COBERTURA CÍNICA / FIM GUADALAJARA
Por José Antonio Monterrosas Figueiras
Gustavo Santaolalla estuvo en la Feria Internacional de la Música, el hombre que se ha transformado en una especie de gurú -algunos lo confunden con el fenecido Brujo Mayor por su larga barba blanca y vestimentas místicas-.
El productor y músico dio algunos consejos para la vida como diversificar proyectos y recordó cuando estuvo apunto de no trabajar en la película Amores Perros de Alejandro González Iñárritu, en el área musical de ese filme que este año cumple 25 años de su estreno.
Vio la película junto con la fallecida el 1 de marzo del año pasado, Lyn Fainchstein, mientras Iñárritu fumaba un cigarro afuera de la habitación donde miraban sorprendidos el primer filme de «El Negro», le cuenta a Patricia Carrera, supervisora musical en Control Freaks México, en la Sala 2 del Conjunto de Artes Escénicas.
Santaolalla dijo que fue ahí donde comenzó un carrera llena de premios realizando toda la parte musical de otros largometrajes como Diarios de motocicleta, de Walter Salles.

Al finalizar su charla, cuando estaba abandonado el escenario, una mujer le gritaba con un disco en la mano, desde un palco que le queda muy cerca al músico argentino. Era Yolanda Comparán Ferrer y el disco The Plugz, Better luck, de 1981, donde Gustavo Santaolalla participó.
«Yo soy viuda de Toncho Pilatos», me comentó mientras platicamos brevemente sobre la disquera Fátima Recordz que fundó ella, su esposo Alfonso Toncho Guerrero y otros socios. Nos despedimos no sin antes tomarle algunas fotos ya fuera del auditorio.
Ese disco por cierto regresó a sus manos con una dedicatoria de Gustavo Santaolalla, eso fue todo. Yolanda sólo venía a ver al santón musical argentino, no tarda en partir a Los Ángeles, donde ella vive. Qué fortuna conocer a personas tan sencillas y amables como Yolanda. Seguro pronto nos volveremos a ver.
Son las últimos momentos de la edición número diez de la FIM, antes de retirarme del Conjunto de Artes Escénicas, entro a un auditorio que es parte de la Biblioteca Carlos Fuentes, para estar en una charla sobre lanzamientos musicales en cine y series que organiza la Asociación de Supervisión de Habla Hispana.
Cuando empiezan los ponentes a hablar en español, la que los presentó -Patricia Carrera, quien entrevistó a Santaolalla y a quien conozco desde los tiempos universitarios por allá de finales de los años noventa, porque fuimos compañeros de generación en la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Intercontinental, aunque creo que «Paty» ya no me recuerda, quién sabe, evito molestarla-, les pide que cambien de idioma, o sea, estaban hablando en español, y en automático, cuando ella vuelve a insistir que sea en inglés, empezaron a hablar en ese idioma, como si hubiera apretado un botón en alguna serie de Netflix, WTF! Bueno, es que entiendo que es supervisora y consultora musical para producciones audiovisuales de Netflix, Amazon, Disney y HBO, presidenta de la Asociación de Supervisión Musical de Habla Hispana (ASM), además de jefa máxima de la empresa Control Freaks, la cual ofrece servicios de gestión y protección de derechos de autor y conexos. Ya mejor me fui de ahí.

Y como mi vida es un rotundo fracaso, yo lo sé, bueno, casi. En el último Showcase de esta FIM sucedido la noche del último viernes del mes de febrero, en el C3 Stage, ubicado en Avenida Vallarta, muy cerca de la otra Avenida Chapultepec, veo entre otras propuestas musicales como Erich de Aguscalientes, o Asul BB de Argentina y La Muchacha de Colombia, a los Americojones, esta banda de la Ciudad de México que me hizo sentir que en algo he triunfado en la vida, es que hay música que reanima frente a tanto absurdo.
Esta noche de sábado es mi reencuentro con Mon Laferte -seguro volveré a llegar tarde con ella- en la tercera edición del Festival Portamérica Latitudes. ¿Será que cante con Los Ángeles Azules o pintará un cuadro mientras ponen a bailar al público tapatío? «¡Felices trazos!», diría Bob Ross.
¡Hasta la próxima amiguitos!
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