CINISMO MALEABLE
Un juego de realidad de varias capas
Molina y Camu imponen a la realidad su propia realidad, algo que el arte contemporáneo se esfuerza mucho por hacer, con un sentido donde aquello que consideramos que es real tiene mucha relatividad y genera también cierta desconfianza en los que no la viven
Por Mónica Maristain
¿Qué son los fauxtogramas? Es una serie fotográfica en la que se usan fotos cotidianas para hacerlas pasar por películas ficticias. Esas películas tienen sinopsis o anécdotas de producción (en el estilo de la anécdota de Werner Herzog amenazando a Klaus Kinski con una pistola para que no se fuera del set).
Hay un libro en ciernes, una especie de enciclopedia de obras y autores ficticios, a la manera de La historia universal de la infamia, de Jorge Luis Borges o de La literatura nazi en América Latina, de Roberto Bolaño.
El mes pasado, el Centro de la Imagen proyectó la serie, con una banda en vivo que tocó durante La casa de té, una de las películas ficticias de la serie. Ahora viene una, el 4 de abril en USSR (Un Studio sobre Revolución), la galería de los artistas René Zemog y Alexis Mata Ciler.
El creador es el fotógrafo Alantl Molina, quien cuenta que todo este proyecto es “como un juego de realidad de varias capas”, con algunas estrellas como Fernanda Solórzano, que se animó a hacer una crítica de estas películas ficticias. “Ella me dijo algo bien bonito, que le gustaba mucho esta propuesta porque el cine es la capacidad de ensoñación que tienen los seres humanos. Tu proyecto tiene el mismo sentido de ensoñación del cine, pero sacado del cine”, cuenta Alantl.
¿Qué son los fauxtogramas? Es una serie fotográfica en la que se usan fotos cotidianas para hacerlas pasar por películas ficticias. Esas películas tienen sinopsis o anécdotas de producción (en el estilo de la anécdota de Werner Herzog amenazando a Klaus Kinski con una pistola para que no se fuera del set).
“Cuando me propuso El Centro de la Imagen presentar este proyecto, que hago con Paulina Camu, pensé que como todo museo tiene un aire sacro, presentando cosas inertes que sólo pasan allí y no tienen vida. Allí estaba manejando el centro educativo una fotógrafa, Nirvana Paz, que comprende todo lo que puede pasar en la fotografía, porque hay que decir que la fotografía parte de una premisa falsa, “capturar la realidad”, cuando en realidad no lo puede hacer. Así que Nirvana fue nuestro puente para entrar al Centro”, agrega.
Molina y Camu imponen a la realidad su propia realidad, algo que el arte contemporáneo se esfuerza mucho por hacer, con un sentido donde aquello que consideramos que es real tiene mucha relatividad y genera también cierta desconfianza en los que no la viven. Provocar la tradición (México tiene una gran tradición fotográfica) es importante para estos artistas nuevos y multidisciplinarios. “México tiene a fotógrafos con mucha fuerza, pero dentro de esa tradición. No se han hecho juegos con la fotografía”, dice Alantl.
Alantl Molina, además, acaba de presentarse con tres exposiciones fotográficas, en las que participa como curador de la muestra Nippon América, donde se aprecian obras de Marcio Takeda, Luis Okamoto y Taeko Nomiya, en la Alianza Francesa.
“Son fotógrafos que sacaron fotos de Japón, que las presentaron en Tokyo, como una vuelta que intentaba mostrar cómo son los ojos de japoneses latinoamericanos viendo a ese país tan lejano. Ahora bien, cuando terminas de ver la muestra hay un cartel que dice que todas las conclusiones a las que llegaste, del brasileño, de la chica, de lo femenino, de la arquitectura, de la esencia japonesa, está en tu cabeza”, cuenta Molina.
¿Qué sentido tendrá el autor en la fotografía para Alantl Molina?
“No pienso en el autor como algo inamovible o definido. Para mí no es tan así, todos somos más maleables de lo que nos permitimos y no sólo los artistas. El autor en realidad puede estar al servicio del mensaje que quiera mandar y no estar al servicio de sí mismo”, concluye.
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*Publicado originalmente en Maremoto Maristain.

Mónica Maristain. Nació en Argentina. Desde el 2000 reside en México. Estudió en la Universidad de Filosofía y Letras. En Argentina dirigió las revistas Cuerpo & Mente en Deportes y La Contumancia. Aquí dirigió la revista Playboy, para todo Latinoamérica. Fue editora del Universal y editora de Puntos y Comas. Ha publicado muchos libros, entre ellos los de poesía: Drinking Thelonious y Antes. Los dedicados a Roberto Bolaño, entre ellos El hijo de Mister Playa. Prepara su libro sobre Daniel Sada: el hombre que sabía bailar.