CINISMO / FILMEWEB

Por Fabián de la Cruz Polanco

 «¿Por qué no hacemos una entrevista, ligera, levísima, frívola incluso –son las que más me gustan–, casi póstuma?» la escribió Roberto Bolaño en un correo electrónico a la periodista Mónica Maristain, poco antes de morir, proponiendo su última entrevista, que resultó ser muy profunda y reveló su humor negro, su lucidez y su visión sobre el oficio de escribir, a pesar de estar en una lista para un trasplante de hígado. 

Aunque parece muy sencillo el acto de sentarse frente a una computadora para escribir un texto, esta actividad suele ser muy difícil cuando el escrito a realizar es sobre una persona a la que se le conoce y con quien se tiene una relación especial, ya sea pública o privada; y más lo es cuando de quien nos estamos refiriendo ha dejado de existir; convirtiendo esa labor en una vorágine de ideas y ganas de externar lo positivo o en ocasiones lo no tanto de quien ha dejado de respirar, dependiendo el trato que se haya tenido.

De nueva cuenta me toca escribir una columna sobre la partida de un amigo más, en esta ocasión de una mujer a quien le tengo y tendré un gran agradecimiento de por vida; porque se trató de una persona que llegó a mi vida en un momento crucial y me ayudó a transformarla para bien, siendo uno de mis ángeles de la guarda, como siempre le dije que lo era a la autora, periodista y amiga Mónica Maristain, cuyo deceso se dio a conocer este 16 de diciembre.

Siempre de buen carácter, amable y buena disposición de su parte eran las cualidades con las que me encontraba con ella. Con esa sonrisa discreta que la caracterizaba y un modo que al mismo tiempo te hacía desconocer cuál era su verdadero sentir, Mónica es, fue y será de aquí a la eternidad una Dama en toda la extensión de la palabra.

Mis primeros encuentros con ella fueron durante mi trabajo como reportero en El Heraldo de México, periódico en el que trabajé de 1998 al 2003, y al que llegué gracias a la recomendación de otro ángel, Carmen Sánchez Dávila; y en el que conocí al ángel mayor, mi jefe, mentor y amigo Mauricio Peña, también fallecido desde hace más de 11 años.

Continuamente que Mónica y yo nos veíamos en los eventos, que por lo general eran de música o cine, nos saludábamos de manera cordial y muy discreta, reflejando el gusto mutuo de sabernos bien y en paz. “¡¿Cómo estás Fabi?!”, preguntaba para iniciar la breve conversación, la cual me gustaba mucho tener porque era una mujer que te invitaba a querer y tener cerca; aunque hay que dejar en claro que también era una persona difícil de carácter y lograr lo anterior era sentirse ganador de una gran batalla.

Tiempo después dejé mi empleo en El Heraldo, meses antes de la desaparición del diario, para convertirse en Diario Monitor, el fallido intento de José Gutiérrez Vivó para concretarse como el máximo comunicador del país; y emigré al que consideré en su momento el mejor empleo en mi carrera y gran oportunidad de vida, la División Teatro de Ocesa; lo que me llevó a dejar de tener esos encuentros ocasionales con Mónica Maristain.

Después de haber sido despedido y humillado en esa empresa, ese mismo día por la tarde sonó mi teléfono celular recibiendo la llamada de Mónica Maristain quien, de nuevo transmitiendo amistad y cariño, me preguntó “Fabi, ¿vos querés escribir en Playboy?, publicación en la que ella trabajaba como directora y editora en su versión para México.

Sin embargo, la amistad y cariño quedaron en espera de reencontrarnos más adelante, y eso ocurrió en los primeros días de enero de 2005, ahora hace más de 20 años, casi 21; cuando dejé de trabajar en Ocesa Teatro, en donde me desempeñé como segundo encargado del área de prensa de la misma, dirigida por el productor Morris Gilbert (aunque él diga lo contrario), teniendo como jefe directo al crítico y periodista Hugo Hernández, convirtiéndose en un capítulo muy fuerte de mi historia personal y profesional, del que ya escribiré más adelante; pero que ahora es recordado por obvias razones.

Después de haber sido despedido y humillado en esa empresa, ese mismo día por la tarde sonó mi teléfono celular recibiendo la llamada de Mónica Maristain quien, de nuevo transmitiendo amistad y cariño, me preguntó “Fabi, ¿vos querés escribir en Playboy?, publicación en la que ella trabajaba como directora y editora en su versión para México.

“¿En serio?”, pregunté impactado e ilusionado. “¡Claro! ¿Querés o no?”, siendo obviamente positiva mi respuesta, acudiendo al día siguiente a las oficinas de la editorial que la publicaba, ubicadas en ese entonces en la calle de Mier y Pesado, en la colonia Del Valle, muy cerca de donde ella vivía en ese momento.

Una semana después de haberme integrado a su equipo y de haber realizado ya mi primera cobertura, el teléfono volvió a sonar y de nuevo era Mónica para preguntarme “Fabi, ¿Qué es lo que hacías en Ocesa?”; y después de explicarle, también fue ella quien me devolvió al camino invitándome a ser el jefe de prensa “de un proyecto chiquito, muy sencillo que estamos haciendo de teatro”; siendo este la comedia ¿Estás ahí?, del dramaturgo argentino Javier Daulte, que se escenificó en ese momento en una breve temporada de tres meses, en el Teatro El Galeón de la Unidad Artística del Bosque de Chapultepec y en la que ella fungió como Productora Ejecutiva.

La pieza fue dirigida por Daniel Giménez Cacho, con quien Mónica tuvo en ese tiempo una buena amistad; teniendo como empresa productora a El Milagro, de la que Daniel era socio, junto con Gabriel Pascal; teniendo en ese momento a José María Yaspik, que hacía un excelente desnudo, alternando personaje (no con el mismo impacto al quitarse la ropa), con Martín Altomaro y con Mariana Gajá como pareja; siendo una excelente temporada, teniendo invitados más que especiales, como Gael García Bernal y Diego Luna, primero como espectadores; y después al segundo como padrino de develación de placa por el final de temporada; además de otras presencias.

De esa manera Mónica Maristain, mi ángel de la guarda, se convirtió en la madrina de mi faceta como coordinador de prensa independiente, actividad que sigo desempeñando y en la que espero seguir trabajando durante el tiempo que tenga permitido hacerlo, porque de nueva cuenta la vida nos ha mostrado que no tenemos el tiempo comprado y que, en cualquier momento, cuando menos lo esperemos, podemos irnos y dejar muchas cosas inconclusas, como debió de pasar con mi querida amiga Maristain.

Entre las cuentas que manejé estuvo también una última promoción que se hizo para uno de sus libros, y que a mí me gusta mucho porque abordó el género de la entrevista, que me apasiona demasiado: 30 actores hechos en México, con fotografías de Marina Taibo, publicado en 2008 por Ediciones B México.

30 actores hechos en México, de Mónica Maristain con fotografías de Marina Taibo, publicado en 2008 por Ediciones B México.

En el mismo, Mónica tuvo como base “acercarse a un oficio fascinante y misterioso”, dejando abierta la pregunta sobre ¿En qué consiste realmente el trabajo de actor? Para ello incluyó, como lo dice el título del mismo, charlas con 30 histriones quienes dieron sus versiones personales y profesionales para responder esta pregunta; estando entre otros: Juan Manuel Bernal; Bruno, Demián y Odiseo Bichir; Julio Bracho; Eugenio Derbez; Gael García Bernal; Daniel Giménez Cacho; Plutarco Haza; Rafael Inclán; Diego Luna; Raúl Méndez; Luis Fernando Peña; Roberto Sosa; Luis Felipe Tovar; y José María Yazpik.

A la par de mi trabajo como jefe de prensa en diversos proyectos de teatro, cine, streaming y derivados, en los primeros meses de 2008 surgió la posibilidad, gracias de nuevo a Mónica, de integrarme como redactor y periodista en Playboy México de manera fija, pues previo a esto estaba como colaborador externo, pero con mucho trabajo por orden de ella; iniciando un periodo muy provechoso y gratificante de mi carrera profesional y personal; yendo siempre las dos de la mano.

Reubicando las oficinas en la calle de Homero, en la colonia Polanco, retomé la disciplina de prepararme a diario para irme al trabajo, yendo de lunes a viernes en un horario muy cómodo y que le gustaba a Mónica: de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde; teniendo la posibilidad de hacer otras cosas de manera alterna, además de poder retomar mi labor como periodista, a la cual le tengo mucho cariño y respeto, desde que la empecé a ejercer desde hace casi 30 años.

Ahí tuve la oportunidad de ver a Mónica trabajar en vivo y en directo en su faceta como directora editorial, siendo en todo momento una persona profesional y exigente, como se debe; pero al mismo tiempo amable y respetuosa, haciendo su misión con cariño y mucho amor, el cual contagiaba a todos los que estábamos ahí. Una experiencia para mi muy agradable y provechosa.

Su presencia fue muy importante para mí, pues sabía que harían una excelente cobertura; además de que la estadía de Mónica Maristain en el festival fue un logro para mí, pues pude hacer que se despegara de su escritorio durante una semana para que, además de ver películas y hacer entrevistas al aire libre, tuviera la posibilidad de pasar unos días de descanso, haciendo ahí un buen equipo de trabajo y de amigos. Muy divertido y ahora muy emotivo ante el recuerdo.

Me reencontré con Adriana González, la asistente de Mónica a quien conocí desde mis inicios en 2005; además de reencontrarme con algunos compañeros de trabajo, que colaboraban también en la revista, como Araceli Calva y Arturo Flores, ahora director editorial de la revista. Además de conocer a compañeros como Patricia Ponce e Iván (no recuerdo su apellido, pues era medio cortado); además de conocer a quien ahora es uno de mis pocos mejores amigos, al igual que Mónica excelente autor y periodista, radicado ahora en San Luis Potosí: Adán Medellín, un regalo más que Maristain trajo a mi vida.

En 2014 tuve la oportunidad de trabajar por segunda ocasión en el equipo del productor Víctor Sotomayor como parte, ahora del área de prensa, que trabajé junto con Yozmit Ramírez, de la novena y última edición del Festival Internacional de Cine Acapulco (FICA), que él creó y dirigió; en la que tuve la posibilidad de incluir como invitados de prensa a varios compañeros, que fueron convocados obvio porque trabajaban con buenos resultados en la cobertura de festivales; y pude convocar a Mónica y a Adán. A ella como periodista independiente, pues ya no estaba en Playboy; y a Adán por la revista del conejo, como la llamábamos él y yo.

Mónica Maristain durante la cobertura del Festival Internacional de Cine de Acapulco, en enero de 2014. Lo acompañan los periodistas Fernando Díaz Juárez, José Antonio Monterrosas Figueiras, el escritor Adán Medellín y el autor de esta nota Fabián de la Cruz Polanco, al centro Joaquin Phoenix, en su papel de Theodore en la película Her (EUA, 2013)

Su presencia fue muy importante para mí, pues sabía que harían una excelente cobertura; además de que la estadía de Mónica Maristain en el festival fue un logro para mí, pues pude hacer que se despegara de su escritorio durante una semana para que, además de ver películas y hacer entrevistas al aire libre, tuviera la posibilidad de pasar unos días de descanso, haciendo ahí un buen equipo de trabajo y de amigos. Muy divertido y ahora muy emotivo ante el recuerdo.

Ese último FICA fue el inicio también de una amistad que duró hasta el fallecimiento de Mónica (qué fuerte escribir esa palabra); y fue la que tuvo con nuestro amigo y compañero José Antonio Monterrosas Figueiras, conocido también en ese entonces como El Cronotopo; quien también formó parte de ese singular grupo y quien, con el paso de estos 11 años, se convirtió en amigo y confidente de Mónica quien, como lo dije línea arriba, no era una persona fácil de abordar y tratar, pero a quienes logramos hacerlo, tuvimos un excelente regalo. Inolvidable.

Pudimos ser amigos de Mónica Maristain. Al grado de celebrar junto con ella un par de cumpleaños, una realizada en una cantina en el Centro Histórico, reunión a la que también acudió el primer actor de teatro musical, cine y streaming José Antonio López Tercero; y una más en su casa de ese entonces, ubicada en la colonia Peralvillo, en que sólo estuvimos unos cuantos, Monterrosas entre ellos y otro amigo de Mónica, no recuerdo si músico o autor.

Durante su estadía como editora en el portal Sin embargo; y ahora en su Maremoto Maristain, título que describía en una sola palabra lo que ella era; Mónica siempre tuvo un espacio para mí, lo mismo como periodista que como gerente de prensa. Por eso y por todos los años de amistad MUCHAS GRACIAS POR TODO MÓNICA MARISTAIN. DESCANSA EN PAZ Y VUELA ALTO. Y ten por seguro que nunca jamás te olvidaré.

*Nota originalmente publicada en Filmeweb

Fabián Polanco inició su carrera profesional en 1992, desarrollándose en el periodismo de espectáculos, cinematográfico, teatral e interés general; además de desempeñarse en la producción ejecutiva de radio, teatro y cine; y también como coordinador de prensa.

El Heraldo de México (Familia Alarcón); Playboy México; Boys Mx; Todes; Cine Toma (Revista mexicana de cine); Radio Fórmula; Televisa Radio; Infonor Saltillo, Coahuila; Radio 13; y Ocesa Entretenimiento División Teatro han sido algunas empresas y medio de comunicación en los que laboró; también fue investigador y editor de contenidos para medios de comunicación del Noveno Festival Internacional de Cine Acapulco (FICA); y director adjunto del Festival Internacional de Cine Gay Exhibido en la UNAM. Además de haber sido gerente de prensa y publirrelacionista de todas sus ediciones.

Es autor del proyecto editorial Magia pura y total (Historia del Teatro Musical en la Ciudad de México), publicado en 2011; 2012; y 2018. Además de Cine Mexicano del 70… La década prodigiosa. Todos publicados de manera independiente por el sello SamSara Editorial; y participó en el libro colectivo Partículas de Luz (El cine se encuentra en Guanajuato), publicado por Fundación Expresión en Corto, AC., del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF).

En 2006 creo el proyecto editorial digital Filmeweb y desde hace 19 años dirige la empresa Samcro México (Sinergia artística. Management. Comunicación. Relaciones Públicas. Organización de eventos de cine, teatro, música y editoriales de producción no industrial/independiente, para público convencional; y LGBTIQ+).


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