CINISMO ENGAÑOSO
¡Qué osados!
Jorge Michel Grau nos entrega una película emocionante de principio a fin, con giros inesperados en la historia que nos mantienen completamente interesados y expectantes del desenlace. ¿Un thriller mexicano?, ¡qué osados!
Por Maribel Soto

Acudí a ver la película Perdida (México, 2019), de Jorge Michel Grau, sin mucha expectativa. Escuché en la radio una entrevista de uno de los protagonistas y habló de un thriller. ¿Un thriller mexicano?, pensé; ¡qué osados!, sin embargo, esta declaración picó mi curiosidad.
Se trata de la historia de Eric (José María de Tavira), un director de orquesta al que la vida le sonríe; un día recibe una propuesta de trabajo difícil de rechazar, eso obliga a Carolina (Paulina Dávila), su esposa colombiana, a seguirlo en una aventura que a ella no termina de convencerle. Hasta aquí todo parece ir bien, sin embargo, la conducta de Eric empieza a sembrar dudas en Carolina, quien un día, como cualquier otro, desaparece. Eric no tarda en encontrar consuelo en los brazos de Fabiana (Cristina Rodlo), quien sin más se instala en la casa que apenas unas horas antes Eric y Carolina compartían.
Con pequeños detalles el director nos presenta la personalidad de sus personajes centrales y con ello va más allá, pues explora los recovecos de la psicología humana, de pronto nos encontramos frente al temor que se experimenta ante la posible pérdida del ser amado y lo bajo que puede caer una persona por conservar aquello que cree le pertenece, incluso la soledad que se puede llegar a sentir cuando se abandonan los sueños y las ambiciones propias.
Son los pequeños detalles, si somos observadores, los que nos dirán desde un principio lo que podemos esperar de cada uno de los protagonistas. Solo un guiño: la actitud de Fabiana frente a la posibilidad de utilizar o no un cepillo de dientes.
Son los pequeños detalles, si somos observadores, los que nos dirán desde un principio lo que podemos esperar de cada uno de los protagonistas. Solo un guiño: la actitud de Fabiana frente a la posibilidad de utilizar o no un cepillo de dientes.
La enigmática casa en la que se desarrollan la mayoría de las escenas funge como un cuarto personaje, ya que son los ruidos extraños que dentro de ella se generan, los que poco a poco nos van envolviendo en la trama de Perdida.
Grau echa mano de los elementos propios del cine de este género y logra que el público se mantenga expectante durante las casi dos horas de duración de la película, esperando lo peor para el personaje de Carolina y de paso el de Fabiana, tomando en cuenta las sospechas que dos agentes del ministerio público (Juan Carlos Colombo y Luis Fernando Peña) que investigan el paradero de la colombiana, tienen sobre un despechado Eric, quien se mantiene frío e indiferente frente al destino de su aún esposa.
Las actuaciones son otro elemento que abona a la manufactura de este largometraje, tanto Paulina Dávila como Cristina Rodlo logran transmitir el miedo y la claustrofobia que las invade, frente a ellas un José María de Tavira que en ocasiones se muestra siniestro, aunque como amante apasionado que vuelve loca a su nueva conquista queda a deber.
Hay que destacar la estupenda banda sonora (Enrico Chapela) que contribuye de manera definitiva en la construcción de los ambientes tétricos y desoladores que envuelven la cotidianidad de los personajes de la cinta.
Apoyado en todos estos elementos, Jorge Michel Grau nos entrega una película emocionante de principio a fin, con giros inesperados en la historia que nos mantienen completamente interesados y expectantes del desenlace. Un thriller, sin duda.
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Maribel Soto, es periodista. Ha sido reportera de espectáculos en la agencia Lemus; de información general en el sistema de Radio y TV MEXIQUENSE; también coordinadora en el área de edición de Excélsior TV. Ahora incursiona en el cinismo.