DANDYS Y CÍNICO
El día que Xavier Velasco se bajó de caballo de la actuación con Reygadas
Por la personalidad extrovertida de Velasco, que gusta además de usar ropa colorida y rapear en las presentaciones de sus libros, no es raro pensar que siempre quiso tomar el riesgo de montar el caballo de la actuación y más con un cineasta como Carlos Reygadas, que podría haberlo llevado salvajemente a Cannes, siempre existe una segunda oportunidad.
Por José Antonio Monterrosas Figueiras

El último jueves de febrero estuvieron de visita por Guadalajara Capital Mundial del Libro los escritores Marça Aquino y Xavier Velasco para platicar sobre cine y literatura, en una charla extrañamente titulada: «Cuando un libro se va al cine: qué cambia de la pequeña a la gran pantalla».
El escritor brasileño Aquino recordó que ha participado en cine como guionista. Esto para pagar las cuentas de la vida diaria y poder escribir literatura con libertad. Ha llevado su literatura al cine, pues le gusta el cine.
En el caso de Xavier Velasco su acercamiento ha sido desde la actuación y en “algunos cameos”en la serie de su célebre novela Diablo Guardián, por allá de 2018, que para él es un infomercial de su libro.
Por la personalidad extrovertida de Velasco, que gusta además de usar ropa colorida y rapear en las presentaciones de sus libros, además de haber ganado el Premio Alfaguara en 2003 con la historia de Violetta, que lo llevó al estrellato y ahora a la serie en plataformas, no es raro pensar que siempre quiso tomar el riesgo de montar el caballo de la actuación y más con un cineasta como Carlos Reygadas, que podría haberlo llevado salvajemente a Cannes, pues ya sabemos que en Cannes Reygadas ha ganado, mientras lo abuchean.
Aunque Xavier Velasco niega, podríamos pensar que el realizador de películas como Batalla en el cielo y Luz silenciosa, quedaría muy bien como un personaje en alguno de sus Best Sellers del narrador nacido en la Ciudad de México, sobre todo luego de haber montado el caballo de la actuación con el cineasta. Más cuando la literatura debe ser un espacio de absoluta libertad, sin correción política.
Y es que durante esa charla con Aquino en el Museo del Periodismo y Artes Gráficas en Guadalajara que podríamos profundizar en otro momento, Velasco dijo que se volvió cinéfilo porque le gustaba ver a personas que se arriesgaban en la pantalla.

Por lo visto, Xavier Velasco quiso hacer lo mismo con Carlos Reygadas pero se bajó de ese caballo a la mitad de la filmación.
Como si fuera el guión de una película dirigida por Xavier Velasco para que actúe Carlos Reygadas o como preámbulo para una novela del autor de Diablo Guardián, que estoy seguro podría ser otro Best Seller, que podría llamarse «El toro que fui con Carlos Reygadas». Aquí va :
-Xavier Velasco, tú al principio hablabas de que te volviste cinéfilo, porque te gustaba ver personas que arriesgaran en la pantalla, y yo recordé, orita que lo comentas que… Tú te subiste al caballo de la actuación con Carlos Reygadas, ¿no?
-Esa es la experiencia que te estaba contado, pero no quise contarlo… Jajaja… Pero así es. Así fue.
Responde un tanto nervioso Velasco mientras continúo con mi plateamiento.
-Y bueno es interesante porque tomaste el riesgo de subirte al caballo y luego te bajaste, literalmente, cómo fue esa experiencia, sobre todo siendo Carlos Reygadas, pues podría ser un personaje de una de tus novelas, ¿no?
-Eh, no creo, jejeje.
Mira, a mí me dijeron esto y yo que tenía la cosa de que quería ser actor dije “¡Y a parte protagonista de una película de Reygadas!” Honestamente me aburría mucho las películas de Reygadas pero lo quise ignorar. ¡Me mandó el guión! Dije: “No me gusta, esto es de taurinos. ¡Odio el mundo taurino! Pero yo quiero ser actor». Está bien, me lanzo.
Me acuerdo que fuimos a un rancho, una hacienda cerca de Tlaxcala. Le dijo a Adriana, mi esposa, “eh, yo voy a hacer de tu esposo un perfecto ranchero”, nomás se rio para adentro y durante tres meses estuve aprendiendo a montar, eso sí estuvo bueno, ya se galopar, justamente al día siguiente en que aprendí a galopar, me pusieron a galopar, pero a todo galope, en medio de una tormenta y tenía que ir detrás de una camioneta, alcanzarla, junto con otro ranchero. La hice diecisiete veces. A parte estar soportando al director que está con una secta de gente a la que no le paga, pero se siente muy horrada porque está con Reygadas, y un tipo que no se ríe nunca, que odia divertirse, marcadamente misántropo, que a parte durante la filmación, hizo cantidad atroces con los animales. Me fui enterando…
Me fui enterando. Él quería alebrestar a un toro y lo metieron en un remolque y estuvieron acelerando y frenando, acelerando y frenando para ponerlo loco, para que el toro saliera desatado. El toro salió desatado brincó todas las bardas, corrió, tuvieron que llamar a los guardias federales, llegó hasta un campo de béisbol, donde había gente jugando béisbol, todo mundo corrió, los tipos le dispararon al toro, lo tiraron y llegó el señor Reygadas a meterle un balazo en la cabeza al toro.
La verdad todo lo que contaba Xavier Velasco tenía algo de gracioso, pero en realidad creo que era un drama, es tremendo lo que cuenta que hizo Reygadas con el toro. Velasco continuo con su narración, que en mi cabeza la imaginaba como una secuencia cinematográfica y a un Xavier Velasco que se iba transformando en un toro:
-Yo debí de haberme dado cuenta desde que un día en que le llamé y me dijo: “No puedo verte ahora porque voy a ver a José Tomás a la Plaza de Toros”. Desde ese momento debí de haber dicho; “No tenemos nada que ver en esta vida”, pero bueno seguí tratando de hacerlo y de pronto me decía: “tienes que estar con un gran pesar”, me quedo así -advierte Xavier Velasco mientras baja un tanto la cabeza para unirla con su mano izquierda– y me dice: “¡Oye, no es el muro de las lamentaciones!”. Se empieza a burlar el tipo y llegó un momento en que le dije: ¡Tú me vuelves a arremedar y yo me voy de aquí!” No tengo por qué aguantar… “No, no, no… ¡Camarada! No, cómo crees…” Llegó un momento en que estaba odiando mi vida, por eso te digo que respeto a los actores, porque tiene que soportar unas vejaciones espantosas, para cumplir con las obsesiones al cabo de un tipo que yo no respeto, finalmente digo: “Este señor no lo respeto”.
No conté la historia tal cual en (la revista) Nexos porque tampoco se traba de antagonizarlo, de insultarlo, ni nada, pero fue una experiencia espantosa. Entonces, estoy ahí frente a un dictador, que odia el entretenimiento, que odia que hagan bromas, que odia estar contento, nadie puede hacer chistes, todo mundo tiene que estar callado, ni vine a misa. Entonces salí odiando profundamente el oficio de actor. Todavía me atreví a hacer un par de cameos en la serie de Diablo Guardián, pero en la medida de lo posible, no me gusta eso y mucho menos, cuando estamos hablando de esa pretensiones, o sea, ¿quién te crees? ¿Tarkovsky? ¿Visconti? ¿Einsenstein? “No lo creo, creo que eres un pretencioso, bastante pagado de ti mismo y me fui”.
Hasta aquí la respuesta de Velasco que en ese momento era más bien El Minotauro. Fue una narración tan apasionada y entretenida de ese escritor que alguna vez fue publicista, que pienso que esta podría ser el inicio de su carrera como director de cine, tal vez podría invitar a Carlos Reygadas a montarse de nuevo en el caballo de la actuación hecho un hombre-toro, así como terminó Xavier Velasco cuando decidió bajarse del caballo de la actuación y que al final se llamó Nuestro tiempo. A lo mejor ahora sí va Xavier Velasco a Cannes. ¡Anímate Xavier!
Por cierto, dicen que Antonio Ortuño no le cae muy bien Xavier Velasco, pero incluso así convivieron durante Guadalajara Capital Mudial del Libro, con una fina ironía de por medio, pero tal vez algo los puede unir, además de ser rockstars de literatura mexicana, y es que no soportan a Carlos Reygadas. Como olvidar cuando Ortuño dijo: «Ya me explicaron que no les gusta The Revenant porque les gusta Reygadas. Es decir, creen que el oso no debió atacar sino chupársela a DiCaprio. Y fuera de foco» o ésta, muy adecuada para la ocasión que reunió a estos titanes del mundo literario nacional: “Ahora publicaron un libro de Reygadas. Quiere llevar el tedio a todos los formatos”.
Ya viene la película de una novela de Ortuño. Y como dijo el escritor brasileño Aquino: «Una buena película tiene que serle infiel al libro, tiene que revelarse ante el libro». Coincido.
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José Antonio Monterrosas Figueiras es periodista cultural y cronista de cine. Es editor cínico en Los Cínicos. Ha colaborado en diversas revistas de crítica y periodismo cultural. Conduce el programa Cinismo en vivo.