CINISMO DE DU DU DÚ, DE DA DA DÁ

Desde la presentación de los Doors en los sesentas, hasta las de Queen en Puebla en 1981, sólo un grupo de rock se presentó en México: The Police, en el World Trade Center que en ese entonces se llamaba Hotel de México. En una entrevista Jello Biafra de los Dead Kennedys, dijo que The Police tocaba en lugares como El Cairo o en el Chile de Pinochet, gracias a los contactos políticos de Miles. Y Miles de hecho ha reconocido que sí, al menos en Egipto, sí le ayudaron los contactos de su papá, que fue un agente de la CIA.

Por Fernando Ramírez Ruiz

The Police en México, en el año de 1980.

Es bien sabido que el papá de Stewart Copeland, baterista de The Police, fue un agente de la CIA. Y no cualquier agente, fue uno de los fundadores de la agencia de espionaje. Miles Copeland Jr. era considerado el «número 3» de la CIA. Se casó con una agente de contrainteligencia británica y tuvo tres hijos y una hija. Los hijos todos se dedicaron a la música. Además de Stewart, Miles III, el mayor, fue manager de Sting y The Police, también es llamado “El jefe de la policía” y fue dueño de varias compañías disqueras y hasta de la revista punk Sniffin Glue que era considerada muy hardcore, muy radical. A través de sus disqueras Miles III trabajó con grupos punk como Sex Pistols, The Cramps y Dead Kennedys. Pero también con R.E.M. y con grupos de rock progresivo o new wave. Otro de los hermanos, Ian, tenía una agencia de booking -o contrataciones- que representó a cientos de grupos y solistas, desde The Cure o Madonna pasando por Ministry. Esa agencia se llamaba F.B.I.

A Miles Copeland III, el departamento de defensa de Estados Unidos, El Pentágono, le pidió organizar un grupo musical en Irak después de la invasión americana. Y puede ser que gracias a la CIA, o digamos, a los contactos de su padre, se haya llevado a cabo el único concierto de rock de un grupo internacional en México en una época en que no había conciertos de rock en el país. Desde la presentación de los Doors en los sesentas, hasta las de Queen en Puebla en 1981, sólo un grupo de rock se presentó en México: The Police, el 15 de noviembre de 1980, en el World Trade Center que en ese entonces se llamaba Hotel de México. En una entrevista, Jello Biafra de los Dead Kennedys dijo que The Police tocaba en lugares como El Cairo o en el Chile de Pinochet, gracias a los contactos políticos de Miles. Y Miles de hecho ha reconocido que sí, al menos en Egipto, sí le ayudaron los contactos de su papá.

Festival Avándaro, llevado a cabo el 11 y 12 de septiembre de 1971, en Tenantongo, Estado de México.

Y tocar en México en ese entonces debía ser al menos igual de difícil. Muchos creen que el rock en México quedó con una prohibición de facto después de la matanza de Tlatelolco de 1968. Pero no es así, en realidad esos estudiantes del 68 oían cosas como la nueva trova cubana. Sólo fue hasta después del concierto de Avándaro, de 1971, que el entonces presidente Luis Echeverría, quien tenía menos de un año de su mandato, se apanicó con el rock. Un incidente mínimo, intrascendente al parecer, fue la bomba molotov que le estalló al presidente en la cara: Una estación de radio estaba transmitiendo desde Avándaro y alguien de la multitud gritó que Echevarría chingara a su madre. El locutor que tuvo la mala suerte de estar al aire en ese momento no volvió a trabajar en radio en su vida. Y el rock se quedó sin espacios.

The Police, sin embargo, sí pudo tocar. En una ocasión les preguntaron si recordaban algún concierto por peculiar y Stewart Copeland recordó ese concierto. Y no es para menos. Además de lo del incidente con el Sindicato de Músicos, el Hotel de México estaba a medio construir, podría decirse que en obra negra aún. Y además el concierto, probablemente para darle un toque de respetabilidad y que no lo prohibieran, fue organizado como cena de gala, pero era rock en México, en el primer año de la década de los ochenta del siglo pasado.

Fernando Ramírez Ruiz

Cuentan que en ese entonces la policía agarraba a gente en la calle por el simple hecho de tener el pelo largo. Echeverría sí era un campeón de la represión, no sólo estuvo detrás de las matanzas de Tlatelolco del 68, cuando era presidente Gustavo Díaz Ordaz y él era secretario de gobernación, y la de los halcones del 71, cuando ya era primer mandatario. El tipo vomitaba bilis contra los jóvenes, en un informe acusó a las nuevas generaciones de practicar la homosexualidad, masculina y femenina, y de ser de lento aprendizaje, o sea, retrasados. En su último año 1976, combatió a las guerrillas que surgieron en Guerrero con tácticas copiadas de la guerra de Vietnam. Por cierto, justo en ese año el joven AMLO entró al PRI y sigue siendo amigote de otros destacados echeverristas como Manuel Bartlett y Gertz Manero, éste último estuvo a cargo del combate a las drogas durante ese gobierno.

Size el grupo que abriría el concierto de The Police en México.

Pero regresemos a la música. El grupo abridor de la policía iba a ser el grupo mexicano Size pero gente del Sindicato de Músicos los bajó a punta de madrazos del escenario. Una versión es que Size usaba sintetizadores y eso según los del sindicato les quitaba trabajo a los músicos. Y no suena descabellado, el Sindicato de Músicos era liderado por un sujeto llamado Venus Rey, de aspecto gansteril, que le cobraba a Televisa y a quien sabe cuántos más cuotas por usar música grabada pues eso desplazaba a los músicos en vivo.

The Police, sin embargo, sí pudo tocar. En una ocasión les preguntaron si recordaban algún concierto por peculiar y Stewart Copeland recordó ese concierto. Y no es para menos. Además de lo del incidente con el Sindicato de Músicos, el Hotel de México estaba a medio construir, podría decirse que en obra negra aún. Y además el concierto, probablemente para darle un toque de respetabilidad y que no lo prohibieran, fue organizado como cena de gala, pero era rock en México, en el primer año de la década de los ochenta del siglo pasado, así que hubo portazo, caos, golpes, junto a meseros de smoking y todo en un edificio semiabandonado y fantasmal.

Pero el poder de la CIA no es poco. Miles III ha contado que muchos de los músicos con los que trabajó sospechaban que era un agente de la CIA. Hay digamos cosas bastante sospechosas, nada concluyente,  y si era de la CIA no lo iba a decir, claro. Quizá el dato más bizarro es que Miles III fue manager del actor Steven Seagal cuando este quiso lanzarse como músico. Y Seagal ha dicho que trabajó para la CIA, pero él puede decir misa claro está. Sólo que sí se sabe que trabajó para la mafia de Nueva York. Tanto así que testificó contra John Gotti, el capo italiano de la mafia neoyorkina. Y eso no es cualquier cosa. Testificar contra un jefe de la mafia puede ser muy riesgoso para la salud, así seas un duro de matar como Steven Seagal. Y se sabe que la CIA y la mafia trabajan juntas -o han trabajado juntas.

¿Pero qué clase de contactos de la CIA podrían ser de utilidad en México? Pues el presidente y luego ex presidente Luis Echeverría, que según documentos desclasificados de la agencia trabajaba para ellos. Su clave era LITEMPO 8. Solo agregar que los conciertos no se volvieron una cosa normal hasta mucho después, en 1990, le antecede los conciertos de Rod Stewart, en abril de 1989, por ejemplo, quien dio recitales en Monterrey, Querétaro y Guadalajara.     

Fernando Ramírez Ruiz estudió en la prepa de La Salle, de la Ciudad de México, al lado del hijo del presidente Miguel de la Madrid y en la secu Nuevo Continente se enamoró de Lucerito, tiempo después cruzó miradas y le dijo quiúbole a Yordi Rosado en la Universidad Intercontinental, de la que desertó de la carrera en Ciencias de la Comunicación. Ha conocido a Diego Luna, fue Stand in de Sasha Sokol y el Chivo Lubezki en una película. Está escribiendo el libro de memorias: «Quiúbole con mis encuentros con los famosos».


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