REPORTE CÍNICO
Feministas al grito de guerra, en las puertas de un periódico machista
Los gritos y reclamos contra un gobierno omiso e indolente no dejaban de escucharse conforme se acercaban a las instalaciones del amarillista periódico, uno de los medios que tuvo el desatino de publicar las imágenes del cuerpo vejado de Ingrid.
Por: Maribel Soto

Algunas gritaban, otras aplaudían, mientras que las demás cantaban o hacían sonar las cacerolas que llevaban en las manos, el objetivo era hacerse escuchar, que el mundo las vea, que dé cuenta de su presencia y que se entere que están “hasta la madre de tanta injusticia y violencia” en su contra.
“Todas somos Ingrid, todas somos Ingrid, todas somos Ingrid” “Justicia, justicia, justicia, justicia” son los gritos de coraje e indignación que salían de la garganta de todas estas mujeres que se manifestaron sosteniendo las fotografías de aquellas que no tuvieron la fortuna de que alguien levantara la mano para defenderlas y cayeron víctimas de un golpe feminicida.
La marcha siguió avanzando, algunas de las chicas se detuvieron frente a un amurallado Hemiciclo a Juárez e intentaron hacer algunas pintas, pero elementos del Agrupamiento Atenea les salieron al paso y las hicieron retroceder, a cambio hicieron pintas sobre la banqueta.
Unas compañeras de lucha les pidieron no detenerse, “no conviene que el contingente se separe, no olviden que el objetivo es llegar a ese periódico de mierda”; algunas parejas celebraban abrazadas el día de los enamorados, mientras observaban el paso de la marcha y sonreían o sólo se encogían de hombros mientras las veían pasar.
Al llegar al cruce de Reforma y Avenida Juárez la vanguardia de la marcha giró hacia Bucareli, otras continuaron por Avenida Reforma, de inmediato volvieron a reagruparse, igual que el grupo policiaco que las custodiaba y que ya cercaba las inmediaciones.
Los gritos y reclamos contra un gobierno omiso e indolente no dejaban de escucharse conforme se acercaban a las instalaciones del amarillista periódico, uno de los medios que tuvo el desatino de publicar las imágenes del cuerpo vejado de Ingrid.
“Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos”, “ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, gritaban sin cesar, mientras algunos fotógrafos y camarógrafos intentaban hacer su trabajo y retratar o grabar escenas de la manifestación, pero el daño ya está hecho, las chicas se negaron a aceptar a hombres dentro de sus filas, a una sola voz de “fuera, fuera, fuera” los expulsaron y a éstos no les quedo más que grabar de lejos lo que pudieron, como pudieron.
Finalmente se alcanzó el objetivo y llegaron frente a las instalaciones del medio de comunicación que tanto repudian, pero para variar, éste también estaba resguardado con vallas metálicas y decenas de mujeres policía, eso no las detuvo, gritaron más fuerte, pedían que el director del medio diera la cara, exigían una explicación “y tiemblen y tiemblen y tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista”.
Quienes encabezaban a los grupos de manifestantes se agruparon y empezaron a debatir sobre las acciones que iban a tomar, “¿nos quedamos aquí o nos movemos al ángel?, ¿hay que tener presente que el objetivo de la movilización es confrontar a los medios”, mientras al fondo los gritos no dejaban de escucharse y las pintas sobre las banquetas con las leyendas de violadores y asesinos, se hacían presentes.
“Y tiemblen y tiemblen y tiemblen los machistas, que América Latina será toda feminista”.
Por un momento parecía que ahí concluiría la manifestación, pero no fue así el contingente se movió hacia la calle de Dr. Basilio Badillo, donde se encuentra otro acceso al diario y ahí continuó la resistencia y de nuevo el clamor de justicia para tantas y tantas mujeres asesinadas todos los días en este país de gobiernos apáticos e ineficientes.
El Colectivo Marabunta y miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDMX), encabezados por su titular Nashieli Ramírez, seguían acompañando y resguardando la marcha e intentaban convencer a algunos elementos policiacos que dejaran a una de las chicas pegar una pancarta en el edificio de La Prensa, pero fue imposible.
Los empujones se hicieron presentes, las mujeres que se manifestaban exigían hablar con el director del periódico, continuaban gritando, de pronto alguien se dio cuenta que los compañeros de la prensa se encontraban trepados en el toldo de una camioneta y junto a otras volvió a correrlos del sitio, empujaron y patearon, sacudieron a la camioneta obligándolos a bajar y a parar de grabar o fotografiar.

Algunas chicas esbozadas comenzaron a romper los vidrios de las camionetas rotuladas con logos de medios de comunicación, a una le prendieron fuego, el agrupamiento policiaco ya tenía preparados los extinguidores que momentos después vaciaron sobre las mujeres que no dejaban de gritar y de expresar su “encabronamiento” por esa falta de sensibilidad, “también es por sus hijas” increpaban las mujeres manifestantes a las mujeres policía que les hacían frente.
Los gritos cesaron para dar paso a la tos que provocaba el gas que salía de los extintores con los que las policías trataban de contener la manifestación, pero ni así se detuvieron ahora las mujeres empujaban más fuerte, se abalanzaban contra los escudos tras los que se resguardaban no sólo las policías, sino también los varones que se encontraban en el sitio.
Resultó perturbador ver a los compañeros hombres resguardarse tras el Agrupamiento Atenea temerosos del ataque de las chicas que furiosas exigieron justicia para Ingrid, para Abril, para Josseline, para las miles de mujeres víctimas de feminicidio en México.
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Maribel Soto es periodista. Ha sido reportera de espectáculos en la agencia Lemus; de información general en el sistema de Radio y TV MEXIQUENSE; también coordinadora en el área de edición de Excélsior TV. Ahora incursiona en el cinismo.