REPORTE CÍNICO
Segunda semana de cine polaco en México
Ella Films y Cineteca Nacional, en colaboración con Embajada de Polonia en México y la Escuela de Cine, Televisión y Teatro de Lodz en Polonia Szkoła Filmowa w Łodzi / PWSFTviT, presentan del 23 al 28 de mayo, la 2ª Semana de Cine Polaco en México, la cual será dedicada a las cineastas polacas.
Por Redacción Cínica

Fue hace un año, que la gestora cultural polaca Ela Chrzanowska trajo a México un mosaico de animación de Polonia. Este 2023 vuelve a México con una segunda edición, ahora dedicada al cine realizado por mujeres de su país.
Es a través de su productora Ella Films, con apoyo de Cineteca Nacional y en colaboración con Embajada de Polonia en México, así como la Escuela de Cine, Televisión y Teatro de Lodz en Polonia Szkoła Filmowa w Łodzi / PWSFTviT, que presentan del 23 al 28 de mayo la 2ª Semana de Cine Polaco en México, «Polonia: Cine de Mujeres»
El cine de mujeres y Polonia
El cine creado por mujeres, explican quienes encabezan este proyecto en el programa Mensual de Cineteca Nacional, «encontramos una mirada atenta y empática a los problemas del mundo, en consecuencia, a las personas que lo habitan, con sus debilidades, enredos, sueños y deseos; una atención compasiva se dirige hacia los más vulnerables, excluidos y heridos. Una preocupación por el futuro se revela. Aquí también encontramos los temas que han ocupado al arte históricamente: soledad, amor, fe, muerte, crisis, esperanza, todos contados mediante una narrativa innovadora y diferente. Finalmente, encontramos historias íntimas y honestas sobre las mujeres, sus relaciones con el mundo como crecer, envejecer, o emociones como los miedos, esperanzas, alegrías y las pesadillas».
Ahí mismo explican que «el cine ha sido una industria cerrada para las mujeres, sin embargo, en la última década ha estado marcada por una creciente presencia femenina, tanto en Polonia como en el mundo. Los datos cuantitativos aún indican un predominio de los hombres, pero son las películas producidas por mujeres las que atraen la atención del público. Sus cintas triunfan en los festivales debido a la importancia de sus temas y a su forma original de contar historias. Sucede lo mismo en el ámbito del cine documental creado por mujeres noveles polacas en los últimos años. El cine de animación de autor vive una verdadera revolución en este momento y está totalmente dominada por directoras muy jóvenes que ganan los premios más importantes, muchas de ellas son estudiantes de las escuelas de cine».
Mujer ficción, Mujer documental y Mujer animación

Esta segunda semana de cine polaco tiene tres bloques: Mujer ficción, Mujer documental y Mujer animación.
En el primero se encuentran tres películas. Estas son: Una luz en la oscuridad, (Polonia-Alemania-Canadá, 2011), de Agnieszka Holland; Torre, el día luminoso, (Polonia, 2017), Jagoda Szelc y Nada se pierde, (Polonia, 2019), de Kalina Alabrudzińska.
En el segundo, Llámame Mariana (Polonia, 2015), Karolina Bielawska; Un cielo sin estrellas (Polonia, 2018), de Katarzyna Dąbkowska-Kułacz y La aldea de las vacas nadadoras (Polonia, 2018), de Katarzyna Trzaska.
En el tercero, contiene una selección de 21 cortometrajes de cine de animación que han sido galardonados en festivales internacionales. Las películas fueron producidas entre 2012 y 2022, y realizadas por alumnas y egresadas de la Facultad de Cine de Animación en la Escuela de Cine, Televisión y Teatro de Łódź, Polonia. Estas producciones serán exhibidas en un programa de entrada gratuita en el Foro al Aire Libre. El programa es patrocinado por la Escuela de Cine, Televisión y Teatro de Łódź bajo la curaduría de Krzysztof Brzezowski, jefe de Difusión. El cortometraje Tres generaciones de Paulina Ziolkowska se presenta gracias a la cortesía de su productora y distribuidora, Fumi Studio.
«Las cineastas polacas son quienes trabajan y triunfan en el extranjero»: Diana Dąbrowska

La crítica de cine y periodista, Diana Dąbrowska escribió en la revista polaca KINO, (diciembre de 2022), lo siguiente:
«Las directoras polacas que colaboran en proyectos cinematográficos internacionales aportan una perspectiva única en los temas que consideran más importantes, con un toque artístico europeo.
En las cinco décadas de la agitada historia del Festival de Cine Polaco de Gdynia, apenas cinco directoras han ganado los Leones de Oro: Agnieszka Holland (Fiebre, 1981, Una luz en la oscuridad, 2011, Mr. Jones, 2019), Magdalena Piekorz (The Welts, 2004), Joanna Kos-Krauze (La plaza del Salvador, 2006; codirigida junto a su esposo Krzysztof Krauze), Małgorzata Szumowska (Cuerpo, 2015) y Agnieszka Smoczyńska (Gemelas silenciosas, 2022).
Dos de las mencionadas películas contemporáneas, realizadas por mujeres en 2019 y 2022, son de habla inglesa y narran la vida de personajes históricos no vinculados con Polonia ni con la cultura polaca: el personaje principal de la película Mr. Jones, Gareth Jones (1905-1935), un periodista y reportero galés, fue el primero en escribir en la prensa occidental sobre la gravedad y crueldad del [periodo de hambruna conocido como] Genocidio Ucraniano (1932-1933). En cambio, Agnieszka Smoczyńska contó la historia de June y Jennifer Gibbons, unas hermanas galesas nacidas en 1963 y atrapadas en la peligrosa «trampa de ser gemelas». Los premios otorgados en el Festival a los proyectos extranjeros, internacionales e incluso transnacionales no siempre son considerados positivos por la comunidad de cineastas polacos y, a su vez, constituyen un motivo para retomar el debate sobre lo que realmente hace que el cine polaco sea polaco.
En el panorama del cine polaco contemporáneo las mujeres son quienes trabajan y triunfan en el extranjero, lejos de su cultura y su lengua materna. Las cineastas polacas son las que más experimentan, y no sólo las directoras, sino todas las mujeres relacionadas con el cine. Su lucha y esfuerzo por fin están siendo apreciados y esto se manifiesta, por ejemplo, en una mayor visibilidad en los festivales y proyectos de desarrollo en todo el mundo.
Obviamente, este fenómeno puede ser atribuible al contexto más amplio de los cambios en la industria cinematográfica a nivel mundial, que tienen como objetivo igualar las oportunidades y crear un ecosistema cinematográfico en el que nadie interprete la palabra “paridad” como un reto o un requerimiento. Muy a menudo, los productores (sobre todo los estadounidenses) involucran a las directoras europeas en sus proyectos, para enriquecer sus películas con un toque diferente, una sensibilidad especial, algo que desde hace mucho tiempo se denomina como European artistic touch.

Los protagonistas de las películas de la directora Agnieszka Holland están geográficamente desvinculados de Polonia; no obstante, cabe destacar que la directora del filme Europa, Europa (1990) observa a los outsiders desde la perspectiva de una outsider: se trata de las personas a las que en la nomenclatura de [el sociólogo alemán] Georg Simmel llamaríamos «dobles extranjeros». El caso de Holland es especial y su propia identidad compleja puede dejar una huella importante, o incluso única, de sus personajes: a menudo son genios, solitarios, privados del «centro permanente» de su propia identificación.
«Me interesa la adaptación de arquetipos y mitos que normalmente se nos inculcan en el moderno enfoque de la cultura contemporánea», confesó Agnieszka Smoczyńska en una entrevista. La acogida positiva de The Lure (Córki dancingu, 2015) en el Festival de Cine de Sundance, así como su distribución en Estados Unidos gracias a Janus Film, permitieron que esta polifacética artista se presentara ante un público más amplio. La presencia de la directora se reflejó en diferentes publicaciones en revistas de la industria, encabezadas por la prestigiosa revista Variety, que incluyó a la polaca en la lista titulada «Female directors to watch». Smoczyńska habla sobre diferentes mundos y épocas, que se entremezclan con su sensibilidad y un gran talento visual y artístico.

La carrera transnacional de Małgorzata Szumowska es una de las más interesantes. Esta apreciada artista polaca ha demostrado una obra que quiere conquistar Occidente a través de su estilo único y sin la necesidad de vender por completo su alma artística. Cada uno de sus proyectos extranjeros más espectaculares, como Elles (Sponsoring, 2011), The Other Lamb (Córka boga, 2019) e Infinite Storm (2022) reflejan los principales intereses de sus películas: la exploración de los límites de la resistencia del cuerpo humano y el diálogo del cuerpo con su “yo” interior (psique, espiritualidad, intuición…). La autora de La cara (Twarz, 2018), premiada en el festival de Berlín, no ha dejado de hacer películas sobre Polonia y en Polonia; películas profundamente arraigadas en la realidad de las clases sociales locales, que surgen de observaciones interesantes, pero al mismo tiempo grotescas, tanto de las provincias polacas, como de las exclusivas zonas residenciales con sus cámaras de vigilancia.
En nuestra época moderna, cualquier reflejo de la creatividad ya no se asocia permanentemente con un solo modelo de identidad, tampoco con un solo lugar en el mundo. Tal como señaló la directora Katarzyna Klimkiewicz: «Todo es parte de un todo mayor. De la misma manera me percibo a mí misma». Agnieszka Holland, uno de los mayores iconos del cine polaco, complementa perfectamente esta reflexión sobre la actual posición de los artistas con las siguientes palabras: «En cierto sentido no tengo hogar, y es lo más natural en el mundo de hoy».
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*Con información de Ella Films y Cineteca Nacional