DANDYS Y CÍNICOS
«Qué más quisiera yo»
Por José Antonio Monterrosas Figueiras
A inicios del mes de noviembre, cuando el director de cine Guillermo del Toro vino a México para presentar su nueva película Frankenstein, en el Palacio de San Ildefonso, en la Ciudad de México, tuve la oportunidad de conversar brevemente con una de las estrellas más luminosas del firmamento nacional, con un personaje que ha sido fundamental en la vida pública de México en las últimas décadas, así como una protagonista de momentos cruciales en los ámbitos de la política y los medios de comunicación contemporáneos de nuestro país. Me refiero a Carmen Aristegui, a quien yo desde hace tiempo quería hacerle una pregunta, la cual ya ni la recordaba hasta esa noche que estabamos frente a frente por la película de, repito, Guillermo del Toro.
Era lunes, 3 de noviembre, luego de la exhibición del filme de Del Toro en el Anfiteatro Simón Bolívar, donde hubo además una charla con el público, por parte de ese sabio realizador dicharachero, que como si fuera el tío menos conservador de una familia ultracatólica de Guadalajara, tiraba algunas palabras altisonantes en los momentos más solemnes del «conversatorio» con Ted Sarandos, el Co-CEO de Netflix. El creador de historias como La forma del agua y El espinazo del diablo, iba compañado además de dos de sus actores estelares, Oscar Isaac y Jacob Elordi, quienes personificaron al Doctor Frankeinstein y a su creatura, respectivamente. Ahí, además de encontrarme al frankie-secretario de economía Marcelo Ebrad, así como al dandy cultural lentejueloso, Nicolás Álvarado, estaba entre la gente la periodista ya mencionada.
Ella estaba esperando si había posibilidad de realizarle una entrevista a Guillermo del Toro. Fue entonces que me acerqué y le pregunté si me podría dar un par de minutos para esta muy discreta revista. Aceptó y de manera muy relajada preguntó cómo se llamaba esa publicación y quien es éste que ahora les cuenta esta historia. Así sucedió:
-¿Carmen Aristegui, me podrías dar unas palabras?
-¿Para…?
-Para La Revista Los Cínicos…
-¡Aaah!, son unos cínicos, ¡hola, Revista Los Cínicos! ¿tú cómo te llamas?
-José Antonio Monterrosas Figueiras…
-José Antonio, pues un gusto conocerte en esta presentación de Frankenstein que está fantástica. ¿Cómo la viste…?
-Yo también la vi muy bien… Me pareció interesantísima
-Muy potente, muy bien lograda, Guillermo del Toro entrañable personaje, así que feliz de estar aquí.
Durante un par de minutos pudimos charlar de manera muy afable de varios temas, uno de ellos fue el asesinato a tiros de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, sucedido durante la celebración pública del Día de Muertos en ese municipio de Michoacán, el 1 de noviembre. No pudo faltar saber sobre su labor actual, acerca de como vive su labor de periodista en estos tiempos de Claudia Sheinbaum y la autollamada Cuarta Transformación; su opinión sobre la película que acabábamos de ver, obvio, y la idea del monstruo en estos tiempos violentos que vive México.
-¿Ya platicaste con Guillermo del Toro?
-Todavía no, espero que podamos hacerlo para conversar de la película y si no, bueno, pues ya la película por sí mismo habla. Sí, estamos esperando que podamos conversar con él.
-¡Qué bueno, Carmen! ¿Y cómo va todo por acá en tu labor periodística.?
-Pues complicado, nos pudimos dar este espacio para poder ver esta película fantástica, pero estamos en un momento muy difícil con mucha consternación por lo que pasó en Michoacán. Es un momento especialmente pues impactante, ¿no? Creo que ha sido un asesinato, el de Carlos Manzo, el alcalde de Uruapan, que nos ha sacudido por todas las implicaciones que tiene y veníamos de otro asesinato tan fuerte, como el de Bernardo Bravo, el líder de los limoneros en Apazingán y todo eso en estos últimos días ha sido me parece muy fuerte, porque nos ha obligado a decir: en dónde estamos parados desde hace tantos años y con tantas muertes y violencia, impunidad y todo lo que está marcado en el país. Así que éste es, más que un respiro, la posibilidad de estar con un grandioso personaje como Guillermo del Toro y coexistiendo informativamente con una presentación tan importante como ésta y con las noticias y la información de la que estamos aquí conversando contigo.
-Oye, el concepto del monstruo, por ejemplo, ¿Cómo lo piensas tú ahora?
-Bueno, qué manera de presentar a un monstruo, un monstruo adorable por momentos, un monstruo que tiene, como decía Guillermo, pues todas las facetas que podamos imaginar de alguien, ¿no? Humano, monstruo, ¿Dónde está la frontera?
Conforme el cine se iba metiendo en la amigable charla, vino a mi mente esa pregunta que hace tiempo quería hacerle a Carmen Aristegui, algo que leí en un reportaje en la Revista Replicante y que yo como periodista quería despejar. Esto fue publicado el 23 de marzo de 2015, con el nombre de: «¿Contra quién pelea Carmen Aristegui? Un acercamiento personal a la periodista». Su autor fue Rodoldo García Mateos, quien relata como la ahora directora del sitio Aristegui Noticias y conductora del noticiario matutino en Grupo Radio Centro, «había conquistado un nicho que en esos últimos años se amplió, el de la masa que cree que Televisa es la fuente de todos los males, y Peña Nieto únicamente su títere y primer actor en la telenovela del gobierno que presenta cada noche López–Dóriga», así lo señaló, García Mateos, aclarando que sin duda la labor de Carmen Aristegui es necesaria para la vida nacional.
Sin embargo, dentro de ese amplio e interesante investigación de quien ha sido periodista y crítico de cine, autor de la novela Sin alma mater, además de haber sido corresponsal y comentarista de cine en Detrás de la Noticia, con el finado Ricardo Rocha, en Radio Fórmula, y conductor de los programas radiofónicos Los Periodistas, La Ventana y Discusión abierta, y el noticiario televisivo del Canal 8 de Guadalajara, además haber sido productor general de noticiarios en Promomedios, contó una anecdota sucedida con Carmen Aristegui, la ya periodista hecha leyenda en ese 2015 y que fue que ella había actuado en un cortometraje del cineasta y ex presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográgicas (AMACC), Armando Casas. Así lo dijo:
«Existe un cortometraje, en algún rincón de la Filmoteca de la UNAM, protagonizado ni más ni menos que por una jovencísima María del Carmen Aristegui Flores, con el cabello largo, blondo y luminoso, hasta la cintura, en el que se la pasa escalando el espacio exterior con una túnica blanca, sosteniéndose y equilibrándose con meteoritos. (Aclaro que no lo he visto con mis propios ojos.).
Y aquí viene una parte importante que Materos García agregó a su análisis que creo no parece menor. Apuntó:
Para llegar adonde Aristegui ha llegado es menester creer que uno es una estrella, y no dejar de creerlo ni por un instante. Carmen, a sus diecisiete o dieciocho años, quizá creyó que sería una estrella en la actuación, error de cálculo que no tiene la menor importancia a estas alturas: de todas formas es una estrella. El problema es que el cuidado de su propia leyenda se volvió obsesivo.
El cineasta Armando Casas, con motivo de una entrevista a la que acudió con Carmen, le comentó amablemente durante una pausa que sabía de la existencia del cortometraje, por si le entusiasmaba la reminiscencia; entonces Carmen endureció el rostro, desvió la mirada y emitió un silencio tan hostil que le dejó claro el mensaje: No vuelvas a mencionarlo.
Al parecer, también los libertadores tienen secretos embarazosos».
Si bien, yo he colaborado en la Revista Replicante, he de decir que yo no conozco a Rodolfo García Mateos, y aunque me hubiera gustado profundizar con Carmen Aristegui sobre todo esto que cuenta aquí el periodista, lo que pude hacer fue, al menos, corroborar que efectivamente la periodista sí fue actriz de cine fugazmente, pero pora ahí pasó.
Siempre es interesante poder ver todos los ángulos posibles de personalidades de este peso y esta talla, ¿no? Y creo que uno de los poco abordados en Carme Aristegui, es su paso por el mundo del cine, mismo que aunque parece que fue como dijo ella «un suspiro en la vida, un accidente», este existió y parece, por lo que me dijo, que no le hubiera disgustado ir por ese camino. Y es que al final Carmen Aristegui es una figura pública con poder y presencia en medios nacionales e internacionales. Hace un par de días por ejemplo, se despidió de su espacio de entrevistas en CNN, donde duró veinte largos años.
Debo decir que así como Rodolfo, yo tampoco he tenido la oportunidad de ver ese cortometraje y por lo que explicó el periodista imagino que Carmen sale disfrazada de un angelito o digamos de un ser angelical. Así que aprovechando la ocasión, ya que estamos hablando de cine, consideré oportuno sacarme esa espinita y confirmar si así fue y saber qué pensaba al respecto y esto me respondió:
-Carmen, yo tengo que hacerte una una pregunta, que es una duda que tengo yo. ¿Tú alguna vez fuiste actriz? ¿Alguna vez pasaste por por el cine?
–No, estrictamente no.
–¿No? ¿Vestida de ángel?
–¿Vestida de ángel? No.
–En algún cortometraje.
–Jajaja, no.
–¿Alguna nota decía que tú había salido como un ángel? De Armando Casas, De la escuela de cine…
–Es verdad, es verdad. En algún momento de mi vida Armando Casas me invitó a hacer un pequeño reel. Ya no me acordaba tú, ¿es verdad? Un saludo para Armando.
-¿En qué qué tiempo fue eso? ¿Cuándo fue eso, Carmen?
-Uy, fue una cosa un suspiro en la vida.
-¿Y cómo fue ese momento pues?
-Bien, pues una pequeña línea en una película.
-¿Tú ya estabas como periodista?
-Yo creo que sí, pero hace muchos sí, no sé, 30 años, ya ni me acuerdo.
-Sí, exacto, sí, sí, sí, yo la verdad es que me interesaba mucho saber tu vínculo con el cine, pues, si en algún momento en la vida…
-No, bueno, pero fue un accidente la vida, fue una cosa muy, muy, este, accidental, así que no, no, no. No es que trascendiera, ¡qué más quisiera pero no, no, no. No es mi estilo, no es mi, mi ,mi, mayor habilidad.
-Muy bien, Carmen, pues Muchísimas gracias.
-Lo mejor para ti.
-Nos estamos viendo. Gracias, Carmen. Hasta luego.
Este fue el breve intercambio con Carmen Aristegui que le agradecí mucho. Ella fue muy amable y debía dejarla que continuara en la busqueda de la entrevista con Guillermo del Toro, pero bueno, al menos aquí sabemos ya; primero, que sí existe esa película donde Carmen Aristegui actua; y segundo, que no le hubiera parecido nada mal seguir por ese camino rumbo al estrellato cinematográfico.
Por, supuesto que esto no demerita en lo absoluto su labor como periodista, ha dado grandes batallas con varios monstruos presidenciales en México y yo no digo que sea el caso de Aristegui, porque si bien le gusta la cámara y el micrófono, el protagonismo, el histrionismo, claro está, que ha demostrado, insisto, su talante como reportera, entrevistadora y aguda crítica de la realidad. Sin embargo, este caso me recuerda a varios compañeros de la fuente cinematográfica que seguro quisieron ser actores de película y para evitar la frustación por su fracaso, terminaron siendo condutores de programas de cine o de espectáculos.
Y bueno, no es mi caso, ¡eh!, pero ahora que digo esto, yo recuerdo haber salido en un trabajo escolar como una especie de medium, leyendo la guija, al lado de mi querido amigo Octavio y el ahora productor de cine Enrique Chuck, pero bueno mi papel en este mundo es muy menor al de la ahora sobajada y despreciada por muchos morenistas, adoradores de Claudia Shienbaum y a su papi político Andrés Manuel López Obrador, obispo de La Chingada y su evangelio de la Cuarta Transformación, que antes consideraban a Carmen Aristegui la estrella más resplandeciente del periodismo en México. Aunque por otro lado era evidente su honor por estar con Obrador de la comunicadora.
Por útlimo, sería interesante saber qué piensa Armando Casas sobre todo esto, si lo veo se lo pregunto, pero si alguien nos puede pasar una copia de ese corto, su nombre y su duración, y cuánto tiempo sale Carmen Aristegui no estaría nada saberlo y mejor todavía, poder verlo para tener la película completa. Al final nadie somos modelos de una sola pieza, ya ven a Frankenstein de Guillermo del Toro, está hecho de retazos de varios cadáveres y es una buena bestia. Un saludo Carmen Aristegui y que Memo ya te invite a actuar en su próxima película.
C

José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.






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