FILMOTECA A SMILE ON THE DOG
Carta de amor a la madre
Por Fernando Ramírez Ruiz

Psicosis (EUA, 1960), del gordo Hitchcock, que este 8 de septiembre cumplirá 65 años de su fecha de lanzamiento y que el Festival Macabro, que está en la recta final su edición 24 este fin de semana, le rinde homenaje afirmando ser una de las películas más revolucionarias del cine de horror, nos presenta a Norman Bates (Anthony Perkins) como un hijo que ama descontroladamente a su madre, aunque no es correspondido. «Era malo desde chico» dice ella. Ésta es una historia que mezcla sicoanálisis, en la que el psiquiatra es el único que puede sacarle la verdad al perturbado Bates, cosa que ni la policía logra y también es el único que después consigue explicar lo que pasó.
Psicosis es también la primera película, que yo sepa, que sacó ideas del caso del asesino serial Ed Gein, como hicieron después películas como Masacre en Texas y El Silencio de los Inocentes. Cabe mencionar que de acuerdo al sicoanálisis el «complejo materno» puede ser muy destructivo. Inclusive se señala al mito del dragón, un mito universal que aparece en infinidad de culturas alrededor del mundo, como representante del lado obscuro del complejo materno. Otra película de la que escribí en la que sale este lado materno violento es Salvaje de Corazón, de David Lynch.
Norman y Marion podrían escapar juntos a alguna isla privada (y sin dragones) como dice ella, pero eso nunca lo permitirá la señora Bates. No importa que sólo viva en la cabeza de su hijito Norman.
Fernando Ramírez Ruiz
Conste que estoy hablando del complejo materno, no de las mamás, que son dos cosas distintas. Un aspecto de este complejo materno, que sale muy bien representado en Psicosis, es el estancamiento que provoca: Así como el cuerpo de su madre está muerto, rígido y en descomposición, Norman, el hijo, permanece rígidamente viviendo en casa de la mamá, atendiendo un motel a donde ya nadie va y sin embargo, según dice él mismo, sigue cumpliendo escrupulosamente todas las formalidades y haciendo todo el trabajo, como si el motel aún tuviera huéspedes. Por ejemplo, dice que lava las sábanas cada semana y más adelante reconoce que ni siquiera se han usado.

Además, el motel y la casa de los Bates, están junto a un pantano (agua estancada). La carretera que pasaba por enfrente, cambió de ruta y para rematar Norman es taxidermista, se dedica a disecar aves, que además, si le preguntamos a algún diccionario de sueños, nos dirá que las aves representan el sexo, entre otros posibles significados claro, pero resultan significativas las aves disecadas ahí en la habitación donde Norman lleva a cenar a Marion (Janet Leigh), ese pájaro en fuga, que huye de una situación en la que no puede respirar a gusto por culpa de otra mujer que llegó primero: La exesposa de su novio.
Norman y Marion podrían escapar juntos a alguna isla privada (y sin dragones) como dice ella, pero eso nunca lo permitirá la señora Bates. No importa que sólo viva en la cabeza de su hijito Norman.
Al margen: Tras años y años y años malescrito, al fin le he corregido el nombre a mi blog, que ahora se llama A smile on the dog, en vez de A smile on a dog. Pasen a felicitarme por fa.
C

Fernando Ramírez Ruiz estudió en la prepa de La Salle, de la Ciudad de México, al lado del hijo del presidente Miguel de la Madrid y en la secu Nuevo Continente se enamoró de Lucerito, tiempo después cruzó miradas y le dijo quiúbole a Yordi Rosado en la Universidad Intercontinental, de la que desertó de la carrera en Ciencias de la Comunicación. Ha conocido a Diego Luna, fue Stand in de Sasha Sokol y el Chivo Lubezki en una película. Está escribiendo el libro de memorias: «Quiúbole con mis encuentros con los famosos» y es director de la Filmoteca A smile on the dog.







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