CINISMO TRANSFORMADOR

La jugada chapucera que no ha funcionado con Zapata

Todas las Cuauhtemiñas le han funcionado a Andrés Manuel, menos una, la relacionada con el Caudillo del Sur y la conmemoración del centenario de su asesinato, sucedida el 10 de abril pasado. Ésta es la primera parte de varias sobre una piedra en el zapato para López Obrador: Emiliano Zapata.

Por José Antonio Monterrosas Figueiras y Pulpo Santo

¡Aprendió rápido ese Peje! Cartón de Pulpo Santo.

Parece que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha aprendido bien la Cuauhtemiña del ex fubolista y ahora gobernador del estado de Morelos, su amigo Cuauhtémoc Blanco Bravo. Desde el 1 de diciembre, incluso antes, como desde hace 18 años, por decir lo menos, Andrés Manuel se la ha pasado agarrando el balón con los dos pies para saltar junto con él y lograr rebasar a los contrincantes que intentan quitarle la pelota, aunque al final siempre logra brincarlos para luego anotar y una vez más, salirse con la suya, con el pretexto de hacer justicia con sus pejemoñas. Me canso ganso que sí.

En estos primeros cuatro meses de su gobierno ha puesto en práctica la jugada inventada por el Cuau en su infancia, cuando vivía en la ahora alcaldía de Azcapotzalco, en la Ciudad de México, que la utilizaba para quitar la pelota que se atoraba en las coladeras de una cancha de concreto en la que jugaba con los cuates de la cuadra. Ahí tienen la aprobación de su Guardia Nacional con militar al mando y no civil (ya sabemos que contra la delincuencia “abrazos y no balazos”, decía en tiempos de campaña) o la promesa de castigar a los ex presidentes peleles y espurios de México -Enrique Peña Nieto y el innombrable Carlos Salinas de Gortari que están libres por el mundo o Vicente Fox y Felipe Calderón, que ya hasta tienen seguridad exclusiva que los cuidan día y noche. 

Todas las Cuauhtemiñas le han funcionado a Andrés Manuel, menos una, la relacionada con Emiliano Zapata y la conmemoración del centenario de su asesinato, sucedido el 10 de abril pasado.

Cuauhtemiña rumbo a la 4T.

Ahora el Presidente “incorruptible” en turno, pide borrón y cuenta nueva para aquellos “cerdos y cochinos, puercos y marranos”. Ahí queda pues, todos perdonados, porque él no sabe odiar puro amor y paz; o el echar abajo la “mal llamada Reforma Educativa” como la nombra al hartazgo, al enviar un memorándum para que el artículo tercero y el artículo 73, relacionados con la educación, dejen de aplicarse, porque lo digo yo, aquel que solía pronunciar como chachalaca “me podrán decir Peje, pero no lagarto”. Las encuestas indican, sin embargo, que su niveles de popularidad están por los cielos, además de que su triunfo en la tercera es la vencida o nos vamos a la chingada, nos hizo a los mexicanos más felices. ¿Dónde quedó aquello de “a mí denme por muerto para las elecciones presidenciales del 2006 porque este tema causa mucha polémica y pone nerviosos a mis adversarios”?

Todas las Cuauhtemiñas le han funcionado a Andrés Manuel, menos una, la relacionada con Emiliano Zapata y la conmemoración del centenario de su asesinato, sucedido el 10 de abril pasado. Fue precisamente en el estado Morelos, entidad que gobierna el mismo creador de la jugada chapucera hecha famosa, de manera internacional, en el Mundial de Francia 98, en el partido contra Corea del Sur y en la ciudad donde fue alcalde de 2016 hasta 2018, en el que recordó al caudillo del sur. Sí, en Cuernavaca, la capital del estado de Morelos. Bueno, es que en realidad el plan era otro, estar ese día en Chinameca, población al sur del municipio de Ayala, en este mismo estado, lugar donde el 10 de abril de 1919 fue asesinado Zapata por el general Jesús Guajardo.

Donde hubo amor cenizas quedan.

El prejidente advertía sobrado de sí mismo, como pulga robustecida y embriagada por la sangre chupada de los votos del pueblo bueno, que el 10 de abril conmemoraba —sí o sí— a Zapata en Chinameca. Digo que lo votó y democráticamente, porque en el País de la Corrupción, pensar que arrasó en la elecciones, suena más bien a que negoció con Enrique Peña Nieto, para que éste no le metiera el pie, pero a cambio dejarlo disfrutar de su nueva vida enriquecida en España, y con nueva modelo a lado. Las mieles del poder.

©

José Antonio Monterrosas
Reportero Cínico y Repicante. Foto: Ingrid Concha.

José Antonio Monterrosas Figueiras es editor cínico en Los Cínicos, ha colaborado en algunas revistas de crítica cultural.

@jamonterrosas

_____________________________________________________

El Pulpo Santo desde hace más de veinte años publica ilustraciones y caricatura política en diversos medios impresos y electrónicos.