CINISMO RECONFIGURADO
Amuletos que subvierten valores
Ernesto Marenco nació impregnado del sentido poético de la vida. Su devoción por la poiesis de grandes autores lo ha llevado a proclamarse un poeta tridimensional, para ir más allá de la página escrita.
Por Ricardo Ariza
La poesía tridimensional del artista plástico y visual Ernesto Marenco (Ciudad de México, 1960), da en el centro de la discusión de las artes conceptuales acerca de la factura que una idea debe demostrar, es decir, la maestría en el oficio y las prácticas de los materiales y el uso del lenguaje hasta, literalmente, estirarlos para plantear un nuevo orden estético.

Si bien las artes conceptuales han desplazado de su importancia en los museos y en las colecciones a la producción de la pintura y la escultura llamándolas “artes tradicionales”, la mayoría de los “creadores” consideran que con el título es más que suficiente para sostener su propuesta. Vemos a los espectadores en las exposiciones sin lograr entender del todo de qué se trata una instalación, un performance o una pieza que fuera de esos espacios formales podríamos encontrar en cualquier cocina, o en cualquier lado, incluso en tiraderos o recicladoras, claro, sin el título que casi siempre es lo que enmarca un concepto. Para ser honestos hay cosas en la basura que por sí solas son hermosas, pero ¿son arte?
Asimismo, existen exposiciones en museos que son sólo basura. El dislate provocado por una errónea interpretación del llamado ready made, del dadaísta francés Marcel Duchamp, del cual él mismo advirtió que pierde su sentido al reproducirlo de forma masiva, ha provocado una serie de producciones artísticas a lo largo de cien años despojadas de logos y de ontos. Así se presentan y exhiben en museos piezas que a fuerza de dinero han creado nuevas apreciaciones en torno a lo que es el objeto artístico. En su mayoría ocurrencias, plagios, lo cual no demerita el trabajo de otros artistas que sí expresan una individualidad cósmica*, es decir, que son ellos mismos universos manipulando materiales y diciendo cosas. Creo que la ironía que Marcel Duchamp demostró aún sigue incomprendida por muchos contemporáneos.
Existen exposiciones en museos que son sólo basura. El dislate provocado por una errónea interpretación del llamado ready made, del dadaísta francés Marcel Duchamp, del cual él mismo advirtió que pierde su sentido al reproducirlo de forma masiva, ha provocado una serie de producciones artísticas a lo largo de cien años despojadas de logos y de ontos.

Después del ready made Duchamp se convirtió en jugador profesional de ajedrez. Aún suena la bofetada que dio en la cara a los coleccionistas del arte. Él podía hacerlo y es válido, ¿por qué?, porque él fue el primero al que se le ocurrió poner el sentido del humor como un elemento fundamental al pintarle bigotes a una reproducción de la Gioconda de Leonardo Da Vinci en 1919: L.H.O.O.Q. sonido semejante a Elle a chaud au cul cuya traducción del francés al español podría ser: Ella tiene el culo caliente. En 1971 el italiano Piero Monzoni creó sus objetos Mierda de Artista y Aliento de artista. Después de ellos, auténticos balbuceantes, todo se descontroló.
Para retomar la validez del arte conceptual, en el centro de la discusión se pueden poner la técnica de los materiales y la capacidad de reinvención del lenguaje como elementos indispensables de todo discurso plástico y visual. Al final, todo quiere ser poesía, ya que la poesía representa un nuevo orden simbólico. Quien ha intentado escribir un verdadero poema, sabe lo frustrante que puede ser esa empresa. Un poema es un universo en plena existencia con todas sus leyes naturales. No importa si éste es escrito, o está pintado al óleo, o instalado con efectos de neón, si está plasmado en la pared con grafito, tallado en roca, atrapado en una partitura y liberado a cada ejecución.
La propuesta de Ernesto Marenco, desde hace más de 30 años, se concentra en reconfigurar la realidad para descubrir nuevos órdenes simbólicos, los que permanecen ocultos por la aplastante cotidianidad. La metáfora es sólo un provocador para llevar al espectador a un momento paradójico al enfrentarse a las piezas realizadas por el artista, en donde nuevas narrativas afloran. Algunos son objetos que ya no sirven para lo que fueron creados, desechados por su invalidez práctica, que retornan a un instante sagrado, en el nacimiento mismo de una forma diferente de apreciar la realidad. Otros son la realización de una idea generada en el lugar mismo de la creación.
La propuesta de Ernesto Marenco, desde hace más de 30 años, se concentra en reconfigurar la realidad para descubrir nuevos órdenes simbólicos, los que permanecen ocultos por la aplastante cotidianidad. La metáfora es sólo un provocador para llevar al espectador a un momento paradójico al enfrentarse a las piezas realizadas por el artista, en donde nuevas narrativas afloran.
Un poeta no ve, proyecta. Ernesto Marenco nació impregnado del sentido poético de la vida. Su devoción por la poiesis de grandes autores lo ha llevado a proclamarse un poeta tridimensional, para ir más allá de la página escrita. Ernesto Marenco crea, fabrica fetiches y reliquias que juegan con la idea del tiempo y la memoria. Su narrativa arroja nuevos vasos comunicantes como objetos generadores de interpretaciones, en donde el lector asume un papel que va más allá del simple espectador. Sus piezas no entregan con facilidad todo su simbolismo pues, como en las narrativas auténticas, el mundo no está dado, la idea se complementa con el ejercicio de lectura particular: la obra se define también con todo lo que somos.
En tanto la mayor parte del arte contemporáneo es comercial, producido en masa y repetitivo, la obra de Marenco lleva el sello personal de la poesía. Inspiración más dominio de la técnica, dan como resultado piezas que a poco se convierten en amuletos que subvierten los valores, pues su espíritu rebelde no se contenta con lo simple cotidiano, sino que su mirada inaugura nuevos espacios inexistentes hasta entonces, como hace la poesía, y salva del sinsentido a la mayoría del arte conceptual.
De la obra de Ernesto Marenco han escrito autores y artistas tales como Santiago Espinosa de los Monteros, Juan José Arreola, Jaime Moreno Villareal, Guillermo Samperio, Agustín Arteaga, Ernesto Cardenal, Moisés Ladrón de Guevara, José Antonio Cedrón, José Luis Cuevas y Ricardo Garibay, entre otros.
P.D. #1. En este breve texto no menciono, por cuestiones de espacio, todo el proceso histórico del arte conceptual, pues del Dadaísmo al Fluxus, al Pop art y otras tendencias, yo rescato la poesía tridimensional de la cual Ernesto Marenco es un poderoso exponente.
P.D. #2. Si usted siente la tentación de convertirse en artista conceptual, le recomiendo primero hacerse poeta, y allí quiero verlo.
*P.D. #3. Mencionaré aquí a seis artistas conceptuales que me gustan: Robert Montgomery, Joseph Beuys, Cildo Meireles, Chris Burden, Christian Jankowski y la astronómica Katie Paterson. 😉
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Ricardo Ariza. Cuernavaca, Morelos. (1973). Escritor, poeta y editor. Ha publicado el libro El título es consecuencia del azar (Colección El Ala del Tigre, UNAM, 1996). Física de cuerpos ausentes (Colección La Hogaza /5. Instituto de Cultura de Morelos, 2009). Y la antología personal En donde la memoria arda. (INBA, CONACULTA, Editorial Eternos Malabares, 2013). Es autor del libro manual Maíz. El sustento que da la vida. Sello Impreso/ Tipo Móvil Editores (2014). Ha sido colaborador de la revista francesa El Café Latino y del Mexican Cultural Centre. Ha trabajado como fíxer para tres investigaciones especiales de USA TODAY apoyadas por el Centro para reportes de crisis del Pulitzer. Actualmente es Editor en Jefe del Proyecto Artistario. Libro de la Comunidad de Artistas en Morelos. Es productor general del canal de YouTube TMCineVideo. Ha sido becario del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) (2015-2016; 2018-2019), además del FONCA 2003-2004 y el FOECA -1996- en Literatura y Poesía.