EL REPORTERO INCREÍBLE
¿Para qué celebrar al cine mexicano?
Cabe preguntarnos: ¿en realidad necesitamos un día nacional del cine mexicano? ¿No tenemos suficiente con pensar que el cine mexicano es incluso tomado como un género cinematográfico?
Por Maicol

El pasado 15 de agosto asistí al festejó de el Día Nacional del Cine Mexicano, en la Cineteca Nacional. Ahí se proyectaron algunas películas mexicanas, tales como “Güeros”, de Alonso Ruizpalacios; “Te prometo anarquía”, de Julio Hernández Cordón; “La jaula de oro”, Diego Quemada-Díez y “Los cuates de Australia”, de Everardo González, por mencionar algunos. También hubo una función de gala en la que se proyectó el cortometraje “Verde”, de Alonso Ruizpalacios, ganador al premio Luminus al mejor cortometraje, y el largometraje “El rincón de las vírgenes», de Alberto Isaac, cinta del año 1972, donde actúa, por cierto, nuestra ahora finísima diputada Carmen Salinas que al llegar a la Cámara de Diputados dijo: “¡No tengo iniciativas. No la hagan de pedo!” o la que cuando fue el aumento a los combustibles, el Gasolinazo, espetó: “el que tenga coche que lo mantenga, no hay de otra carnaaal”.
Esto de el Día Nacional del Cine Mexicano es una iniciativa aprobada por unanimidad, el pasado 20 de abril, precisamente por el Senado y que intenta, según, “reconocer el aporte cultural e ideológico de la producción cinematográfica nacional, así como promover estímulos para la industria”. Cabe preguntarnos: ¿en realidad necesitamos un Día Nacional del Cine Mexicano? ¿No tenemos suficiente con pensar que nuestro mexicano es incluso tomado como un género cinematográfico? Yo creo que no tenemos porque categorizar al cine mexicano, sólo por ser mexicano, ya que dentro de su «oferta» tenemos: terror, animación, comedia romántica, comedia romántica y comedia romántica.
¿Y nosotros qué entendemos por el cine mexicano? ¿Es el cine donde actúa Eugenio Derbez: “Cómo ser un latin lover”, que es producción estadounidense y la cual vendió 10 millones de boletos en taquilla en el país? ¿o películas como “Te prometo anarquía”, de Julio Hernández Cordón o “Güeros”, de Alonso Ruizpalacios?
Me pregunto si los cineastas están pensando en hacer cine de taquilla, que se venda mucho, sin importar el monto de la inversión, ya que esta es la visión de Hollywood. Y la nuestra no tiene porque estar peleada con esta idea, no lo creo, pero por qué no conjuntar un buen cine, que también sea taquillero.
Creo que esto es lo que tendríamos que hacer con el cine mexicano, meterle mercadotecnia y no sólo quejarnos de que no tememos el tiempo suficiente en las salas de cine, sabemos que las dos cadenas exhibidoras: Cinepolis y Cinemex juntas abarcan el 92% por ciento de las salas del país, y los Blockbusters hollywodense llenan esas salas y las mexicanas poco compiten.
Tenemos la idea de que hacer cine es una tarea titánica y que requiere mucho dinero: ¡millones de dólares! Eso es cierto. Pero hace poco tuve la oportunidad de ver una película mexicana, con gran talento y un buen guión. Una comedia romántica que a mi parecer es buena y no realizada con grandes presupuestos, por el contrario, parte del dinero fue recaudado a través de Fondeadora, alrededor de 50 mil y los otros 10 mil pesos, fueron de la bolsa de su director Pablo Arredondo. Si con tan solo 60 mil pesos se realizó un largometraje, digno de ser exhibido, no pongamos de pretexto que por el poco dinero no se puede hacer buen cine, claro que esta película tiene sus bemoles, pero si con este insignificante presupuesto salió bien, me gustaría ver qué se pude hacer con un poco más de dinero, porque el talento ya lo tienen.
En México existen fondos gubernamentales, es un proceso largo y burocrático, y no siempre va para buenos proyectos. Ahí está: “Treintona, soltera y fantástica”, de Chava Cartas, que se hizo con el apoyo del Gobierno Federal y es una verdadera basura, con un presupuesto alto. No basta con hacer buen cine, hay que hacer cine para todos, y de buena calidad, no sólo dedicarnos a hacer versiones mexicanas de remakes, como el caso de la película “No manches Frida”, con Omar chaparro y Martha Higareda. Copia fiel de su original, la película “Fack ju Gohte”, del director Bora Dagtekin. Por películas como esta creemos que el cine mexicano sigue siendo poco original y de mala calidad.
Creo que el director Alejandro González Iñárritu, siendo un mercadólogo, entendió la fórmula para hacer cine para un público en específico, lo que llaman target o público meta, pues su objetivo era ganar el premio Oscar y ya lo logró. José A. Herrero Ortiz en su libro: “Monólogo de un Vendedor” define que “el marketing representa una mentalidad, una forma de ser, de pensar y hacer las cosas de la mejor forma y manera de alcanzar la especialización profesional y dominar las técnicas de la calidad para llegar a la venta del producto o del servicio”.
Creo que esto es lo que tendríamos que hacer con el cine mexicano, meterle mercadotecnia y no sólo quejarnos de que no tememos el tiempo suficiente en las salas de cine, sabemos que las dos cadenas exhibidoras: Cinepolis y Cinemex juntas abarcan el 92% por ciento de las salas del país, y los Blockbusters hollywodenses llenan esas salas y las mexicanas poco compiten. Esto nos lleva a pensar que la gente no ve películas mexicanas porque los temas no son lo más entretenido e interesantes. No tanto porque no haya quien distribuya o exhiba. Hay que voltear a ver al público y llegarle con calidad. ¿O me equivoco? ©

Maicol (Ricardo Mandujano) es un curioso millonario amante de la cultura, que por años ha viajado en su auto increíble a distintos escenarios para contarnos lo que ve y con quien conversa. Maicol, el Reportero Increíble, es un seductor con las actrices e implacable con los directores de cine. Suele dar sus reportes en Los Cínicos de Uni Radio del 99.7 FM.