CINISMO DUDEÍSTA
Vagando por una película extrañamente de culto
No deja de ser algo extraño que El Gran Lebowski, dirigida por los hermanos Joel y Ethan Coen, se haya convertido en una película de culto como si fuera una Star Wars de los buenos para nada. Los fans de El Gran Lebowski, que en el 2023 cumplió 25 años de haberse estrenado, hacen convenciones para reunirse. Se dicen uno a otro: «the Dude abides», que viene siendo en español algo así como: «el wey permanece», como si fuera una frase de Yoda.
Por Fernando Ramírez Ruiz

No deja de ser algo extraño que El Gran Lebowski (EUA, 1998), dirigida por los hermanos Joel y Ethan Coen, se haya convertido en una película de culto como si fuera una Star Wars de los buenos para nada. Los fans de El Gran Lebowski, que en el 2023 cumplió 25 años de haberse estrenado, hacen convenciones para reunirse y se dicen uno a otro: «the Dude abides», que viene siendo en español algo así como: «el wey permanece», como si fuera una frase de Yoda. Hasta han creado la iglesia del Dude, así como hay quienes formaron iglesias Jedi. Este filme además se pasaba en función de media noche, de manera diaria, en un cine en San Francisco, tal como sucedió con Eraserhead, El Show de Terror de Rocky, La Noche de los Muertos vivientes o El Topo.
Tampoco es extraño que la película se llame así, pues resulta que en la historia hay dos Jeffs Lebowski y sólo uno es el Dude (Jeff Bridges) y la película se trata de él supuestamente. Hay un narrador al principio y al final que dice explícitamente que ésta es la historia del Dude, pero el gran Lebowski es el otro, homónimo del Dude, a él se le llama dentro de la película «el gran Lebowski» aunque es un personaje secundario. Y en realidad los protagonistas de la película son dos, el Dude y su compañero de equipo de boliche Walter Sobchak (John Goodman).

Tanto Walter como el otro Lebowski son lo contrario del hombre de melena, bata y porro de mariguana, quien tiene un pasado de rebelde pacifista antisistema. Dice que fue uno de los «siete de Seattle», una referencia a los siete de Chicago, famosos activistas antisistema y antiguerra de Vietnam y además el Dude suelta el epíteto de fascista o reaccionario a diestra y siniestra. Walter en cambio, es un veterano de Vietnam, que saca la pistola a la menor provocación. Es un obsesivo seguidor de las reglas y las tradiciones. Es un estereotípico amante de la violencia.
Y el otro Lebowski es, supuestamente, un millonario filántropo que desprecia al Dude por ser un desempleado güevón. Lo contrario de él que a pesar de haber perdido las piernas en la guerra de Corea logró hacer una fortuna con su esfuerzo. Aunque luego se descubre que eso no es más que una fachada y ni dinero propio tiene. Entonces el capitalista Lebowski no es la contraparte del rebelde y guevón Dude, al contrario, Maude (Julianne Moore) la hija de este farsante, que sí es rica porque la del dinero es la mamá, escoge al Dude para embarazarse.
Y el otro Lebowski es, supuestamente, un millonario filántropo que desprecia al Dude por ser un desempleado güevón. Lo contrario de él que a pesar de haber perdido las piernas en la guerra de Corea logró hacer una fortuna con su esfuerzo. Aunque luego se descubre que eso no es más que una fachada y ni dinero propio tiene.
Fernando Ramírez Ruiz
Entonces el capitalismo y la rebeldía sesentera representada por el Dude son fecundos y tienen un hijo o hija. El narrador al final confirma que ella está embarazada y no habría sucedido nada sin el reaccionario Walter, pues todo lo que pasa empezando desde que el Dude va a ver al otro Lebowski, es por lo que hace o dice Walter. Entonces ricos y pobres, derecha e izquierda tienen su lugar y su función aquí ¿Y entonces quienes son rechazados? Los que se quedan en medio, los que no creen en nada y los nihilistas.
Representados por Donny (Steve Buscemi), el tercer miembro del equipo de boliche de Walter y el Dude y a quien, como chiste recurrente, Walter no hace más que callarlo. Walter Sobchak respeta al Dude a pesar de que por personalidad e ideas es su polo opuesto, pero no respeta a Donny. Al final cuando le toca lanzar las cenizas de Donny al mar, que metieron en una lata de café, Walter se pone a hablar de los caídos en Vietnam, lo que no tiene nada que ver con Donny. Y hay otros que no toman una posición: Los nihilistas que no creen en nada.

Representados por Dieter y sus alemanes de caricatura, que formaban un grupo de techno pop, Autobahn, como la canción de Kraftwerk y que salen vestidos igual que la banda alemana en alguna época. Son ridículos y el Dude y Walter acaban con ellos pegándoles con sus bolos de boliche, pero los nihilistas techno góticos de Autobahn matan a Donny del susto. Claro que Kraftwerk no se merece esa falta de respeto.
Los Coen ponen una escena que ni viene al caso en donde al Dude lo bajan de un taxi por decir que odia a The Eagles y Donny, que interrumpía los diálogos con la frase beatlesca «I am the walrus», no llega al final de la película. O sea que los Coen saben que la música es algo serio y sin embargo se meten con Kraftwerk. Puede que haya sido sólo una broma, aunque al parecer Glenn Frey de los Eagles se topó en una ocasión con Jeff Bridges y le reclamó.
C
*Versión cínica retomada del blog Smile on a dog.

Fernando Ramírez Ruiz estudió en la prepa de La Salle, de la Ciudad de México, al lado del hijo del presidente Miguel de la Madrid y en la secu Nuevo Continente se enamoró de Lucerito, tiempo después cruzó miradas y le dijo quiúbole a Yordi Rosado en la Universidad Intercontinental, de la que desertó de la carrera en Ciencias de la Comunicación. Ha conocido a Diego Luna, fue Stand in de Sasha Sokol y el Chivo Lubezki en una película. Está escribiendo el libro de memorias: «Quiúbole con mis encuentros con los famosos».







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