CINISMO PADROTE

Unbreakable Boy es una película que te enseña sobre el amor, el perdón, y el poder devastador de la empatía. Y sí, nadie está preparado para ser padre. Eso no es spoiler de la vida, es la gran verdad que atraviesa toda esta historia.

Por Joselo Rueda

¿Has sentido que hay cosas de ti que simplemente no se pueden cambiar? ¿Y si el punto no fuera cambiarlas, sino aprender a vivir con ellas, como si fueran grietas de oro?

Unbreakable Boy, dirigida por Jon Gunn, basada en hechos reales, aunque a veces parece más una fábula dulce y dolorosa al mismo tiempo. Una película que, sin que te des cuenta, te enseña sobre el amor, el perdón, y el poder devastador de la empatía. Y sí, nadie está preparado para ser padre. Eso no es spoiler de la vida, es la gran verdad que atraviesa toda esta historia.

La narrativa recuerda un poco a Leolo o El tambor de hojalata, con momentos en primera persona, saltos emocionales, y esa sensación de que todo lo que estás viendo es parte de un diario íntimo. Por momentos, también roza la comedia desordenada y tierna de Ligeramente embarazada, de Judd Apatow, pero debajo de todo hay otra capa: una reflexión profunda sobre cómo seguimos adelante cuando lo que parecía sólido se rompe.

Austin, nuestro narrador, tiene una colección de películas que ya nos dice todo: Sideways, Meet Joe Black, 8 Mile, Diamantes de sangre, The Last Samurai, y le gusta El club de la pelea. O sea, alguien que busca el drama, la redención, el viaje interno y sí, eso se nota, porque esta historia también va de eso. Él un chico, protagonista de esta película, que tiene una enfermedad real (osteogénesis imperfecta, igual que el personaje de la película Unbreakable, de M. Night Shyamalan) y también está dentro del espectro autista. pero aquí la historia no es sobre sus límites, sino sobre lo que enseña, sobre lo que transforma a su alrededor sin proponérselo. El niño que no puede ser físicamente fuerte y sin embargo, es el que más resiste.

El papá, Scott, tiene también lo suyo. Tiene un amigo imaginario. En una escena le dice a Scott: “No lo sabías, pero ahora lo sabes.” Y esa frase resume todo. La vida, la paternidad, la pérdida, el amor. Todo llega cuando tiene que llegar. Todo cobra sentido cuando lo miras desde el lugar correcto.

La familia que lo rodea va recibiendo golpes y tragedias. Aun así, se levanta. No por deber moral, sino porque aprenden a mirar diferente, como cuando en lugar de castigar, le regalan a Tyler, el bully de la escuela, una patineta. “Vince in bono malum”. Es decir: «Vencer al mal con el bien».

El papá, Scott, tiene también lo suyo. Tiene un amigo imaginario. En una escena le dice a Scott: “No lo sabías, pero ahora lo sabes.” Y esa frase resume todo. La vida, la paternidad, la pérdida, el amor. Todo llega cuando tiene que llegar. Todo cobra sentido cuando lo miras desde el lugar correcto.

Joselo Rueda

Aquí no hay superación en el sentido comercial. Hay transformación. Hay aceptación. Como el padre, Scott, que repara una taza rota con oro. En Japón a eso le llaman “Kintsugi”: arreglar lo roto, sin esconder las cicatrices. Y justo así, él comienza a aceptar lo que puede cambiar de sí mismo, y también lo que no.

El final recuerda a Monster’s Ball: después de la oscuridad, después del dolor, llega el amor. No el de cuento de hadas, sino el que abraza lo roto y sigue caminando con eso a cuestas. Sin rencor.

El padre también cambia. Tiene rasgos obsesivos, como en la primera cita, arreglando los saleros, en el golpeteo constante de sus pies contra el suelo. Una cámara atenta lo muestra una y otra vez. Como si su ansiedad estuviera intentando salir y cuando, finalmente puede reconocerse y decir lo que siente, deja de golpetear.

¿Cuéntame qué gesto repites tú, sin darte cuenta?

Austin, protagonista de esta película, es un niño que no puede ser físicamente fuerte y sin embargo, es el que más resiste.

La película propone que aprendamos de quienes llamamos «especiales». Como esa otra historia real —¿la recuerdas?— de Temple Grandin, una mujer autista, interpretada por Claire Danes, que rediseñó los sistemas de manejo de ganado para que sufrieran menos en los mataderos, porque entender al otro cambia el sistema entero.

Unbreakable Boy no sermonea, solo te muestra lo suficiente para que tú te preguntes: ¿qué puedo reparar en mí? ¿Qué puedo aceptar? ¿A quién puedo mirar con nuevos ojos? ¿Qué es lo más valiente que has aceptado de ti? ¿Conoces a alguien que te haya cambiado la forma de ver el mundo?
Y recuerda: “No tienes que estar intacto para ser fuerte. A veces, lo que brilla… es justo la grieta”.

Películas sobre paternidad y padres solos -o luchones

The Kid, de Chaplin, por porque nadie como él para mostrar que se puede ser padre… incluso cuando no se tiene nada.

A propósito de Unbreakable Boy, hoy quiero recomendarte algunas películas que también hablan de paternidad. A veces hermosa, a veces rota… pero siempre real.

Unbreakable Boy, claro. Basada en hechos reales. Un padre aprendiendo a ser padre con un hijo que no deja de brillar. Luego: The Kid, de Chaplin, por porque nadie como él para mostrar que se puede ser padre… incluso cuando no se tiene nada. ¿Recuerdas I Am Sam? Sean Penn como un padre con discapacidad intelectual que solo quiere seguir criando a su hija y Michelle Pfeiffer en el papel de la abogada que también termina aprendiendo algo.

Otra que no puedes perderte: Aftersun. Es más reciente y es sobre unas vacaciones, un hotel, un padre que se va deshaciendo en silencio. El final en el aeropuerto. Te vas a quedar mirando al vacío y claro, Kramer vs. Kramer con Dustin Hoffman y Meryl Streep. Un padre descubriendo el amor por su hijo… cuando ya es casi tarde. ¿Y Petróleo sangriento? Bueno, técnicamente hay paternidad. También petróleo, locura, y Daniel Day-Lewis haciendo historia.

La película más emocional sobre padre e hijo: The Champ. Un boxeador venido a menos y un hijo que te va a destrozar el alma. Jon Voight, Ricky Schroder, lágrimas aseguradas.

¿Cuál de estas ya conocías? ¿Cuál te destruyó más? Dímelo en los comentarios Y si conoces otra película de padres que te rompió en mil pedazos… recomiéndala. ¡Nos vemos!

🎞️ Películas mencionadas en el video

Temple Grandin (2010) – Mick Jackson
Unbreakable (2000) – M. Night Shyamalan
Leolo (1992) – Jean-Claude Lauzon
El tambor de hojalata (1979) – Volker Schlöndorff
Knocked Up / Ligeramente embarazada (2007) – Judd Apatow
Sideways (2004) – Alexander Payne
Meet Joe Black (1998) – Martin Brest
8 Mile (2002) – Curtis Hanson
Blood Diamond / Diamantes de sangre (2006) – Edward Zwick
The Last Samurai (2003) – Edward Zwick
Fight Club / El club de la pelea (1999) – David Fincher

Otras películas sobre paternidad:


The Pursuit of Happyness. Will Smith sufriendo en traje, con su hijo real.
About a Boy. Hugh Grant aprendiendo a ser adulto gracias a un niño.
Finding Nemo. Sí, es animada, pero es básicamente una película sobre un papá desesperado.
Big Daddy. Adam Sandler, sorprendentemente efectivo en modo paternidad accidental.
The Road. Viggo Mortensen en modo apocalipsis + protección total.
C’mon C’mon. Joaquin Phoenix cuidando a su sobrino mientras la vida ocurre.
Life is Beautiful. Papá inventando un juego en medio del horror.
Leave No Trace. Padre e hija viviendo fuera del sistema.
The Father. Anthony Hopkins, aunque aquí es el padre ya en declive y visto desde la perspectiva inversa.

Foto: Aprilis Zaratustra

Joselo Rueda, hijo de Luis Rueda, administrador de cines de la extinta COTSA, pasó su infancia y adolescencia frente a las pantallas de las salas de arte como «Versalles», «Bella Época», «Elektra» y «Pecime». Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana, donde realizó varios cortometrajes. Trabajó como editor de cine con Óscar Figueroa y participó como asistente de producción para Dos Crímenes. Su tesis profesional fue el cortometraje 4 maneras de tapar un hoyo, animación en 35 mm finalista en el Festival de Cannes 96 en Sección Oficial y obtuvo más de 40 premios internacionales. Actualmente dirige para Cabeza Films, productora fincada en México. Cuenta con 2 nominaciones al Grammy Latino y un Premio Nacional de Periodismo con Laura Castellanos. Actualmente está en postproducción de su largometraje documental Dónde están.


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