MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE 77 DE LA CINETECA NACIONAL

En los primeros días de la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, el crítico de cine, Fernando Ramírez Ruiz, vio «Zafari», que la calificó como obra maestra y a «Toxic» como inconclusa. Se pregunta: ¿A quién demonios le gustan flacas?

Por Fernando Ramírez Ruiz

Zafari, dirigida por Mariana Rondón (Perú-Venezuela-México-Francia-Brasil-Chile República Dominicana, 2024) es una obra maestra latinoamericana, aunque según su creadora la idea era ubicar la historia de manera indeterminada en un país de ese continente. Lo primero que uno piensa es que se trata de Venezuela, quizá el acento de los actores los delata, pero en todos los países tenemos algo de eso que retrata esta película.

A saber, la transformación que hace de que las bestias salvajes sean las que van a ver a los animales al zoológico y que la fauna sea la que debe temer que algún humano se les meta en la jaula, aquí el proceso de desdomesticación, feralización, asalvajamiento -o como se diga-, sucede en la clase media, ¿dónde más?

Zafari es una película divertida, cautivante, sexy, inteligente y con humor. Redonda, con actuaciones sobresalientes.

Fernando Ramírez Ruiz

A una familia  lo único que le queda del nivel de vida que tenía, es la alberca de su edificio. Se van quedando sin agua corriente o sin luz, que regresan pero están como la rana en la olla de agua que se va calentando. Tampoco hay papel de baño, los vecinos han ido abandonando sus departamentos para salir del país. Afuera es tan peligroso que les da miedo sacar la nariz.

Zafari es una película divertida, cautivante, sexy, inteligente y con humor. Redonda, con actuaciones sobresalientes.

Un coitus interruptus llamado «Toxic»

Toxic de la directora Saule Bliuvaite (Lituania, 2024) es una película de Lituana muy interesante, sobre dos amigas adolescentes, Marija y Kristina, que pasan el verano portándose mal, lo que resulta entretenido y además quieren entrar a una agencia de modelos, que por lo que se ve, siendo las lituanas rubias y grandotas, debe ser común que se vayan de edecanes a otros países.

Las cosas que hacen para ese trabajo son realmente extremas, tanto así que vomitar la comida es lo de menos. Por cierto, si suben de peso las regresan a Lituania y deben pagar por los gastos de la agencia, lo que puede resultar en una deuda que deberán pagar por años. ¿Pero… a quién demonios les gustan flacas? A mí no.

Está muy interesante la historia de estas chicas y su amistad, sería buena idea que algún día acabaran la película.

Fernando Ramírez Ruiz

¿Y entonces que pasa con Marija y Kristina? ¿Acaban en las pasarelas de Paris o Japón? Pues quién sabe porque la película acaba abruptamente. Es decir, termina pero sin final.

Está muy interesante la historia de estas chicas y su amistad, sería buena idea que algún día acabaran la película. ¡Queremos tramas gordas con finales felices! ¿Es mucho pedir?

Versión cínica de las críticas publicadas originalmente en el sitio de la Filmoteca «A smile on a dog». Aquí y acá.

Fernando Ramírez Ruiz estudió en la prepa de La Salle, de la Ciudad de México, al lado del hijo del presidente Miguel de la Madrid y en la secu Nuevo Continente se enamoró de Lucerito, tiempo después cruzó miradas y le dijo quiúbole a Yordi Rosado en la Universidad Intercontinental, de la que desertó de la carrera en Ciencias de la Comunicación. Ha conocido a Diego Luna, fue Stand in de Sasha Sokol y el Chivo Lubezki en una película. Está escribiendo el libro de memorias: «Quiúbole con mis encuentros con los famosos» y es director de la Filmoteca A smile on a dog.


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