CINISMO / MIRAR LA CIUDAD CON OTROS OJOS

Durante casi veinte años, el Red Rum ha sido un bar donde también se han proyectado películas de propuesta, fue después de la pandemia que además se volvió en un espacio en el que se presentan bandas emergentes y alternativas.

Por Olaf Hernández Valdez y Ana María León Velasco

Thomas Anderson, un lejano 16 de septiembre de 2011, desde El Red Rum.

El rock es un género popular en México y en Guadalajara ha ocupado un lugar muy importante, tanto en el surgimiento de grupos y artistas como el de espacios para tocarlo. Desde bandas como La Revolución de Emiliano Zapata hasta Rostros Ocultos o Maná, con foros legendarios como el Roxy, donde se presentaron grupos como Manu Chao y Radiohead, así como bandas tapatías del underground, como Garigoles o Sin Razón Zoocial. Ahora, ¿cuáles lugares son parte de la escena musical tapatía después de la pandemia de covid–19?

Sobre la avenida Enrique Díaz de León, a unas cuadras del Expiatorio, en la capital tapatía, se encuentra un lugar que durante casi veinte años es una de las sedes más importantes en la difusión de cine y música alternativa, el Red Rum. Es un bar con una estética alternativa, decorado con cuadros y carteles de películas y bandas de rock, en el que unas dos o tres veces por semana proyectan películas de autor para los cinéfilos que buscan un lugar donde puedan disfrutar de propuestas originales. Thomas Anderson, el dueño, nos cuenta que fue hasta después de la pandemia cuando se animó a convertir el local en un espacio para las bandas locales emergentes.

Thomas en su Red Rum pospandémico.

El primer nivel del Red Rum es un bar en donde se realizan las proyecciones de cine y el segundo es el espacio dedicado a conciertos y otras actividades. Thomas comenta que en la planta alta los DJs presentaban sets de hard tecno, sin abrirlo totalmente al público, y no fue hasta después de la pandemia cuando, ante el cierre de muchos lugares, decidió tratar de convocar a un público interesado en conocer al talento emergente del Área Metropolitana de Guadalajara.

“Pasa la pandemia, como todo, nos afectó de ciertas maneras”, dice Thomas. “En el local de abajo, pues nos frenó y nos truncó. Y las películas sí las seguimos haciendo, pero ya no con el auge de antes. Porque básicamente las plataformas de streaming se comieron el cine. O sea, ahorita estamos proyectando, por ejemplo, Tiempos violentos, que es más chida, más de culto, o Trainspotting. Nadie lo hacía, ¿no? O muy pocos. Creo que Alucinarte, un local que está acá también por la calle Jesús lo hace”.

Fue a partir de 2023 cuando Red Rum comenzó a colaborar con curadores con experiencia en otros foros y que trajeron a bandas nacionales como Margaritas Podridas, de Hermosillo, La Texana, de Ciudad Juárez, y San Charbel, de Chihuahua, y bandas extranjeras, como Mujer Cebra, de Argentina.

Fue a partir de 2023 cuando Red Rum comenzó a colaborar con curadores con experiencia en otros foros y que trajeron a bandas nacionales como Margaritas Podridas, de Hermosillo, La Texana, de Ciudad Juárez, y San Charbel, de Chihuahua, y bandas extranjeras, como Mujer Cebra, de Argentina.

Nos cuenta Thomas: “Con los contactos con la gente seguí en comunicación y seguimos haciendo los eventos. Yo creo que ya de manera un poquito más organizada, más seria, fue el año pasado, a finales del 24, que teníamos a una persona que buscaba las fechas, ya había como una curaduría medio fresa, pero curaduría al fin de cuentas. Había un poquito más de orden, empecé a trabajar con otras personas, aprendí mucho en esta experiencia y creo que sí, un año en que ya el foro empezó a funcionar como un foro tal cual, con un ingeniero de audio, con luces, con muchas cosas, medio improvisado, pero, bueno, el espacio estaba. Era algo improvisado, pero muy orgánico, y siempre los eventos salieron bien, digo, obviamente con sus carencias, no es lo mismo trabajar con una bocina, no sé, Steren que con una Cerwin–Vega, por ejemplo”.

Otra noche en El Red Rum de Guadalajara. Foto de los autores de este artículo.

En esa época el lugar recibió a mucha gente, ganó popularidad y se hizo de renombre, aunque también hubo muchos conflictos internos debido a problemas logísticos y creativos. Thomas explica que el encargado de gestionar las fechas llegó a programar tres eventos distintos en un mismo día, y tenía que solicitarles a las bandas que se presentaran en la parte de abajo, cuando no estaba pensado que así fuera; esto provoco que el Redrum, que ya era un escenario popular, recibiera duras críticas por parte de su público, especialmente dirigidas a Pablo, el encargado de gestionar las fechas de las presentaciones. Además, él decía que era dueño del Redrum y que gracias a él tenía éxito. A finales de 2024 Thomas decidió romper relaciones con Pablo y decidió manejar personalmente el espacio, con la asistencia de sus colaboradores.

El Redrum continúa con su labor de apoyar el talento local y contribuir al desarrollo de una escena musical fuerte e interesante, por lo que ocupa ya un lugar importante en el panorama tapatío.

Olaf Hernández Valdez estudia la Licenciatura en Comunicación y artes audiovisuales y Ana María León Velasco la Licenciatura en Gestión Cultural, los dos en el ITESO. Este artículo es parte de una investigación que realizan en el PAP Mirar la ciudad con otros ojos en el periodo Primavera 2025.


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