DANDYS Y CÍNICOS
El resistente placer de desmontar -o desmadrar-películas
Apenas hace diez años, recuerdo que le pregunté a Jorge Ayala Blanco si el Abecedario del cine mexicano no era una pelea contra el tiempo y el maestro, con un brillo en los ojos y sin dudarlo, me respondió que no, que todo lo contrario, que «es un placer hacer la crítica».
Por José Antonio Monterrosas Figueiras
Este mes de junio de 2024, llegó a librerías otro volumen -no tan voluminoso- del historiador, profesor y uno de los críticos de cine más lúdicos de México, Jorge Ayala Blanco.
La última vez que vi al maestro fue en Cineteca Nacional a finales de 2021, cuando «gruñiamos con la mirada» por el cubrebocas y un año después pensé encontrármelo en el Festival Internacional de Cine del Bajío a finales de noviembre, realizado en Guanajuato Capital, pero todo fue virtual, pues Ayala Blanco no asistió pare presentar el libro dedicado a la «Q» del cine mexicano.
La resilencia del cine mexicano, que está editado por la ahora Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC), es la decimonovena entrega del célebre Abecedario del Cine Mexicano, precedida de La aventura / búsqueda / condición / disolvencia / eficacia / fugacidad / grandeza / herética/ ilusión / justeza / khátarsis / lucidez / madurez / novedad / ñerez / orgánica / potencia / querencia del cine mexicano. Éste último. por cierto, presentado el 1 de septiembre de 2022, mientras Andrés Manuel López Obrador entregaba su cuarto mamotreto con el informe presidencial.
En la Resiliencia con portada color naranja «Movimiento Ciudadano» y con la imagen de la actriz Arcelia Ramírez, se puede leer -in extenso- ensayos críticos sobre las películas producidas entre 2017 y 2021, que muchas de ellas fueron vistas en plataformas digitales y otras exhibidas de manera presencial durante el parcial confinamiento en el segundo año de la pandemia.
Como ha dicho el mismo Ayala Blanco: «la pandemia por covid-19 ha colocado a la resiliencia en el puesto de mando de la libertad interior y ha elevado la resiliencia audiovisual como el nuevo innegable paradigma de la comunicación, y por ende, este volumen desea responder con lucidez e imparcialidad ecuánime a ese fenómeno, aunque siempre atendiendo y confrontando las exigencias de una comunidad creativa de cineastas».
Como ha dicho el mismo Ayala Blanco: «la pandemia por covid-19 ha colocado a la resiliencia en el puesto de mando de la libertad interior y ha elevado la resiliencia audiovisual como el nuevo innegable paradigma de la comunicación, y por ende, este volumen desea responder con lucidez e imparcialidad ecuánime a ese fenómeno, aunque siempre atendiendo y confrontando las exigencias de una comunidad creativa de cineastas».
La resiliencia del cine mexicano está dividida como los libros pasados del Abecedario; va de los veteranos —cineastas con al menos tres largometrajes—, realizadores de segunda obra, los de ópera prima, documentalistas, cortometrajistas y mujeres cineastas.
Es importante decir que este es el tercer tomo de lo que Ayala ha llamado «el pentateuco cinepandémico», que son «esos cinco libros (que) son rollos sagrados, por eso me atrevo a emplear el término griego y rinden cuenta realmente de lo que vimos y cómo nos vimos durante la crisis sanitaria». (La Jorjanda, «Con o sin fideicomisos, el cine nacional goza de buena salud en términos creativos: Ayala Blanco», Sergrio Raúl López, 28 de agosto de 2022).
Apenas hace diez años, recuerdo que le pregunté a Jorge Ayala Blanco si el Abecedario del cine mexicano no era una pelea contra el tiempo y el maestro, con un brillo en los ojos y sin dudarlo, me respondió que no, que todo lo contrario, que «es un placer hacer la crítica».
Nos queda esperar saber cuándo será la presentación de este libro que, por periodo vacacional en la UNAM que hoy comienza, es muy probable que tenga que esperar un par de meses para eso, que además como dice la canción, seguramente será en el mismo lugar y con la misma gente -ah y con los mismos resistentes y resilientes críticos de cine-.
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José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.
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