudiante estadounidense (Jean Seberg), tenemos la recreación de un privilegiado detrás de cámaras en el que la pequeña revolución de Godard es difícil de captar al punto de dejar la impresión en el elenco y equipo de producción, que es más la pesadilla de un loco. Cortes abruptos, prescindir del sonido en vivo o tomar el guión solo como una referencia para improvisar la historia diariamente, dan cuenta de la dimensión de un genio incomprendido, pero que dentro de su supuesta locura plantea su propio método. El texano Linklater ingresa al corazón de la época con un retrato en blanco y negro que no solo reproduce desde el humor negro el ambiente de aquellos años y del que nos hace cómplices incondicionales, también llena la historia con apariciones puntuales de dignos representantes de la escena cinematográfica que van desde Roberto Rossellini y Robert Bresson hasta Jean Pierre Melville para dejarnos un retrato desfachatado, fresco y cercano para goce de los cinéfilos impenitentes y pedagógicamente invalorable para los «dummies» del cine. Como Godard tenemos a un desconocido como Guillaume Marbeck, pero que da la talla en la imagen de un director retratado superficialmente en otras ficciones como Le Redoutable (2017) de Michel Hazanavicius: https://youtu.be/KDmR7hVjoDU.

RESURRECCIÓN (China/Francia/EEUU) de Bi Gan

El cine de este director chino plantea a personajes que, en medio de sus búsquedas personales, se encuentran con espacios en los que el tiempo y la lógica se quiebran para ingresar a una dimensión onírica que exalta los sentidos. Luego de las celebradas «Kaili Blues» (2015): https://youtu.be/HrFTxFQms1s y «Largo viaje hacia la noche» (2018): https://youtu.be/_8kIL2E1w8k, esas reflexiones han madurado hasta llevar su premisa a un nivel macro que ahora tiene como objeto de búsqueda y análisis al cine en su evolución como experiencia sensorial. Resurrección es una conjunto de episodios que a través de la experiencia de un «fantasmer», una suerte de alma en pena que en un futuro es la única criatura capaz de soñar, es tomado por una mujer que le insufla un aliento de vida para hacerlo vivir experiencias que desafíen sus sentidos en episodios marcados que son un compendio de la historia del cine y en el que pueden convivir perfectamente tanto La dama de Shanghai (1947) de Orson Welles con Operación Dragon (1973) de Bruce Lee. Con un planteamiento -aparentemente inconexo- experimentamos escenarios y situaciones que nos remiten desde el expresionismo alemán y el cine negro americano hasta el encuentro con la esencia de Kubrick y los tiempos contemporáneos. Aunque hay quienes le critican el ser un tiovivo de emociones caprichoso, la intención de Bi Gan no es hacer un mosaico de imágenes gratuito, sino poner por delante la experiencia del espectador en un viaje que nos reencuentra con los géneros en retrospectiva. Fascinante y cautivadora, es uno de los mejores títulos del circuito de festivales en lo que va del año.

ROMERÍA (España/Alemania) de Carla Simón

El ascenso continuo de esta directora catalana es patente. Del intimismo de Verano 1993 (2017): https://youtu.be/YgmrMO17-tM, al entramado familiar con mirada verista de Alcarràs (2022): https://youtu.be/av7xGRiXe0M, ahora desemboca en una explosión de sus posibilidades narrativas con la crónica (con tintes muy personales) de Marina (Llúcia García), una futura cineasta que deja Barcelona para trasladarse a las costas de Vigo en busca de la familia de su fallecido padre (a quienes no conoce) y al reconocimiento como hija de éste para poder acceder a una beca universitaria. El encuentro con todos ellos, que pone de relieve no solo el contexto socio cultural y un tufillo clasista que divide a las sociedades del norte y sur de la península, no se queda únicamente en los aspectos sociológicos: la vocación de Marina por hacer de su camino un registro cámara en mano, coincide también con una búsqueda expresiva por parte de la directora y que se manifiesta en los momentos climáticos de la película, cuando la evocación del pasado «Yonqui» de sus progenitores, cuya memoria se convierte en un misterio blindado por la vergüenza y el pudor familiar, se revela a través de una epifanía en la que tanto ella como su primo Nuno (Mitch Martin) pasan a ocupar el rol de los padres ausentes en una fantasía que termina por llenar el vacío y sanar las heridas. Aunque se fue con las manos vacías de Cannes, su valor está mucho más allá de esa circunstancia.

UNA QUINTA PORTUGUESA (Portugal/España) de Avelina Prat

Cortometrajista de firme pulso y script en más de 30 películas, el debut de Avelina Prat con una fábula amable sobre inmigrantes con Vasil (2022): https://youtu.be/MPZRyL5eERM ahora da paso a una reflexión mucho mayor con el título presente, donde la historia se explaya en medio de un conflicto existencial que desemboca en un mundo en donde todo es más aparente que real. Fernando (Manolo Solo) es un profesor de geografía con una vida tranquila y apacible, hasta que su esposa Milena (Kasia Kapcia) abandona repentinamente su hogar en Barcelona y desaparece por completo. Acongojado por el hecho, Fernando sabe que su cónyuge ha regresado a su natal Serbia, pero no hace ningún esfuerzo por buscarla y se resigna al abandono. Un viaje a Portugal para recuperar la tranquilidad le abre una enigmática posibilidad cuando hace amistad con Manuel, un jardinero luso que está a punto de partir a un nuevo trabajo en una quinta en Viana do Castelo, pero ante la repentina muerte de éste, Fernando toma su identidad y se presenta al lugar para cuidar los enormes jardines propiedad de Amalia (Maria de Medeiros). Lo más destacable de este segundo largo de la Prat es como tras un debut que no pasaba de la medianía y lo convencional, ha logrado llegar a una complejidad narrativa sin excesos ni exageraciones. Su lenguaje, sobrio y con oficio, nos lleva de la mano por un universo de misterios íntimos en los que Fernando descubre que su juego de identidad no está divorciado de la perspectiva emocional o la necesidad material de muchos que -circunstancialmente- le rodean. Una historia que pudo ser repetitiva o anticipada desde la mirada comercial, muta a un mundo en el que las respuestas afloran desde el punto de vista cinematográfico. Imperdible.

DUSE (Italia/Francia) de Pietro Marcello

Las ficciones de este cineasta -a excepción de la metafórica Bella e perduta (2015)- suelen desenvolverse en el período previo y posterior a la Segunda Guerra Mundial, mostrando como los sentimientos artísticos de creación e independencia tienen un correlato con el tiempo histórico. Director osado y disruptivo, en esta oportunidad, Marcello ingresa al terreno del biopic al recrear los últimos años de la actriz teatral Eleonora Duse. Al hacerlo, el director no puede evitar caer en cierto clasicismo al mostrar la fastuosidad que rodea a la diva tanto en su vida social como en los escenarios (las referencias a Luchino Visconti, saltan a la vista), pero también busca romper la formalidad del formato al refrescar la atmósfera con tonos de sintetizadores que, lejos de romper la armonía, se adhieren a la sensación que nos deja una época de cambios como lo fue el ascenso del fascismo y del «Duce» Benito Mussolini (el juego de palabras resulta irónico). En todo caso, no deja de ser osado el abordar a un personaje en los momentos previos a su partida, ya que Eleonora Duse, ya retirada y lejos de la gloria pasada, saca a relucir su último fuego antes de extinguirse. A la par de su virtud como una actriz cerebral y metódica, ella muestra también como el arte puede ser dominante, cruel y hasta despojado de sentimientos al momento de sacarlo adelante. En ese recorrido, la película reposa sobre los hombros de una Valeria Bruni Tedeschi que compone a «Duse» en todo el fulgor de su canto de cisne.

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Gonzalo Hurtado es cinéfilo 3X con efectos especiales. Quiso ser cineasta y terminó de periodista y editor de revistas como Plus TV Magazine y colaborador de Soho Peru. Laboró en la empresa multimedial Media Networks y en el blog Al Pacine.