DANDYS Y CÍNICOS

Yo creo que a mi madre no le gustaba Paquita, le gustaba Juanga. Le gustaba cantar las de Daniela Romo con su hermosa voz, realmente tenía una hermosa voz de ruiseñora. Cantaba las de Amparo Ochoa o las de Rocío Durcal.

Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Puede ser una imagen de 6 personas y personas sonriendo
Leonor Carolina Figueiras Azamar rodeada de sus amigas de Tamar.

Mi madre en algún momento de su vida adulta con su habitación propia, en una búsqueda supongo de reconocerse así misma, no como madre, ni como pareja, insisto, sino como mujer, se acercó a un grupo de feministas, que ella me decía simplemente que «había ido con sus amigas de Tamar», el nombre de la organización de apoyo a mujeres a través de un proceso psicosocial para prevenir la violencia, la cual se encuentra en Toluca.

Creo un tanto impactada por algunas de mis ex parejas o amigas cercanas que todas de alguna forma defendían a su modo su libertad y su forma de pensar este mundo, tal vez por el entorno o por lo que ella misma vivía dentro y fuera de su casa en Metepec, Estado de México, se reunía con varias mujeres que cada una al mismo tiempo buscaban defender su persona frente a los hombres, de ese mundo de nosotros los malditos hombres, diría Paquita la del Barrio, esa popular cantante que yo no sé si mi madre la conoció porque prácticamente son de la misma edad y ambas vivieron en la colonia Guerrero de la Ciudad de México. Yo creo que a mi madre no le gustaba Paquita, le gustaba Juanga. Le gustaba cantar las de Daniela Romo con su hermosa voz, realmente tenía una hermosa voz de ruiseñora. Cantaba las de Amparo Ochoa o las de Rocío Durcal.

Paquita la del Barrio, abril de 2017. Foto: Enrique Gallegos.

Ayer compartí una foto de mi madre en mi Facebook, es de antes de su deterioro físico por el cáncer, por allá del 2012. Ella en esa foto, rodeada de esas mujeres con mascada morada enredada en sus cuellos y ropa blanca, era una mujer de ojos pispiretos y renovada que la llevó a pintar su casa con mi papá ya lejos, que se iba al cine ella sola a ver la película del mediodía, que cuidaba su manada de perros y que era arropada por esas mujeres. Yo como vivía en la Ciudad de México en ese momento la veía cada semana los miércoles, luego de que iba a ver a sus amigas a la Ciudad de México o cuando yo la visitaba los fines de semana allá en su casa.

Cuento todo esto porque, de seguir viva, este 18 de febrero de 2025 sería su cumpleaños 76. Fue dos años más joven que Paquita quien murió este 17 de febrero, dos meses antes de cumplir 78 años. Mi mamá y Paquita, entonces, se pisaban los talones

José Antonio Monterrosas Figueiras

En sus últimos años de vida logramos entendernos mejor como madre e hijo, ahora que no está, desde hace casi 9 años, pienso que nos faltó tiempo para conversar más y convivir con mayor dedicación. Como fue tuvimos buenos momentos, idas al Liverpool, al Italiannis, al médico, pasa que claro yo también andaba en la busqueda de ser alguien, el periodismo te requiere de tiempo completo aunque sea malpagado, y no se puede renunciar a eso, así que intentas equilibrar.

Cuando mi madre enfermó de cáncer, yo tuve un sueño con una luna sangrante, dos robos a su casa realmente la afectaron emocionalmente, mi mamá tuvo que dar un paso atrás, yo volví a casa con ella y cerré la puerta por dentro. Ahí reconocí la serie Breaking Bad y estando en un programa de radio comencé también a hacer esta revista por allá de 2015, hasta que en julio de 2016, en ese año en que se fue David Bowie, Juan Gabriel y Leonard Cohen, ella falleció en el hospital tras una noche muy dolorosa.

Cuento todo esto porque, de seguir viva, este 18 de febrero de 2025 sería su cumpleaños 76. Fue dos años más joven que Paquita quien murió este 17 de febrero, dos meses antes de cumplir 78 años. Mi mamá y Paquita, entonces, se pisaban los talones. Las mujeres de su generación buscaron ocupar un lugar que ahora se discute de otras maneras, Leonor Carolina Figueiras Azamar, mi madre, lo encontró rodeada de esas mujeres, Paquita cantando con rabia: «¿Me estás oyendo, inútil? Le estoy hablando al perro».

Paquita la del Barrio y Enrique Gallegos.

Ayer, 18 de febrero, poco antes de que se acabara el día, mi querido amigo fotógrafo Enrique Gallegos, me compartió algunas fotos que le tomó a Paquita la del Barrio en abril de 2017, esto fue en el Hotel Reforma, cuando en el canal de televisión Imagen, en la Ciudad de México, estrenaban una serie dedicada a esa icónica artista. Enrique, que siempre felicita a mi mamá en su Facebook, me compartió aquellas fotos de Paquita. Cuando le estaba tomando las imágenes en su celular, recuerda él que éste falló y entonces las palabras de la intérprete de «Rata de dos Patas», «Tres veces te engañé» y «Que me perdone tu perro», le expresó con humor la clásica: «es usted un inútil, ¿Enrique?» El encuentro terminó con Enrique y Paquita inmortalizados con su torpe celular. Así que la vida, de alguna u otra forma, sigue, hasta que un día dejamos este mundo, luego nuestra tumba se empezará a llenar de hojas y será el momento de que alguien desempolve de su borrosa memoria, algunos recuerdos que harán reír y llorar a la vez.

José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.


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