DANDYS Y CÍNICOS
Colosio 30 años después
Ha pasado el tiempo, son 30 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio. La ley de la pistola sigue vigente en México, de noviembre de 2023 -inicio de las precampañas- al 6 de marzo han sido asesinados 28 políticos en México, sin contar los candidatos a lo largo y ancho del país que se han bajado por amenazas del crimen organizado. Es la Ley de Herodes, que no la tiene ni el cineasta Luis Estrada. ¡Qué viva México!
Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Hace 30 años mataron a Colosio, el candidato del PRI a la presidencia de la República del periodo 1994-2000. Las noticias en ese tiempo nos llegaban desde la radio, la televisión y, por último, al día siguiente, por los periódicos en papel. No existían las benditas redes sociales, ¿Internet? ¿Celulares? Era Televisa o la naciente TV Azteca.
La tarde del 23 de marzo de 1994, nos enteramos de este acontecimiento que nos marcó a los mexicanos. Y no es frase construida, yo tenía la edad de 15 años y estaba de regreso a la Ciudad de México, mi infancia y adolescencia la viví en Chihuahua y luego en Guadalajara, pero yo nací en esa vibrante y caótica ciudad, y aunque vivíamos pensando que nunca se iría el Partido Revolucionario Institucional de la presidencia de México, el saber que el final de su candidato fuera con dos balazos, uno en la cabeza y otro en el cuerpo, nos generó un estado de zozobra y de tristeza. Mi hermano, por ejemplo, recuerdo que lloró al enterarse de que finalmente Luis Donaldo Colosio había fallecido producto de esos disparos, esto dicho por Jacobo Zabludovsky desde el canal dos de Televisa.
1994 fue un año donde algo se rompió para una sociedad harta del PRI. Lo iniciamos el 1 de enero oyendo en las noticias, muy temprano, el levantamiento del EZLN, lo terminamos con el anuncio del despertar nocturno del Popocatépetl ese diciembre. “1994: El año que pasó todo”, dice la cabeza de una nota del periódico El País, 30 años después.

Apunta la periodista Carmen Morán Breña: “Ningún año se explica sin los anteriores ni los siguientes, pero el de 1994 quiso concentrarlo todo por la vía rápida. O como dijo el escritor Carlos Monsiváis, “queríamos que se cayera el sistema, pero no sobre nuestras cabezas”. De aquel fuego, como el del gigantesco volcán que preside el centro del país, todavía se sienten luces y cenizas. El magnicidio de Colosio y el de su colega de partido siguen envueltos en misterio; el movimiento zapatista mantiene en vigor su ideario y proclamas, pero con menos ruido; un nuevo tratado comercial ha renovado el antiguo y promete, otra vez, prosperidad económica; el Partido Revolucionario Institucional (PRI) está en graves vías de desaparición que se desvelarán en las elecciones presidenciales y locales de junio, pero las formas caciquiles que parecieron agrietarse entonces se resisten a desaparecer. Hoy, cuando aún se lamenta la muerte de Colosio, la población se ha acostumbrado a candidatos asesinados por todas partes”.
Vinieron años convulsos, intensos y definitorios para México; la primera elección para el todavía Distrito Federal, en 1997, con la victoria de Cuauhtémoc Cárdenas, el candidato por parte del Partido de la Revolución Democrática; luego vino la derrota del PRI, finalmente se iba del poder y con ello el triunfo de Vicente Fox para la presidencia, el partido de derecha destronaba al partido tricolor; luego la llegada de Andrés Manuel López Obrador como jefe de gobierno de la gran Tenochtitlán ese mismo año 2000, por parte del partido de izquierda (los primos hermanos del PRI).
Desde ese tiempo se ha dicho que el principio del fin del PRI había comenzado y de manera trágica, pero han pasado tres décadas y ese partido sigue aquí, ahora aliado con el PAN y PRD. La realidad es que parece que el verdadero PRI transmutó en el Movimiento de Regeneración Nacional encabezado por el ex priista Andrés Manuel López Obrador, ahora presidente de México.
José Antonio Monterrosas Figueiras
Te chingas o te jodes

Ha pasado el tiempo, inexorable como es, son 30 años del magnicidio de Luis Donaldo Colosio, la ley de la pistola sigue vigente en México, de noviembre de 2023 —inicio de las precampañas— al 6 de marzo, han sido asesinados 28 candidatos y políticos en México -sin contar los que se han bajado por ser amenazados por el crimen organizado- esto de acuerdo con un conteo realizado por El Financiero.
Es esa ley de Herodes que contó Luis Estrada en su película con ese nombre, retomado del refrán mexicano que dice: «¡Te tocó la ley de Herodes: o te chingas o te jodes!», es decir, que debes hacer algo que no quieres, pero te obligan a hacerlo, y lo debes hacer por tu propio bien, sino ya sabes, te toca fierro, entierro o destierro.
Originalmente esa película sería entonces llamada La ley y la pistola y fue con la que inició Estrada esta quinteta de películas sobre los últimos sexenios presidenciales. Por cierto, otro momento de reinicio para el cine mexicano esa época, pues esa película nació en 1999, vino con el estreno en el año 2000 de Amorres Perros, de Alejandro González Iñárritu. Por un lado, estaba el relato a partir de una película de humor negro que resumía los 70 años del PRI; por el otro, la historia de amor en la Ciudad de México impactada por un accidente automovilístico.
Hoy sorprende ver las imágenes de la oficina del sonorense en las instalaciones del PRI 30 años después de su asesinato, las cuales según una nota de El País, están igual que como las dejó el candidato a la presidencia de la República ese 23 de marzo de 1994, cuando fue a caer a esa trampa llamada Lomas Taurinas, en Tijuana.

Desde ese tiempo se ha dicho que el principio del fin del PRI había comenzado y de manera trágica, pero han pasado tres décadas y ese partido sigue aquí, ahora aliado con el PAN y PRD. La realidad es que parece que el verdadero PRI transmutó en el Movimiento de Regeneración Nacional encabezado por el ex priista Andrés Manuel López Obrador, ahora presidente de nuestro país.
“México el día de hoy -dijo el regente de Monterrey, Nuevo León, Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el 23 de marzo, en un encuentro con los medios- sigue con hambre y con sed de justicia, eso no se ha acabado. Realmente lo que él quería y lo que él buscaba era impulsar una lucha para poder hacer justicia social, para poder generar condiciones de desarrollo económico y social”. Pide además indulto para Mario Aburto, quien apretó el gatillo de la pistola que mató a su padre ese fatídico día de marzo.
Este arroz -verde olivo- ya se coció

Este año tendremos en el poder, de no pasar algo extraordinario, a la primera presidenta de México, sin embargo el país se encuentra en un momento donde parece que estamos volviendo a los tiempos del PRI, ese PRI que todo podía hacer y tener el siglo pasado, donde la oposición era minimizada y sometida a las decisiones del partido hegemónico. No estamos lejos de ese panorama.
Por eso es de llamar la atención leer a inicios de esta semana, al analista político Jesús Silva Herzog- Márquez en el periódico Reforma, dos días después el aniversario luctuoso 30 del asesinato de Colosio. Expresa que este arroz ya se coció, se refiere a la elección presidencial de este 2024, parece que el poder desbocado que se le ha dado a los militares en México será quien tome la última decisión de quien sea la próxima presidenta y se llama Claudia Sheinbaum Pardo, porque ha agachado la cabeza frente a ellos y sino es así, ya saben. Aquí pongo parte de lo que dice el politólogo en esa inquietante columna:
«La militarización tendrá impactos históricos que no somos capaces aún de vislumbrar. Hoy tenemos militares opinando de la política electoral, a cargo de proyectos multimillonarios, dedicados no solamente a la seguridad pública sino a un cúmulo de labores que desempeñan con enorme riesgo para las propias corporaciones. El gobierno ha abierto una nueva ala en la administración pública federal. Se trata de la administración pública militarizada dedicada a atender todo cuanto la Presidencia les encomiende, con toda la protección de la opacidad castrense.
La candidata del régimen ha hecho suyo el discurso de que el gran enemigo del país es el Poder Judicial. Más allá de lo que suceda con el siniestro plan C, el daño que se le ha hecho al Poder Judicial es inmenso. La Suprema Corte ha quedado apunto de ser desactivada como protectora de la Constitución y entregarse de lleno a ser parapeto del gobierno.

Hace poco pensaba que el lopezobradorismo podría ser un episodio, un paréntesis en la historia ascendente del pluralismo mexicano. Tras la fiebre de un sexenio, vendría un proceso de normalización. No lo creo ya. El populismo se ha consolidado como régimen. No es un estilo, no es un relato. Ha dejado de ser expresión del personalismo para ser la lógica de un nuevo orden político. El nuevo régimen tiene una nueva base de legitimidad, una estructura de respaldos sociales, una red de sustento económico y sus propias reglas. Ese arroz ya se coció».
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José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.







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