CINISMO / FILMOTECA A SMILE ON A DOG
Afganistán y Paraguay
Por Fernando Ramírez Ruiz
En el 44 Foro Internacional de la Cineteca Nacional, que comenzó este jueves 24 de julio se presentan dos documentales que retratan dos tiranías de las que hay poca información. Por un lado Hollywoodgate (Estados Unidos-Alemania, 2023) y por el otro, Bajo las banderas, el sol (Paraguay-Argentina-Estados Unidos-Francia-Alemania, 2025).

El primero es el trabajo del egipcio Ibrahim Nash’at, quién consiguió un permiso para grabar a los talibanes durante un año, empezando apenas unos poco días después del retiro de las últimas tropas estadounidenses de Afganistán en 2021. Claro que los talibanes son muy conocidos, pero no se les puede documentar fácilmente, las condiciones que le impusieron a Nash’at para grabarlos son muestra de ello, ya que tenía prohibido grabar a cualquiera que no fuera talibán y se concentró en dos sujetos: un talibán de a pie, o sea un soldado de bajo rango, y un alto mando, el general Mansour, que al principio del documental es nombrado comandante de la fuerza aérea. Su trabajo era tratar de poner en funcionamiento los helicópteros y aviones que los americanos dejaron en Afganistán y esa labor se convierte en la historia central de esta película. Este general talibán es un tipo que no sabe ni multiplicar, pide ayuda para multiplicar 67 por 100, pero acaba haciendo funcionar al menos algunos helicópteros Black Hawk y otras cosas, con ayuda de ingenieros y con refacciones que dejaron los americanos. Al final acaban sobrevolando en un desfile militar.
Nash’at es un documentalista sin miedo que a los talibanes no les gusta; uno de ellos dice que los reporteros siempre trabajan para alguna agencia de inteligencia, otro dice que si hace cualquier cosa que no deba lo van a matar. Aunque le ordenen no grabar los aviones que dejaron los americanos, él los graba. Dice al final que lo que más le impresionó fue lo que no pudo filmar: la prepotencia de los talibanes y el sufrimiento de la gente a manos de ellos.
Fernando Ramírez Ruiz
Lo más interesante, sin embargo, es observar el día a día de esta gente, para quienes vivir en guerra es lo normal y cargar una metralleta es como cargar el celular. Nash’at graba, entre otras cosas, una emboscada a enemigos de los talibanes, graba a este general hablando de cómo acaba de mandar a matar gente delante de un niño, como si fuera lo más común y el desastre americano, la base abandonada de la CIA donde, dejaron hasta las botellas de Red Bull y Whisky, así como miles de millones de dólares en equipo militar.
Nash’at es un documentalista sin miedo que a los talibanes no les gusta; uno de ellos dice que los reporteros siempre trabajan para alguna agencia de inteligencia, otro dice que si hace cualquier cosa que no deba lo van a matar. Aunque le ordenen no grabar los aviones que dejaron los americanos, él los graba. Dice al final que lo que más le impresionó fue lo que no pudo filmar: la prepotencia de los talibanes y el sufrimiento de la gente a manos de ellos.
El otro documental, de Juanjo Pereira, reúne material de archivo de la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay (su país). El gran mérito de este documental –se nos dice– es que casi no hay registros de esta dictadura que duró 35 años, de 1954 a 1989, y entonces los realizadores tuvieron que juntar las piezas para hacer este documental en archivos alrededor del mundo y es impresionante porque uno como espectador, se da cuenta que hubo en latinoamérica una dictadura que se puede calificar de nazi.
Stroessner era descendiente de alemanes y al parecer tomó de los nazis desde el racismo hasta técnicas de tortura y le dio refugio a altos mandos nazis en Paraguay, especialmente al criminal de guerra Josef Mengele, «El Ángel de la Muerte». Al final Stroessner es destituido por su consuegro el General Rodríguez, «El General Cocaína», y se exilia en Brasil en donde vive hasta su muerte. El partido colorado de Stroessner, con un estilo y formas muy nazifascistas sigue gobernando hasta la fecha en Paraguay.
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Fernando Ramírez Ruiz estudió en la prepa de La Salle, de la Ciudad de México, al lado del hijo del presidente Miguel de la Madrid y en la secu Nuevo Continente se enamoró de Lucerito, tiempo después cruzó miradas y le dijo quiúbole a Yordi Rosado en la Universidad Intercontinental, de la que desertó de la carrera en Ciencias de la Comunicación. Ha conocido a Diego Luna, fue Stand in de Sasha Sokol y el Chivo Lubezki en una película. Está escribiendo el libro de memorias: «Quiúbole con mis encuentros con los famosos» y es director de la Filmoteca A smile on a dog.







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