CINISMO SIN ARRUGAR

¡Muera la reina! ¡Viva el rey!

En México pocos soltaron lágrimas por la reina, muchos festejaron a Chabelo como nuestro campeón de la longevidad. Se soltaron muchas vivas al nuevo rey viejo, un monarca de los excesos, la chavorruques, las camisas hawaianas, al eterno prepuberto, a un personaje que dejó de ser Chabelo y desde hace décadas es Ch-abuelo.

Por Sergio Hidalgo

Chabelo, en las revistas del corazón.

Por lo menos un domingo de cada mes, durante el último lustro, Chabelo se vuelve tendencia en redes. El nombre artístico de Xavier López Rodríguez se vuelve trending topic, probablemente por la nostalgia de las mañanas despertando con En Familia y millones de mexicanos gastan minutos de su tiempo con mensajes y memes, muchos memes, destinados a celebrar al «amigo de todos los niños». 

¿Por qué existe esta fascinación por Chabelo? ¿Por qué tanta gente siente algo parecido a la admiración por este anciano irritable? ¿Por qué a pesar de que se han documentado sus tropelías, infidelidades, malos tratos a colaboradores y hasta escándalos sexuales, se sigue manifestando un cariño a Chabelo?

En gran parte, supongo, por su omnipresencia. Muchas generaciones crecieron viendo a Chabelo como el rey del entretenimiento infantil, una suerte de líder sindical vitalicio del consumo de los preadolescentes que, igual que Fidel Velázquez, logró enterrar a su competencia.

Hoy casi todo mexicano sabe quién es Chabelo y cada vez menos recuerdan a Pepita Gomís, Rogelio Moreno, Tío Gamboín, Cositas, y hasta al recientemente finado Cepillín, que sólo se mantiene relativamente vigente por el hambre de sus vástagos.

En familia con Chabelo.

Y es que Chabelo tuvo el programa más longevo de la televisión mexicana, transmitiendo su largo comercial de 4 horas semana a semana durante 48 años. Mismos años en los que su espacio se volvió un referente de niños y adultos, que anhelaban un momento de gloria en la escalera loca, las llamadas a los cuates de provincia o la Catafixia.   

Ese niño lleno de arrugas presumía los objetos del deseo infantil que hacían babear a varias generaciones, desde los cómics de Novaro al Fabuloso Fred, de Brutus el Guardián a los Furbys, Chabelo nos presentaba las novedades jugueteras de la temporada. 

Además, toda promoción refresquera y/o dulcera que se respetase tenía que pasar por sus arrugadas manos. Así, vimos a Chabelo presumir los pepsilindros de Tiny Toons que cambiaban de color con el frio o mostrar, por primera vez, al aire los hielocos Coca-Cola. 

Sin darnos cuenta, este viejecillo en bermudas se convirtió en una combinación de niño fresa consentido, celebridad y anunciante. Cuya mayor virtud era su presencia en pantalla, primero de televisión y luego en millones de computadoras como un meme constante. 

De tan constante y con las marcas del tiempo en su rostro, Chabelo también se convirtió en una especie de anhelo de muchos hombres, el eterno niño que -sin importar la edad- puede seguir disfrutando sus objetos de colección y hacer pucheros si no consigue su objetivo, como el día que quería llevarse a la ballena Keiko a su casa.

Chabelo es, en pocas palabras, el ejemplar más puro del hombre moderno: eternamente infantil, sin ganas de crecer ni siquiera al rebasar las ocho décadas de vida. Sin duda, su influencia marca a millones de varones nacionales que seguimos su ejemplo. Su importancia va más allá de ser el primer chavorruco mexa.

Chabelo es importante por ser, en un mundo en el que ya no queda nada sólido, gracias a -diría Lyotard- la muerte de los metarrelatos, una especie de gran esfinge impertérrita. Casi un reverso de la realeza que representaba Isabel II en su propio país.

Aún así, pensar que los muchos post que inundaron la red ese día estaban relacionados con ansias monárquicas sería un error. No, la mayoría de los mensajes vinculaban a la reina con su supuesta rivalidad con Chabelo. Para la mayoría de los mexicanos Isabel II sólo era famosa, casi exclusivamente por ser una anciana casi centenaria. Ese día su figura se prestó al chiste, a la tropicalización y la parodia.

SERGIO HIDALGO

Porque así como aquí existe un culto a un niño eterno, en Reino Unido muchos también celebraban a una anciana irritable, de la que se han documentado tropelías, con el añadido de que las mismas se replicaban en toda su larga parentela. Además de costar millones de euros a los contribuyentes británicos. Doña Chabela también tenía la extraña virtud de estar ahí, imperturbable, y cada vez más aniñada, perdiendo el tiempo jugando con su Wii. 

Chabelo y Chabela eran las únicas constantes en sus propios países caóticos, eran los símbolos de la cordura. Una cordura que, por un lado come taquitos de caca y, por el otro, sándwiches de mermelada. 

Porque, sí, México es el reino del revés, donde los gatos no hacen miau y dicen yes, donde un ladrón es vigilante y otro es juez y en donde dos y dos son tres, donde un señor llamado Andrés tiene mil quinientos treinta chimpancés y si los miras no los ves.

Porque sí, Reino Unido es el reino del revés, donde la realeza cuesta 102.4 millones de libras esterlinas al año, mientras se vive la inflación más alta en 4 décadas y su extraña política de aislarse de Europa los lleva a una escasez de suministros.   

Ahora bien, si la reina era omnipresente en Reino Unido, aquí, sin duda, su contraparte no es ni un solo de los políticos nacionales, sino Chabelo.

Chabela II, Chabelo (el único).

Por eso a casi nadie sorprendió que, el pasado 8 de septiembre, después de que la Reina Isabel II felpó, la tendencia número 1 en Twitter-México no fuera la Monarca. El rey de las redes ese día fue Chabelo, que acaparó las menciones. 

No pasaron ni 10 minutos del anuncio de la muerte de la reina para que las redes sociales se llenaran de memes sobre la supremacía de Chabelo, que rebasaron por miles a los, no pocos, mensajes de panmonarquismo de personajes tan ridículos como Martha Debayle.

Aún así, pensar que los muchos post que inundaron la red ese día estaban relacionados con ansias monárquicas sería un error. No, la mayoría de los mensajes vinculaban a la reina con su supuesta rivalidad con Chabelo. Para la mayoría de los mexicanos Isabel II sólo era famosa, casi exclusivamente por ser una anciana casi centenaria. Ese día su figura se prestó al chiste, a la tropicalización y la parodia.

Aquí no era Isabel II, era la Chabela, el enemigo final del Mortal Kombat personal de Xavier López que, al ser vencida, le daría acceso al tesoro de los Peces del Infierno. Para la mayoría era un chiste andando. Ni más ni menos.

En México pocos soltaron lágrimas por la reina, muchos festejaron a Chabelo como nuestro campeón de la longevidad. Se soltaron muchas vivas al nuevo rey viejo, un monarca de los excesos, la chavorruques, las camisas hawaianas, al eterno prepuberto, a un personaje que dejó de ser Chabelo y desde hace décadas es Ch-abuelo.

¡Muera la reina! ¡Viva el rey!

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Referencias en internet sobre el último Rey, Chabelo, maltratador, padre desobligado, tirano y acosador:

Periodista destapa maltrato de Chabelo a trabajadores de Televisa: «gritos horribles»:

Conoce la historia de Leslie Pérez, la hija no reconocida de Chabelo

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“No fui la única”: Alexandra Beffer sobre acoso sexual por parte de Chabelo

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Sergio Hidalgo fue asiduo caminante del ágora, hasta que la vida le enseñó que lo verdaderamente importante es dormir. Cree, sin pedantería, que uno se puede reír de todo y de todos.