A VECES ME DESPRECIO

Es peregrino, fugitivo y trae un nuevo disco

La hostia plateada que me orilló a redactar esta entrega, es la nueva obra de Armando Rosas, titulada El oficio mío (Ediciones Pentagrama, 2016), la cual contiene 10 temas cuyo eje rector fue el piano  y con la que celebra más 30 años de carrera musical.

Por Félix Morriña

«Sé que todo lo hice mal, casi todo lo hecho mal,
como siempre me quedé brindando solo.«

—»Como siempre», Armando Rosas

Hace mucho que no sentía emoción al escuchar un disco completo, una y otra vez, ¡hasta rezarlo! Hace mucho, pero mucho tiempo, que no escuchaba un disco de principio a fin, por horas, por días y con amigos que aguanten mis faenas nocturnas laburando.

Disco de Armando Rosas
Su nuevo disco se presenta el 25 de marzo en el teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México.

La hostia plateada que me orilló a redactar esta entrega, es la nueva obra de Armando Rosas, titulada El oficio mío (Ediciones Pentagrama, 2016), la cual contiene 10 temas cuyo eje rector fue el piano —a decir del propio creador— y con el que celebra más 30 años de carrera musical.

Hay algo extraño en esta obra, porque pareciera que son un paquete de rolas de distintos tiempos y espacios, sobre todo porque hay canciones muy características del estilo narrativo, discursivo de Rosas, pero también hay novedades del crecimiento creativo del maestro, como la «Suite bailable», y la intervención de la cantante Virginia Ramírez en la pieza «Si falta fe». No es un disco común y corriente, como diría mi camarada baterista Aldape: “¡Hay que echarle lápiz!”

“El presente disco sufrió muchos extravíos, pero siempre hubo alguien con el suficiente cariño y respeto por mi trabajo que le dio rumbo y certidumbre”, advierte el autor de esta maravillosa obra que representa, sin duda, a los herederos rupestres y a los entes amantes del academicismo, tan necesario para apreciar lo mejor de lo mejor en el arte multidisciplinario nacional.

Agrega que  el disco originalmente estaba planeado para producirse y grabarse en la ciudad de San Francisco, California, sin embargo, repentinamente cambió su rumbo, primero a Ciudad Neza, Estado de México, después se dirigió a Mérida, Yucatán, inevitablemente pasó por la Ciudad de México y culminó en la ciudad de Amberes, Bélgica.

Hace mucho que no sentía emoción al escuchar un disco completo, una y otra vez, ¡hasta rezarlo! Hace mucho, pero mucho tiempo, que no escuchaba un disco de principio a fin, por horas, por días y con amigos que aguanten mis faenas nocturnas laburando.

Armando Rosas_Interior

Pienso entonces en la  «Suite bailable», la cual está dividida en tres danzas: «Cumbia Zeferino, Vals peruano» y «Balada Convite»  cuando explica que «hay que desconfiar de la música que no se puede bailar, ni mucho menos cantar».

Esta melodía es parte de su proyecto The Fast Concert Music que consiste en utilizar los motivos de sus canciones, los cuales desarrolla y los convierte en lo que llamamos música de concierto.

«Danza número 1. Cumbia Zeferino», la construyó sobre motivos de la «Cumbia vudú» que fue dedicada al maestro (marimbista) Zeferino Nandayapa. De esta obra ya existe una versión para marimba y orquesta. En la presente versión el músico la adaptó al piano.

«Danza número 2. Vals peruano» está construida sobre los motivos de la canción «Herraje»hermosa y de las mejores que se le hayan escuchado a Armando Rosas—  dedicada al maestro Mario Kuri Aldana, quien fue su profesor de Apreciación musical y contrapunto en la Escuela Superior de Música y de quien siempre recibió apoyo y amistad.

Finalmente, «Danza número 3. Balada Convite» está construida sobre motivos de su rola «Noche de Convite», y se la dedica al ya fallecido compositor Eugenio Toussaint.

Por cierto, son las siete de la mañana, todos corren a sus labores y ocupaciones, mientras yo digo salud y escribo esto. “Soy dipsómano profesional” no miento, soy honesto, y este oficio de periodista cínico, me hizo obstinado, obsesivo, compulsivo.

Es el amor, la pasión, la verdadera entrega por lo que uno sabe hacer bien, quizá lo único bien, sobre esta efímera existencia. O como dice Armando Rosas en unas de sus canciones: «soy un peregrino arrepentido, fugitivo redimido por amor». ©

*Versión cínica de la columna Silencios Estereofónicos de Félix Morriña, publicada en el diario Impulso.

Félix Morriña
Dandy, pero punk.

Félix Morriña es periodista y promotor cultural. Columnista en ImpulsoSemanario Punto Revista Ágora.

@fmorrina