DANDYS Y CÍNICOS
¿La Maldita Vecindad en el Zócalo, en la maldita pandemia?
Que la Maldita Vecindad esté en el Zócalo, el proximo sábado, 16 de julio, pareciera incluso, un acto celebratorio, por parte del Gobierno de la Ciudad de México, de que a punto de llegar al pico de esta quinta ola de contagio de la Covid, que incluso es mayor que la primera y segunda ola, aquí seguimos, en una de la ciudades más pobladas del mundo. Y si a esas nos vamos, yo prefiero cumbiar el mundo.
Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Ya sabemos que con esto de la pandemia las cosas van a seguir más o menos igual, es decir, un panorama plagado de incertidumbre. El cubrebocas, el gel antibacterial y las sana distancia parecieran asuntos del pasado, aunque la pandemia siga veloz y rampante por el mundo, ¿y la viruela del mono?, no tanto, pero ahí va, avanzando lentamente pero constante.
Que la Maldita Vecindad esté en el Zócalo, el próximo sábado, 16 de julio, pareciera incluso, un acto celebratorio por parte del Gobierno de la Ciudad de México, de que estamos a punto de llegar al pico de esta quinta ola de contagio de la Covid. Al menos así lo informó el IMSS, el pasado 6 de julio, que el próximo 17 de este mes será el punto máximo de la quinta ola en el país, que ya incluso es mayor que la primera y segunda ola, y aquí seguimos, en una de la ciudades más pobladas del mundo, y nos reunimos como si esto no nos afectara, pero ya viene cabalgando Centauro desde Europa, a ver cómo nos va. También ya viene Joan Manuel Serrat para octubre y hasta Manu Chao, ya se hizo la amenaza.
O sea que entre más gente reunida en el Zócalo mucho mejor. La paradoja es que todo esto, más que otra cosa, tiene un sentido electoral por parte de la Jefa de Gobierno, Claudia Scheinbaum, que claro que es pan y circo para el pueblo y algunos enfermos más, no está mal, al final le darán su voto a ella hasta los muertos, ya sabemos que… #EsClaudia y la ciudadanía sólo quiere divertirse. Eso, obviamente, no sólo pasa en la Ciudad de México, todo el país está igual, pero el caso de la capital es emblemático por la cantidad de habitantes y Scheinbaum es «la corcholata» preferida del presidente Andrés Manuel López Obrador, para ser la candidata a la presidencia de la República, en el 2024.
Pero sí, la verdad es que todo esto es insignificante, lo que en realidad sorprende es que haya tanto alboroto por ver a Maldita en el Zócalo, bueno, ya veremos cuántos contagios de populismo musical nostálgico hay en la Ciudad de México, esa Ciudad de la Esperanza, y en tiempos de pandemia, producto de este magno evento sonoro. Yo evidentemente me aguanto porque estoy lejos, pero si estuviera cerca y me quisiera contagiar, mejor iría al quinto aniversario de las Musas Sonideras
JOSÉ ANTONIO MONTERROSAS FIGUEIRAS
Pero bueno, ya no somos unos niños que abrimos los ojos hoy en la mañana, tal vez ya perdimos la cuenta de los meses que tenemos metidos en esto de la pandemia. las vacunas de algo han servido y queremos vivir al máximo y al límite, podemos ver más o menos las consecuencias de nuestros actos, y Claudia nos quiere otorgar ese pasecito de «responsabilidad» con estos conciertos en el Zócalo. Lo que sí resulta una ternura es que la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México pida que para «el disfrute» del concierto de Maldita los asistentes acudan con impermeable, que no hagan uso de paraguas para no afectar la visibilidad del evento, «así como el uso de cubrebocas en todo momento», además de llegar con anticipación, asistir con zapatos o tenis cómodos, chamarra, binoculares y evitar mochilas u objetos pesados y que por seguridad esté prohibido el acceso con bebidas alcohólicas, rayos láser, drones o cometas, vasos y botellas de vidrio, latas o hieleras. En fin, tal vez las instrucciones que se dan para cualquier concierto en el Zócalo, para que no vayan hacer un pic-nic, suena todavía más ingenuo que pidan a la gente el uso cubrebocas en todo momento, ¿cómo piensan que los ahí reunidos cantarán Kumbala o el Pachucote?
Yo con estas instrucciones me siento en un país de primer mundo, ya algunos preguntan -legítimamente- a esta redacción cínica: ¿que si no pueden llevar su dron que dispare rashos láser y que bebe vino en copa de vidrio? Otros más agradecieron que no digan algo respecto a poder llevar drogas, digo, de cualquier forma esas las pueden conseguir en contraesquina del Palacio Nacional, seguro en alguna Bendita Vecindad cercana al Zócalo.
En lugar del Quinto Patio, el quinto aniversario de las Musas Sonideras en el Muso Fest

Pero sí, la verdad es que todo esto es insignificante, lo que en realidad sorprende es que haya tanto alboroto por ver a Maldita en el Zócalo, bueno, ya veremos cuántos contagios de populismo musical nostálgico hay en la Ciudad de México, esa Ciudad de la Esperanza, y en tiempos de pandemia, producto de este magno evento sonoro. Yo evidentemente me aguanto porque estoy lejos, pero si estuviera cerca y me quisiera contagiar, mejor iría al quinto aniversario de las Musas Sonideras, en las instalaciones del Sonido Retro en el Muso Fest, en Calzada Ignacio Zaragoza #1715, esquina Avenida Guelatao, colonia Juan Escutia, Iztapalapa.

Ahí estarán, a partir de las tres de la tarde, la Musa Mayor, Ely Fania, Sol Salsita (la chaparrita del sabor), Sonido Gatúbela, Fiesta Bacana, Sonido Kaminsky, Sonido Mimí, Tamara, Lupita la Cigarrita, La Décima Musa de Sonido Alma Latina, Layla La Voz Violeta de las Sonideras, Sonido El Mix, La Mamichiz, Abigail Sánchez Puebla «La Mamazona» y La Reina Rumba (primera sonidera trans de México, representando al colectivo Discolocos por su reciente incorporación como personaje de soporte a la película documental Mexican Divine de David Dávila H.), más de veinte musas sonideras de la Ciudad de México, los estados y de la tierra de Joe Biden, además de estar el internacional Sonido la Changa.
Sí, yo prefiero cumbiar el mundo en tiempos de pandemia.
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José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.