CINISMO

Qué bonita vecindad la de Joquín del Paso

Maquinaria Panamericana, de Joaquín del Paso, es una especie de The Walking Dead mexicano mezclado con La vecindad del Chavo del Ocho decadente.

Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Maquinaria Panamericana (México, 2016), de Joaquín del Paso, es una especie de The Walking Dead mexicano mezclado con La vecindad del Chavo del Ocho pero decadente. Los empleados grises crean bandos y hay diferencias en cuanto a lo que quieren con esa empresa de maquinaria pesada al enterarse, un viernes por la mañana, que el dueño amaneció muerto en su oficina.

En esta historia no sucede nada, porque pasa todo, pues el director de la película se encarga de iluminar lo más podrido del mexicano como el tedio en una oficina que vive de la simulación.

Es además un filme simbólico, pues la muerte del jefe representa, en ese pequeño cosmos donde los empleados permanecen encerrados tras el miedo de enfrentarse al despido, la orfandad de un líder, ya que era su presencia la que les hacía creer que todavía se podía sostener una empresa, la cual estaba quebrada económicamente desde hace mucho tiempo.

Maquinaria Panamericana

La película de Joaquín del Paso estoy seguro que es un filme que nos refleja de cuerpo entero a los mexicanos, pero sin pataletas ni berrinches adolescentes, sino con el único poder que tenemos los mexicanos: la ironía. Lo errores de continuidad o de temporalidad, son incluso necesarios para entender ese mundo torpemente cómico, sucio y muy humano.

Aquí todos creen que sirven para algo y ahí está anidada la desgracia: no hay nada para nadie, sólo se oyen carcajadas llenas de ansiedad que reflejan el nivel de crisis que viven dentro de esa fábrica, donde todavía utilizan tecnología obsoleta para comunicarse (entiéndase Internet que bloquea los teléfonos o celulares que no tienen ni para mandar mensajes).

La Ópera Prima de Joaquín del Paso es un filme agrio, que nos refleja de cuerpo entero a los mexicanos, sin pataletas ni berrinches adolescentes, sino con el único poder que tenemos: la ironía. Lo errores de continuidad o de temporalidad son incluso necesarios, para entender ese mundo torpemente cómico, sucio y muy humano.

Al inicio del filme alguien recuerda que el jefazo, ahora muerto: “Era un prángana, pues era mexicano”. En esas palabras se engloba la tragicomedia que nos hace reír de zozobra o absurdo, frente a la presencia de un pobre diablo, dentro de un féretro con la bandera tricolor mexicana encima. ©

José Antonio Monterrosas Figueiras
Reportero Repicante.

José Antonio Monterrosas Figueiras es editor cínico en Los Cínicos y periodista replicante en Replicante y al revés en Revés.

@jamonterrosas