A VECES ME DESPRECIO

¡Bienvenido al mundo terrenal, Sebastián!

Dos canciones de cuna y una plegaria con mate, hoja de coca y tequila para un recién nacido.

Por Félix Morriña

El hombre que cayó a la Tierra.jpgLlegaste al mundo terrenal el domingo 2 de septiembre a la noche, a las 22:40, según la segunda madre convertida en abuela ahora, muy cercana mía. Sabía que pronto estarías por acá entre nosotros, me lo dijiste a través del embarazo subliminal al que fue sometida dicha segunda madre, la que seguro cuidará mucho de vos querido, deseado pibe.

¡Vos sabés, me moviste el piso también! Me hiciste revolver neuronas, emociones y sentimientos encontrados de cuando arribé a la tierra, porque como vos, fui primer nieto y fui recibido como si fuese el mismísimo David Bowie encarnado en la película de Nicolas Roeg de 1976: El hombre que cayó a la tierra.

Cada sistema que compone tu delicado corpus es una extensión de tus progenitores, así como de lo que hay detrás de tu lenguaje neurológico y bagaje genético hereditario de tus abuelos y algunas generaciones inmediatas. Aparte, tú mismo irás estructurando tu ser, carácter y destino. Sé que forjarás una vida distinta a la del común denominador de un país como el que te tocó nacer. Decidirás en el futuro, si querés cargar con toda esa idiosincrasia de la pacha mama que te vio nacer, o te convertirás en el ciudadano del mundo como tu tío, el hombre nacido en el altiplano —de ya saben dónde— transformado en aire, aliento y pensamiento para la familia y su entorno social.

Sobra decirte Sebastián que te toca, como solía decir el tata José Alfredo Jiménez, un mundo raro. Como te darás cuenta, hoy ando muy sudaca, ando lerdo y cansino, porque hoy hace cuatro años partió del orbe uno de los cantantes que me hicieron muy feliz, no sólo por su música con Soda Stereo y en plan solista, sino porque gané buena plata con su obra creativa. Te hablo de Gustavo Cerati, un che al que no sólo aprecié, sino que pude tratar y trabajar haciendo lo que mejor sé hacer en la vida: escribir, hacer periodismo.

Un par de regalos para el nene

Sebastián, tengo dos regalos para vos, dos canciones de cuna muy peculiares del Cono Sur, de mi amada Argentina, que te acompañarán desde siempre. La primera es del padre del rock argentino, el idolatrado Luis Alberto Spinetta, quien dejó huella en la Lengua de Cervantes y del tata José Alfredo Jiménez.

La canción se llama “Plegaria para un niño dormido”, incluida en el primer disco del primer grupo de Spinetta, Almendra. Luego de escucharla de nuevo tras muchos, muchos años (imagínate fue compuesta en 1969 y yo no recuerdo bien a bien cuándo fue el momento en el que lloré por vez primera al oírla), preferí hacerle un sentido homenaje al “Flaco” Spinetta a través del cantante de la banda Divididos, el bonísimo Ricardo Mollo, quien la cantó ante la hija de Spinetta, la guapa Vera, para el programa televisivo “El Carrousel” que ella dirige. ¡Pibe, la versión es muy conmovedora!

Sebastián, naciste con el número 2, ya que llegaste el 2, a las 22 y el video “Canción de cuna” de Los Piojos inicia con la imagen del 2 en la pantalla, porque Ciro así le nació. Recuerdo cuando lo entrevisté en Argentina en un encuentro musical y en México, en el Festival Vive Latino, me dijo algo sobre la magia del 2 que ya no lo recuerdo con precisión. ¿Será que mi dualidad no me lo permitió recordarlo ahora?, porque yo soy dos en uno, querido bebé.

El segundo Opus es una obra magistral del desaparecido grupo che Los Piojos, cuyo cantante, Andrés Ciro Martínez, la compuso para todos los niños que luchan por nacer, por ser y estar, ya que son la más grande bendición del mundo para todo progenitor. Cuando escuchés “Canción de cuna” del disco doble, hecho en CD y DVD —luego te cuento qué es el CD y el DVD—, Que placer verte otra vez (2015) de voz de “tus madres”, sabrás de qué te escribo y hablo querido pibe. Para mi es una canción de cuna recurrente porque la he dedicado a mis seres amados y a todos los que fuimos deseados, amados y respetados. Cuando se ha tenido un nacimiento de tus magnitudes, con todos los desafíos habidos y por haber, uno sabe para qué está en esta tierra y en el cosmos.

Sebastián, naciste con el número 2, ya que llegaste el 2, a las 22 y el video “Canción de cuna” de Los Piojos inicia con la imagen del 2 en la pantalla, porque Ciro así le nació. Recuerdo cuando lo entrevisté en Argentina en un encuentro musical y en México, en el Festival Vive Latino, me dijo algo sobre la magia del 2 que ya no lo recuerdo con precisión. ¿Será que mi dualidad no me lo permitió recordarlo ahora?, porque yo soy dos en uno, querido bebé.

Un track fantasma para el chico

Debo confesarte Sebastián que hay un tercer tema escondido, cual bonus track en esta entrega lírica musical —luego te cuento qué es un bonus track—, para que un día sepas el motivo por el cual estamos comunicándonos de esta manera.

Sólo deberás saber por ahora que tiene que ver con esos encuentros que nos da la vida para saber que todo ha valido la pena, que uno “aprende aprender, sin aprehender”. Naciste libre como yo, por eso la canción del segundo padre del rock argentino, el maestro Charly García, te ayudará a entender por qué compuso “Nos veremos otra vez” con el desaparecido grupazo Serú Girán, allá por los años 80 si mal no recuerdo.

Quisiera escribir más Sebastián, pero debo entregar ya el texto para ser publicado en el periódico, el miércoles 5 de septiembre —ya te explicaré qué es un periódico. Sabremos manejar las energías del cosmos para estar pendientes de la vida mutua.

Brindo bajo la tormenta que ha caído en Metepec con mi vaso de tequila a la José Alfredo Jiménez y mi taza de mate argentino mezclado con té de hojas de coca de mi querido Cuzco del Perú. ¡Los martes escribo mucho, pero hoy lo dedico a vos y tu círculo inmediato! ¡Bienvenido al mundo terrenal Sebastián!

¡Bendiciones! ©

*Versión despreciable de la respetable columna Silencios Estereofónicos de Félix Morriña, publicada en el diario Impulso.

Félix Morriña
Dandy pero punk.

Félix Morriña es periodista y promotor  etílico-cultural. Columnista en Impulso, Semanario Punto Revista Ágora. “Este oficio sí es para cínicos”, podría ser el título de su libro de crónicas culturales.