DANDYS Y CÍNICOS

Mientras en el Oscar 97 no ganó Demi Moore pero sí perdió Karla Sofía Gascón, Francis Ford Coppola, por otro lado, triunfaba en los Razzie como peor director del 2024. ¿Me estás oyendo inútil?

Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Es injusto que en el Oscar 97 no hayan estado ni Francis Ford Coppola por Megalopolis, ni Todd Phillips por Joker: Folie à Deux y que Mohammad Rasoulof, quien sí estuvo por su tremenda película La semilla del higo (fruto) sagrado, haya quedado prácticamente en la orilla de las nominaciones con la categoría a mejor película extranjera y ya ni se diga Nosferatu, de Rober Eggers, que aunque tuvo cuatro nominaciones no ganó absolutamente nada y ni siquiera estuvo en la categoría de mejor película, igual que la de Rasoulof.

La paradoja es que los dos primeros filmes mencionados, fueron premiados en los Razzie, es decir en los Anti-Oscar que da la Fundación Golden Raspberry Award Foundation, los cuales se otorgaron dos días antes de que se llevara a cabo la ceremonia de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Ahí estuvieron entonces, tanto Megalopolis como Joker: Folie à Deux. Por un lado, Francis Ford Coppola fue reconocido como el peor director del 2024 y Joaquin Phoenix junto con Lady Gaga como el peor combo en pantalla del mismo año, ésta misma película también fue nombrada como la peor secuela del año pasado. “Estoy encantado de aceptar el premio Razzie en tantas categorías importantes para Megalópolis”, escribió Coppola en sus redes sociales, “y por el distintivo honor de ser nominado como el peor director, peor guion y peor película en una época en la que tan pocos tienen el valor de ir contra las tendencias dominantes del cine contemporáneo”.

Demi Moore no se inyectó La Sustancia para los Oscar

Por otro lado, aunque reconozco el destacado trabajo de Demi Moore y claro que merecía el Oscar a mejor actriz por La Sustancia de Coralie Fargeat, tengo mis conflictos con una película que parece que estaba viendo la historia de una cristiana crucificada por Mel Gibson. Una mujer que además le sale otra mujer no de su costilla que hubiera sido el colmo, sino de la columna vertebral de ella. Esto claro me parece interesante cuando es contado por otra mujer, por la francesa Fargeat, porque es cierto que también hay un grado de inquietud -e incluso goce para muchas, sobre todo- al ver tanta sangre correr en la pantalla, producto de los conflictos ocasionados por una crisis frente al desplazamiento que vive una vieja que hace aerobics llamada Elisabeth Sparkle, encarnada por Demi Moore, en el canal de televisión donde ella trabajaba.

Parece una cabrona ironía -así como le pasó a Elton John frente a Zoe Saldaña en mejor canción- ver cómo gana una muy joven actriz, Mikey Madison, que por si fuera poco personifica por una bella escort llamada Anora, que es “enamorada” por un hermoso joven irreverente de origen ruso, que es además millonario y que en realidad solo la contrató -sin engaños- para jugar a que eran pareja por una semana. Así que supongo que el golpe de haber perdido frente a una principiante, seguro ha sido todavía más duro para Moore, tan cruel como la misma historia de La Sustancia. Sin embargo, por otro lado, pienso que Anora, de Sean Baker, la gran ganadora de la noche con cinco estatuillas entre ellas mejor película y mejor dirección, podría ser un homenaje a la misma Demi Moore, quien de joven fue tildada como una bella actriz, merecedora de ningún reconocimiento.

Anora, como lo fue en Cannes el año pasado donde obtuvo la Palma de Oro, donde también compitió la película de Rasoulof, esta noche del Oscar no dejó de ser la gran sorpresa para muchos. Personalmente a mí la película me gustó, porque cierto, queremos reír y ver cuerpos hermosos en la pantalla –eso que llaman algunos sexo gratuito-, saber de historias enredadas como absurdas y mirar hasta dónde van a llegar. Anora, más allá de que sea una película de cine independiente estadounidense, es un filme que no es la espesura de La Sustancia, ni la narco novela musical de Emilia Pérez, las otras dos películas que parecía que podían ganar la categoría a mejor actriz, que, interesante, ambas son francesas. Así que la ganadora tiene su frescura, su querer contar una historia sin rebuscamientos, con un final abierto, película que logra atrapar a varios espectadores como los del Oscar, no por nada, Baker, su director, invita al recoger la estatuilla a mejor película, a que vayan a verla al cine, en realidad cualquier película siempre será mejor ir a vivirla o sufrirla a la sala de cine.

La mejor película extranjera Aun estoy aquí y La semilla del fruto sagrado

En cuanto a película extrajera, no está mal quien la ganó, Aun estoy aquí, de Walter Salles, historia sobre la dictadura del Brasil en los años setenta, pero insisto La semilla del fruto sagrado, de Mohammad Rasoulof, merecía un reconocimiento mayor, no sólo porque el filme es monumental y sobre la situación que sufren las mujeres en su país –en donde ni las entradas en años como Demi Moore, ni las mujeres trans como Karla Sofía Gascón, ni las muy jóvenes como la actriz de Mikey Madison tendrían la libertad que todavía resiste en occidente- sino porque el mismo director está exiliado en Alemania por su trabajo como cineasta, ya que un tribunal lo condenó a ocho años de prisión, a latigazos, además de la confiscación de sus propiedades por el delito de “colusión con la intención de cometer crímenes contra la seguridad del país».

Este largometraje de tres horas, que ni se sienten, se proyectó en el Festival de Cannes del año pasado por primera vez, obteniendo además el premio de la Crítica y del Jurado Ecuménico de ese festival francés, pero que bien, insisto, podría haber recibido la Palma de Oro, sin duda alguna, y no Anora de Baker, que ahora arrasó en el Oscar.

En mayo del 2024 ya en Cannes, Rasoulof recordó que sus abogados le habían informado que su condena a ocho años de prisión había sido confirmada en el tribunal de apelación y que se ejecutaría en breve. «Sabiendo que la noticia de mi nueva película se conocería muy pronto -expresó el cineasta- supe que, sin duda, a esos ocho años se añadiría una nueva condena. No tenía mucho tiempo para tomar una decisión. Tenía que elegir entre la cárcel o irme de Irán. Con el corazón encogido, elegí el exilio. La República Islámica confiscó mi pasaporte en septiembre de 2017. Por lo tanto, tuve que abandonar Irán en secreto”.

Parece una cabrona ironía -así como le pasó a Elton John frente a Zoe Saldaña en mejor canción- ver cómo gana una muy joven actriz, Mikey Madison, que por si fuera poco personifica a una bella escort llamada Anora, que es “enamorada” por un hermoso joven irreverente de origen ruso, que es además millonario y que en realidad solo la contrató -sin engaños- para jugar a que eran pareja por una semana.

José Antonio Monterrosas Figueiras

Y tal como lo escribió el crítico de cine Fernando Ramírez Ruiz hace unos meses en esta misma revista, cuando la película pasó por la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional: «El mayor mérito de la película, sin embargo, no es un mensaje político, es como ya dije, que es un muy buen thriller (…) que además se filmó a escondidas». Quisiera volver en otro momento con esta película, que además como le preguntaron en la alfombra roja del Oscar a Rasoulof, respecto a «la importancia de filmar una película en tiempo real, y digo esto –señala la entrevistadora del Canal de TNT- porque a veces vemos películas que hablan de algo que pasó hace diez años, pero es muy importante y relevante saber lo que está pasando en el Irán de hoy», responde entonces: «siempre trato de escoger mis historias del entorno que me rodea y mis películas rodean lo que está sucediendo en la vida real en la sociedad y creo que esta película en particular, refleja lo que estaba sucediendo con las mujeres en Irán».

La semilla del fruto sagrado es una historia que sucede en torno a la detención, tortura y asesinato de la joven Mahsa Amini, por parte de la policía de la moral iraní, por no usar el velo (hiyad) correctamente. «Testigos presenciales -se relata en el portal de Amnistía Internacional– afirmaron que la policía la introdujo por la fuerza en una furgoneta, la golpeó y se la llevó al centro de detención de Vozara, en Teherán. A Mahsa/Zhina Amini y a su hermano les dijeron que la trasladaban a Vozara para que allí recibiera una clase “educativa” destinada a “reformar” la conducta de las mujeres y niñas que infringen el estricto código indumentario islámico vigente en el país. Al hermano también lo golpearon cuando protestó (fue así que) horas después de su detención, aparecieron informes verosímiles de que la policía “de la moral” la había sometido a tortura y otros malos tratos en el interior del furgón policial, entre otras cosas propinándole golpes en la cabeza. Mahsa Amini entró en coma y fue trasladada en ambulancia al Hospital Kasra de Teherán (y) murió en el hospital, bajo custodia, tres días después, el 16 de septiembre de 2022, (quien además) tenía tan sólo 22 años».

Finalmente decir que la película si bien relata los malestares sociales desde una familia que el padre lo suben de puesto como juez en el gobierno de Irán, que le dan una pistola para su nuevo cargo y esta se pierde en casa, mientras sus hijas, por otro lado, están en la lucha por defender a sus amigas maltratadas por los mismos jefes del papá, que recuerda mucho la película Rojo amanecer, por ejemplo, al final de cuentas esta historia nos habla de uno de los temas más preciados para los seres humanos que es la libertad. “Un aspecto muy decisivo en la realidad de las tiranías y de las dictaduras es este adoctrinamiento de los miembros de estos sistemas –explica Rasoulof en el diario El País-. Hay una dimensión sagrada que se impone y que justifica la represión y el control, que hace que sea imposible de criticar. Que las personas, como el personaje de la madre en la película, pongan esta dimensión afectiva, religiosa y sagrada en nombre del amor, la estabilidad familiar y preservar su propia estabilidad económica y social, es lo que asegura la supervivencia de este sistema”.

Gerontofobia, Silvia Pinal, Emilia Pérez y El Aprendiz de buleador, Donald Trump

Las últimas cosas que puedo decir en este momento, es; primero, lo impresionante de ver a Mick Jagger con 81 años, entrar al escenario como si fuera un jovenzuelo y diciendo que viene de parte de otro joven llamado Bod Dylan. ¿Qué sustancia se inyectó en la columna vertebral el líder de los Rolling Stone o qué pacto hizo con el diablo para verse así? Lo segundo es, ¡qué lamentable que Silvia Pinal, la (no) diva de México -según el periodista Fabián Polanco con quien por cierto estuve platicando esta ceremonia a ratos por el Whats App y luego en llamada telefónica-, quien no sólo votaba en la Academia de Hollywood, sino que además fue la primera actriz en ser miembro honorífico de ésta, compartiendo con Ignacio López Tarzo, quien muriera, por cierto, un día antes de que Guillermo del Toro ganara con Pinocho a mejor película animada en el Oscar del 2023, que tampoco fue mencionado, ni siquiera por el mismo del Toro al subir por su muñeco dorado.

Y si bien se puede entender que poner a López Tarzo en el In Memorian a horas de que se llevara a cabo la ceremonia, lo de Silvia Pinal sí sorprende y es imperdonable porque además fue una de las actrices relevantes del cine de Luis Buñuel, quien como recuerda el periodista Javier Yuste en El Cultural de España, el 27 de marzo de 1973, el director aragonés, se convirtió en el primer español en ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, aunque con una producción francesa -subraya el autor de la nota-, y ésta fue El discreto encanto de la burguesía. Buñuel, hay que subrayar, no asistió a esa entrega en la que además a Marlon Brando lo premiarían como mejor actor por El Padrino de Francis Ford Coppola, pero como símbolo de su rechazo para recibirlo, envió a una joven vestida de india para no aceptar las estatuilla y al mismo tiempo reivindicar los derechos de los nativos americanos.

Apunta Yuste que uno de los periodistas mexicanos consiguieron sacarle unas palabras a Buñuel sobre sus expectativas para los premios de Hollywood de esa ocasión, respondiendo  en tono de broma que ya había pagado los veinticinco mil dólares que le han pedido, esto para asegurar que recibiría ese galardón, además, irónico expresó que “los estadounidenses tienen sus defectos, pero son hombres de palabra». ¿Habrá conocido a Donald Trump Buñuel? El hombre que está de vuelta a la presidencia de los Estados Unidos y quien, por cierto, leo al analista de cine español en su Facebook, Esteve Riambau, en relación de lo que sucedió apenas el viernes, 28 de febrero, cuando Trump recibió al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, en la Casa Blanca, donde lo humilló, apoyado de su pandilla, el vicepresidente James David Vance y el secretario de estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, entre otros, como un reportero, que vilmente le cuestionó a Zelesky: ¿por qué no llevaba traje y corbata? «La entrevista entre Trump y Zelensky es mucho menos impactante después de ver The Apprentice (Ali Abbasi, 2024). Gabriel Sherman, el guionista, había cubierto la campaña presidencial de 2016 y la demanda de divorcio de Ivana Zelnicková trae numerosos detalles incluidos en la película», señaló Riambau.

En la película de El Aprendiz (aprendiz de buleador, agregaría yo), por la que estuvo, por cierto, Sebastian Stan nominado a mejor actor como Donald Trump, y Jeremy Strong a mejor actor de reparto, como Roy Cohn, el abogado, mentor de Trump, quien fue el que le enseñó a cómo maltratar y burlarse de los débiles o necesitados de su apoyo, en esta película oímos cómo Cohn le dice a Trump, cuáles son las tres reglas para ganar. La primera regla es la más sencilla. Ataca, ataca, ataca. La segunda regla. No admitas nada, niégalo todo. Regla número tres, la más importante de todas, pase lo que pase, digan lo que digan de ti, por muy derrotado que estés, declaras la victoria y nunca admitas la derrota. «¿Quieres ganar? –le pregunta a un Trump joven-, así es como se gana».

Esta edición 97, finalmente, podría decir para cerrar, que México se hizo universal cuando Zoe Saldaña, la actriz de Emilia Pérez que subió a recibir el premio a mejor canción original por «El Mal», le expresó a una periodista en la conferencia de prensa, que «la película no es sobre México», sino «sobre cuatro mujeres que están luchando todos los días, tratando de sobrevivir la opresión sistemática y tratando de buscar sus auténticas voces». La polémica hasta el final con Emilia Pérez, pero «haiga sido como haiga sido», más de uno dijo que, aunque no ganó Demi Moore, lo importante es que perdió Karla Sofía Gascón y que David Lynch la está vigilando desde el cielo, con Paquita la del Barrio a su derecha diciendo: «¿Me estás oyendo inútil?»

José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.


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