DANDY Y CÍNICOS

John Waters no ama a los periodistas

Haremos el intento por estar en lo de John Waters y ahora con mayor razón, pues Lis ama a John Waters, yo amo a mi amiga Lis, aunque John Waters no ame a los periodistas.

Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Un día a principios del mes de agosto, Lis me confesó que era fan del hombre del bigote fino como su cine y no me quedó más que felicitarla: «¡Felicidades Lis, yo también lo admiro!» Al día siguiente Lis me despertó con un mensaje en el whasapp con el rumor de que John Waters vendría a México en septiembre, el 20, al parecer, y que los boletos para verlo estaban agotados, de nuevo me alegré por ello, más no porque ya no hubiera boletos, y quedamos que investigaríamos al respecto.

Pasaron los días y luego le compartí a Lis una nota que el crítico de cine Jorge Grajales homenajearía a la diva del erotismo kitsch de Argentina Isabel Sarli, en su ya tradicional —y recién reactivado en la administración morenista de Claudia Scheimbaun en la Ciudad de México, al fin,— maratón de cine nocturno en el Centro Cultural José Martí. ¿Pero qué tiene que ver Sarli con Waters? El rey del otro cine, como conocen a Jorge Grajales, recuerda que Isabel Sarli era la actriz preferida del rey del cine trash, John Waters. Ella fue gran influencia para la creación de su personaje fetiche, la Divine. Waters apenas la conoció en el 2018, en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), en donde presentó la película Fuego protagonizada por la “Coca” Sarli, una de las películas predilectas del cineasta. El 25 de junio de 2019, Sarli falleció y John Waters seguro tuvo un pequeño dolor en su corazón.

Recuerdo que cuando Lis me contaba que era la fanática número uno del Papa de la basura, como según el escritor William S. Burroughs definía a Waters, le envié a Lis —lo juro por Dios Waters— la foto de ese personaje con una nota publicada en el 2011, en la revista española RockdeLux que acabada de rescatar de una pila de publicaciones que tengo guardadas en un cuarto de servicio de la Ciudad de México. Ahí el crítico de cine Hilario J. Rodriguez escribió que Waters dijo que en los años setenta del siglo pasado, la ciudad de Baltimore, donde nació el cineasta, las mujeres preferían irse de ahí para no casarse con un drogadicto o un “chulo de putas”, y ahora todos los hombres se han vuelto unos “mariconazos”. Antes la gente decía que su humor era enfermizo y ahora el humor norteamericano es enfermizo “lo mires por donde los mires […] lo enfermizo ahora es la norma, antes era la excepción”. 

Tengo en la memoria aquellas palabras que expresó Waters en una charla en esa misma edición del festival de cine tapatío, respecto a que su día comenzaba muy temprano recortándose el bigotillo y la lectura de ocho periódicos. Estaría bueno saber ahora, quince años después, si continua con ese ritual. Bueno, tal vez tendrá que ser para otra ocasión, porque ahora que viene a México, dicen que John Waters no quiso dar acreditación a ningún periodista y la verdad es que somos una ladilla.

Ahí mismo Rodríguez escribió cinco razones para odiar o amar a John Waters y para ello mencionó cinco películas, entre ellas la de culto Pink Flamigos (1972) en la que Divine come caca de perro y lame los sillones sucios, y Los sexoadictos (2004) en la que Sylvia tras un golpe en la cabeza se convierte en una devoradora sexual, mismo que le sucede a cada uno de los que son golpeados en la testa hasta volverse una multitud felizmente pervertida. Cuenta la leyenda que Los sexoadictos provocó que a mitad de la función el actor José María Yazpik y la actriz Arcelia Ramírez, salieran corriendo de la inauguración del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, por allá del año 2004 o 2005. De hecho creo que no fueron los únicos, varios más salieron huyendo del auditorio.

De esa misma edición del festival, tengo en la memoria aquellas palabras que expresó Waters en una charla allá en Guadalajara, respecto a que su día comenzaba muy temprano recortándose el bigotillo y con la lectura de ocho periódicos. Estaría bueno saber ahora, quince años después, si continua con ese ritual. Bueno, tal vez tendrá que ser para otra ocasión porque ahora que viene a México, dicen que John Waters no quiso dar acreditación a ningún periodista y la verdad es que somos una ladilla, tal vez es suficiente con las entrevistas que dio a principios de agosto vía telefónica, supongo que después de su reconocimiento recibido por el respetado Festival Internacional de Cine de Locarno.

Será cierto o no, haremos el intento por estar en lo de John Waters y ahora con mayor razón, pues Lis ama a John Waters, yo amo a mi amiga Lis, aunque John Waters no ame a los periodistas. Pero la verdad 600 pesos ¿de dónde? Si los tuviera pagaría un costal de croquetas para mis perros. Además ya sé que Lis seguro irá al Stand Up «This Filthy World» que se realizará en la Sala Puebla, en la Roma Norte, la noche del 20 de septiembre y al día siguiente, por otros quinientos pesos, también estará en la firma de libro —incluido el libro, claro, aunque seguro ya lo tiene—, en la Terraza del Cine Tonalá, en la Roma Sur, de la Ciudad de México.

Si la vida nos da suerte, por allá nos vemos, le dije a Lis en mi último mensaje antes de que mi whatsapp fuera cancelado, por exceso de pago. John Waters ha dicho que no hay que tomarse demasiado en serio, también que le gusta la gente que causa problemas, y esto segundo ya me gustó. En una de esas vendo el libro de John Waters que tengo aquí, agarro un camión de Cuernavaca a la Ciudad de México y allá nos vemos, Lis y John Waters. ¡Todo es un devenir!

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Reportero Cínico y Repicante. Foto: Ingrid Concha.

José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica cultural.

@jamonterrosas