DANDYS Y CÍNICOS
¿Y las tediosas selfies?
No sé si Enriquez o Blum tengan algún cuento al respecto, pero si no es así… ¡Deberían escribirlo y filmarlo Guillermo del Toro! ¿Soñará Mariana Enriquez autografiando libros a una fila eterna de fanáticas?, me pregunto. Eso sí que sería el horror de la realidad, como titularon esa charla que me trae aquí a hablar de esta noble actividad.
Por José Antonio Monterrosas Figueiras
Entorno al Día Mundial del Libro, que se celebró el martes, 23 de abril, la escritora argentina Mariana Enriquez estuvo de visita por Ciudad de México y Guadalajara. Fue en el monumental patio del edificio Arroniz, sitio donde se encuentra la Secretaría de Cultura de Jalisco, en el que la autora de Las cosas que perdimos en el fuego y varios libros más dedicados al terror en todas sus variantes, acompañada de la escritora Liliana Blum y Bernardo Esquinca, conversaron sobre “El terror de la realidad”.

Escuché que reflexionaban sobre las implicaciones de ser mujeres de cincuenta años y de aquellos secretos que se revelan a esa edad, de la literatura de terror y perturbación que ellas tanto escriben y gusta mucho. Les hubiera preguntado si preferían contar historias de mujeres arriba del medio siglo de vida o de aquellas jóvenes de veinte años que ellas ya fueron. También qué piensan de películas como Barbie o Poor things, sobre todo advirtiendo Enriquez, como descalificando y con justa razón, que a las mujeres jóvenes las suelen infantilizar o sexualizar en la literatura. Lamentablemente no hubo tiempo ni para un autógrafo con ellas.
Y sé de buena fuente, que Enriquez no quería firmar libros. Esto fue lo que contesté a una amiga lectora en Facebook cuando me preguntó que si me había gustado la charla de Mariana Enriquez, Liliana Blum y Bernardo Esquinca, luego de compartir una foto del evento.
Al rato recibí un comentario, precisamente de Liliana Blum, que me pareció una generosidad de su parte y aquí se los comparto. Expresa la escritora que ha abordado temas verdaderamente terroríficos como la pedofilia: “Debo decir esto en honor a la verdad… A veces no vemos qué sucede tras bambalinas. Mariana lleva casi un mes de tour, de ciudad en ciudad. Ayer (23 de abril) firmó 100 libros, y fueron dos horas».
Luego Blum contó su propia experiencia con esto de la plúmbea labor de rubricar sus libros y defender, esos sí, suave, a Enriquez: «Yo firmé menos porque la semana pasada estuve en Guadalajara en otro evento. Pero Mariana sí firmó dos horas y al día siguiente tenía que estar a las 7 am en el aeropuerto para irse a CDMX y luego a Montreal. Si hubiera firmado a las 400 personas que vinieron (a la firma de) un libro hubiera terminado a las 3 am. Ella es súper linda y amable con sus lectores pero humanamente no puede firmar todo. Las restricciones la pone su editorial para cuidar a su autora». Finalmente, suplica, con toda razón, para defender no a la rockstar de la literatura, sino a Mariana, su amiga: «Por favor, no se hagan una mala imagen de ella porque es un ser humano maravilloso, cálido, buenísima persona”.

Entonces le dije a la autora de libros como El monstruo pentápodo que lo que le decía era real, que Mariana Enriquez no quería firmar libros y que no es hacerle mala fama, es lo que es. “Al final lo hizo porque se debe a sus lectoras, porque Mariana Enriquez es un escritora que tiene muchas seguidoras, que irán tras ella, para bien y para mal, a donde ella esté.
José Antonio Monterrosas Figueiras
No pude entrevistar a Mariana Enriquez, quién va a poder si quedaron fuera 200 seguidoras para que inmortalizara al menos su nombre en uno de sus obras. Ojalá, ojalá, haya alguna oportunidad pronto.
Tampoco conversé con Liliana Blum, pero la maldita maravilla de las redes sociales, permitió que ella opinara en un tema que no me parece una trivialidad, porque además la firma de libros es una actividad que parece de otro tiempo y todavía existe.
Entonces le dije a la autora de libros como El monstruo pentápodo que lo que le decía era real, que Mariana Enriquez no quería firmar libros y que no es hacerle mala fama, es lo que es. “Al final lo hizo porque se debe a sus lectoras, porque Mariana Enriquez es un escritora que tiene muchas seguidoras, que irán tras ella, para bien y para mal, a donde ella esté. Supongo que es un gran halago que un lector quiera un autógrafo tuyo, supongo que también puede llegar a ser una pesadilla, que ustedes lo saben y lo saben muy bien”.
Liliana Blum de manera transparente confesó: “yo estuve con ella todo el tiempo y por eso sé que ella sí quería firmar, pero con un límite. Y es un gran honor y halago que alguien nos lea y además quiera firmar y tomarse foto. Y quienes obtuvieron firma de Mariana charlaron con ella y darán fe que lo hizo de mil amores y con una sonrisa y una gran paciencia”.
Al menos esto me hizo recordar la vez que escribí una nota publicada en la revista Replicante, por allá de marzo de 2015, titulada «La hecatombe de Guillermo del Toro», pues como dije ahí: “El día de Guillermo del Toro en Guadalajara fue el pasado lunes 9 de marzo (de 2015). Pareciera que sus palabras de que una hecatombe nos va llevar a todos “a la chingada” se puede cumplir, pues el clima habitualmente cálido de esta ciudad se volvió a frío y lluvioso poco después de pararse frente a sus fanáticos —incluidos muchos periodistas que clamaban por un autógrafo del cineasta; uno que pedía estrechar su mano—”.

No sé si Enriquez o Blum tengan algún cuento al respecto, pero si no es así… ¡Deberían escribirlo y filmarlo Guillermo del Toro! ¿Soñará Mariana Enriquez autografiando libros a una fila eterna de fanáticas?, me pregunto. Eso sí que sería el horror de la realidad, como titularon esa charla que me trae aquí a hablar de esta noble actividad.
Recuerdo que Guillermo del Toro pasó días en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, autografiando libros, películas, pósters, fotos y hasta peluches de sí mismo, ¡Qué pesadilla Deltoriana, y eso que en aquel tiempo apenas empezaba a ser popular hacerse una selfie, que supongo que esa sí que ha de ser horror nivel Dios. Perdónalas Mariana Enriquez, Liliana Blum, no saben lo que hacen. Tengan piedad.
C

José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.







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