REVISTA LOS CÍNICOS

COBERTURA CÍNICA PIXELATL 14

«Conócete a ti mismo y a tus circunstancias, ¡y al demonio la IA!»

Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Contrario a lo que pasó en la charla de John Aoshima en el Pixelatl, donde no hubo sesión de preguntas y respuestas por falta de tiempo, aunque en realidad el animador que trabaja para la Warner Bros Pictures estaba puesto para dialogar con su público, un centenar de jóvenes reunidos en Ciudad Creativa de Guadalajara la noche del martes, entre ellos un joven llamado Diego de la Universidad de Artes Digitales, quien ya se dijo en el pasado reporte que además de llevar su autógrafo de Aoshima en un pedazo de papel que lo protejía con una mica, traía un par de preguntas listas para hacérselas al codirector de Ultraman: El ascenso. Sin embargo, no pudo porque, insisto, se agotó la hora y Aoshima tenía que cenar.

Era importante ese espacio para interactuar con estos jóvenes, porque Pixelatl además de ser un punto de encuentro donde ya saben el intercambio de stikers entre apredices del dibujo, estudiantes y curiosos, la gran mayoría con menos de veinte años, fundamentalmente –me parece– es un lugar para que esa comunidad le hagan preguntas directamente a aquellos que ya están dentro de la industria, que suelen ser una o dos generaciones arriba y estos les respondan con la intención de darles un poco luz en el camino a aquellos que apenas empienzan. Es por eso que las sesiones de preguntas y respuestas deben ser tomadas más en serio, más cuando observas que hay la necesidad y el entusiasmo por participar.

La animadora Dana Terrace, una mujer que está en sus treinta años de vida, con un actitud receptiva hacia estas decenas de chicos ávidos si bien de un poco de atención y protagonismo, lo principal es que traen la urgencia y el hambre de destacar del montón, que saben de sobra que ellos son el montón. Dana entonces, con las herramientas suficientes de llevar una charla frente a un grupo numeroso, supo bien cómo no dejar fuera esas cuestiones que traen anidadas en la cabeza todos esos jóvenes, que Aoshima no pudo hacer, no por falta de ganas y tal vez por la necesidad de probar ya la carne en su jugo, sino porque el programa indicaba que esto había terminado.

¿Cómo lo pudo lograr, que le alcanzara para contar sus diez lecciones para ser animadora y abrir ese espacio para una comunidad sorprendentemente preguntona, sobre todo en una Guadalajara que suele ser muy apática? Pues muy sencillo, su exposición fue por bloques de alrededor de tres minutos con ilustraciones llamativas que la acompañaban en la pantalla que tenía a espaldas con frases -en inglés- tales como: «No sientas personal las críticas» o «2015: el año de la frustración» o «Es sólo una caricatura, tómalo con calma con tu equipo», para luego terminar con un dibujo con un signo de interrogación o varios en esa misma gran recuadro blanco, que iban cambiando según la lección, para indicar no solo a ella sino a todos los presentes que era el tiempo para preguntar..

Si bien no pudieron participar todos, como es lógico, lo interesante es que de manera un tanto orgánica los que lograban tener el micrófono en sus manos fue por la manera en que lo solicitaban, de tal forma que llamara la atención de la creadora estadounidense de la serie de Disney Channel The Owl House y previo a ella Patoaventuras y Gravity Falls, como guionista gráfica, fue de forma creativa. Pero aquí otra cosa, y que no sólo lo vi con ella sino con Aoshima, y es lo importante que es preguntar, preguntar a los que saben, preguntar a su equipo, preguntar a los que han admirado. Dana lo contó ahí, que ella misma se acercaba a preguntarle a los que ella conisderaba como perfiles a seguir y les hacía preguntas, para poder aprender. En sus mismas animaciones lo podemos ver, niños preguntándose todo el tiempo, porque como ella mismo lo señaló en su charla: «todos los días se aprende algo nuevo». Y no es que esté descubriendo el hilo negro, pero es importante que alguien te lo que recuerde, ¿no?

Así que bajo este juego no dicho como tal, con esta dinámica digamos, dentro de estas reglas establecidas desde su primera intervención, la de que habría un espacio para interactuar luego de cada uno de sus lecciones para llegar a ser animadora, hubo desde el chico que le echaba la luz con una lampara a la dibujante, hasta la que alzó un Doctor Simi, que solo le faltó que se lo aventara. Otro más que su mano bailaba en el aire nerviosa como si estuviera ilustrando con ansiedad en el aire, alrededor de manos firmes con brazos muy estirados, que querían hablar, también estuvo el que abrió un paraguas negro, la verdad esos jóvenes fueron arrojados, curiosos, efusivos con Dana e hicieron algunas preguntas que la directora, dibujante, escritora y guionista gráfica, sin pedantería alguna, le parecieron interesantes y las respondió con gusto.

Terrace, quien dijo que aprendió a dibujar de niña porque no sabía -vaya paradoja- como hablar con la gente y que mandó al demonio la IA en esta charla; que les recomendó que trabajaran con sus amigos y que si un jefe los hacía llorar varias veces habría que buscar otro lugar donde laborar; que si en una empresa no te aceptaba tal vez es porque hubo alguien que alguna cosa hizo la diferencia (así como aquellos que levantaron su mano en esta charla); les remarcó algo que para ella ha sido de radical importancia en estos diez años en que ha trabajado en la industria del entretenimiento, estas son dos cosas muy sencillas, pero que insisto, es importante que alguien te las recuerde: «conócete a ti mismo y a tus circunstancias». De ello es muy probable que un proyecto llegue a buen puerto.

Dana Terrace dijo muchas cosas interactuando bien con su público, de lo difícil que fue retraerse durante la pandemia en casa; de lo importante que es hacer equipo, el cual mientras más lo conoces, más los puedes ayudar y de cuán relevante es tener hobbies que no tengan nada que ver con su trabajo, la animación. Por cierto, ahora no llovió, como con Aishima, bueno si hubo lluvia pero de preguntas, un chubascoal revés, de manos levantadas, y Dana supo muy bien conectar con aquellos que querían saber más sobre cómo porder entrar en ese negocio de la animación que igual que Aoshima les dijo que había que poner toda tu pasión en ello, pero esta charla fue sobre todo imporante para las mujeres, que una al micrófono le dijo que la admiaraba tanto como a Rebecca Sugar, la primera mujer en hacer un animación en Cartoon Network, siendo además una persona no binaria, y que Dana confesó que le gustaría trabajar con ella -o elle, ¿no?-.

Bien por Pixelatl, un espacio en el que los cuarentones como yo, el que escribe esta nota, nos hace reaprender nuestras maneras de participar y de intentar conocer los intereses de las nuevas generaciones que tienen un futuro complejo al que tendrán que domar con sus propias herramientas, aunque Dana Terrace, como Guillermo del Toro, odien la IA, pues esto apenas empieza, viene un nuevo amanecer –o un crepúsculo– para la especie humana, no tardamos en que la Inteligencia Artificial transforme a los celulares y que migren absolutamente a pulseras inteligentes, a lentes inteligentes, a computadoras ambiente que hagan desaparecer los teclados y las tareas que nos quiten el tiempo. La pregunta tal vez para Dana y que yo no se la hice pero que aquí dejo, es: ¿Cómo está impactando todo esto en el mundo del arte? Porque la animación como los videojuegos, parecieran ser un simulador de ese paso al futuro que enfrentará la humanidad. Pero ya lo dijo Dana: «conócete a ti mismo y a tus circunstancias».

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José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.