CINISMO INSTITUCIONALIZADO

Por Sayo Hurtado

Manitestaciones contra el nuevo presidente del Perú. Foto: Sitio Nueva Socieda

Desde 2016, el Poder Ejecutivo en Perú se ha visto saboteado continuamente por la figura de la vacancia presidencial. Estipulada en la Constitución de 1839 por “Incapacidad Moral Permanente”, término que aludía originalmente a una situación en la que el Presidente electo fuera víctima de una insania mental o simplemente, locura, lo vago de su redacción ha dado pie a interpretaciones antojadizas que han tenido el efecto de una caja de Pandora, ya que el Congreso peruano la ha usado como un juguete para ejercer la vacancia a su antojo o usarlo como herramienta de intimidación contra los sucesivos presidentes. Ni siquiera la mediación del Tribunal Constitucional, la instancia jurídica definitiva en ese país, pudo establecer el alcance real de este mecanismo al dar un fallo que desde la tibieza ha mantenido su indefinición.

Con la destitución de Pedro Castillo tras un intento fallido de cerrar el Congreso, el ascenso de la vicepresidenta Dina Boluarte, lejos de hacer justicia a sus supuestos ideales de izquierda, solo la ha mostrado como una funcionaria hambrienta de poder y blindada políticamente por las fuerzas más conservadoras de la derecha, especialmente por el partido Fuerza Popular de Keiko Fujimori, quién ya acumula 3 derrotas electorales en su intento por hacerse de la presidencia, siendo tanto ella como su bancada en el Congreso un factor desestabilizador en la democracia peruana al promover leyes que atentan contra el estado de derecho y favorecen a la campante corrupción y la delincuencia, además de romper el equilibrio de poderes.

Boluarte, con 49 muertos a cuestas tras las muchas protestas por su nefasto gobierno, no fue alcanzada por pedido de vacancia alguno al tener el respaldo de las fuerzas políticas enemigas de Pedro Castillo, quienes la blindaron sin ningún rubor. Sin embargo, al tener solo el 2% de aprobación de parte de la población y estando a medio año de las elecciones generales para la presidencia de la República, el Congreso, finalmente, le dio la espalda y promovió su vacancia para lavarse la cara ante el electorado, dándole la chance de subir como Primer Mandatario a José Jerí, un congresista que obtuvo su curul al ser un “accesitario” en reemplazo de Martín Vizcarra, vetado por el Congreso como venganza política por su mandato presidencial.

Como en anteriores ocasiones, la represión policial tuvo carta blanca con el triste saldo de un fallecido por herida de bala, el rapero de 32 años Mauricio Ruiz, baleado impunemente por un agente policial infiltrado, y 30 heridos entre los que se encuentran una niña de 11 años, hija de una vendedora ambulante, con politraumatismo craneal al ser víctima del impacto de una bomba lacrimógena, además del joven Luis Reyes de 28 años, inducido al coma tras sufrir un ataque con arma contundente que le ha dejado serias lesiones en el cerebro.

Sayo Hurtado

Jerí, que solo había tenido 11 mil votos en las elecciones congresales, consiguió el cargo de Presidente del Congreso peruano con más de una polémica, ya que tenía una denuncia por violación sexual que habría tenido lugar en diciembre de 2024 y que fue desestimada de manera irregular por el cuestionado Fiscal Supremo Tomás Gálvez.También acumula cargos por enriquecimiento ilícito y recepción de sobornos cuando lideró la Comisión de Presupuesto del Congreso, además de descubrirse que bajo su gestión como Presidente del Congreso habría otorgado la buena pro de manera irregular a una compañía de seguros de vida en favor de los trabajadores de dicha institución, saltando por encima los mecanismos regulares para dicho proceso.

En dicho contexto, Jerí ha pasado a ser el octavo presidente peruano en menos de una década y el tercero más joven en la historia republicana. Lejos de calmar las aguas en un país sacudido por la crisis política y la inseguridad por el accionar de las bandas criminales, el 15 de octubre pasado, la autodenominada “Generación Z”, un colectivo que aglutina a jóvenes universitarios y estudiantes de diversa condición social, saltaron a las calles en una marcha que convocó a más de 100,000 personas y para pedir la dimisión de un presidente, que lejos de convocar a la unidad, solo queda expuesto como un nuevo operador de un congreso corrupto.

Como en anteriores ocasiones, la represión policial tuvo carta blanca con el triste saldo de un fallecido por herida de bala, el rapero de 32 años Mauricio Ruiz, baleado impunemente por un agente policial infiltrado, y 30 heridos entre los que se encuentran una niña de 11 años, hija de una vendedora ambulante, con politraumatismo craneal al ser víctima del impacto de una bomba lacrimógena, además del joven Luis Reyes de 28 años, inducido al coma tras sufrir un ataque con arma contundente que le ha dejado serias lesiones en el cerebro.

Este es el panorama en el que José Jerí asume una presidencia que concluye el 28 de diciembre de 2026, pero que, desde el saque, se muestra indiferente ante la injustificada represión policial y muestra al gobierno peruano como una democracia endeble y con un preocupante perfil autoritario. Las protestas prometen continuar con un país polarizado entre la indignación de muchos y la indiferencia de quienes creen ver la solución en una “mano dura”. Por lo pronto, el debate está muy encendido en las redes sociales.

Gonzalo Hurtado es cinéfilo 3X con efectos especiales. Quiso ser cineasta y terminó de periodista y editor de revistas como Plus TV Magazine y colaborador de Soho Peru. Laboró en la empresa multimedial Media Networks y en el blog Al Pacine.


Descubre más desde REVISTA LOS CÍNICOS

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

aUTOR

TENDENCIAS