REPORTE CÍNICO

El ídolo más allá de la lucha libre

Este hombre con cien heridas en la cabeza, que usaba chalecos y botas aterciopeladas para subir al ring, que era un rudo y técnico a la vez, también incursionó de manera amarga en el cine, con algunas participaciones fugaces, a lado del actor Rogelio Guerra, en las cintas Justicieros y El Ángel del Silencio. Descanse en paz este perro del mal.

Por Los Cínicos

Este miércoles, 3 de julio, a los 73 años de edad, falleció El Perro Aguayo, cuentan que este nombre lo adoptó antes de una lucha, en la que el presentador se equivocó y en lugar de anunciar su nombre de pila, Pedro Aguayo, dijo Perro Aguayo y ahí nació esta leyenda de la lucha libre y un ídolo de la cultura popular en México, de los años ochenta y noventa del siglo pasado.

Ese momento quedó plasmado en esas historietas que el periodista y especialista en el mundo del cómic, Sergio Hidalgo, escribió al calor del fallecimiento del gladiador nacido en Zacatecas en 1946: «Sí, al igual que el Santo, Black Shadow y Blue Demon, el Perro Aguayo protagonizó varias historias en el mundo de los cómics. La más interesante es El Perro Aguayo, una serie de cómics que contaban la vida del ídolo en su carrera hacia la fama» (Perro Aguayo, estrella de las historietas mexicanas).

Sensacional del Perro Aguayo.

Este hombre con cien heridas en la cabeza, que usaba chalecos y botas aterciopeladas para subir al ring, que era un rudo y técnico a la vez, también incursionó de manera amarga en el cine, con algunas participaciones fugaces, a lado del actor Rogelio Guerra, en las cintas Justicieros y El Ángel del Silencio (El Perro Aguayo, luchador que dio el santo al cine).

En esta última, vaya paradojas, el Perro Aguayo manda al infierno al luchador El Ángel del Silencio, durante una pelea arriba del cuadrilátero. Esta imagen décadas después se hizo, por desgracia, realidad con la accidental muerte de su hijo, El Perro Aguayo junior, al inicio de la maldita primavera de 2015, provocada por una patada de Rey Mysterio Jr. que mandó al «Perrito» a las cuerdas, una noche de viernes del mes de marzo, en un pancrasio tijuanense. Ahí quedó tieso el Perrito del Mal.

El Can de Nochistlán, como también nombraban al Perro Aguayo, fue tristemente inmortalizado en melodías como «El Perro Aguayo», de La Banda Cuisillos de Jalisco. La melodía dice de manera simple: «Perro Aguayo, en Zacatecas nació / Perro Aguayo, y Tala lo recogió / Perro Aguayo, en México el triunfó / Perro Aguayo, en el Japón Arroyo». Por cierto, en ese mismo estado, don Pedro, falleció y ahí mismo quedarán su restos para eternidad. Descanse en paz este perro del mal, ídolo del pueblo y quien tal vez no será tan dignamente recordado en la música y el cine.

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