REPORTE CÍNICO

Para punks nosotros

«The Adicts no tienen casi nada de ello, se han montado bien su onda para atrapar al público, al grado de que los punk rudos de antaño, sean mexicanos o no, los siguen sin bronca por todo lugar donde se presenten», explica el autor de esta nota. En pleno día electoral, el 5 de junio, y con Ley Seca encima tocarán en la Ciudad de México.

Por Félix Morriña

The Adicts.
The Adicts, la banda punk rock inglesa celebra cuatro décadas.

El comunicado de prensa de la promotora que trae a México a la banda de punk rock inglesa The Adicts, indica que regresan a Tierra Azteca y yo de inmediato pregunto ¿cuándo fue la primera vez que vinieron? ¿Dónde estaba yo que no los fui a ver? ¿En qué drogas andaría yo para no haber visto a semejante divertida banda punk? Cuando tengo frente mío a tres de sus integrantes (es decir, la mitad de la alineación) les alcanzo a preguntar si recuerdan la fecha, o el año de cuando vinieron, y lo único que hicieron fue encogerse de hombros y beber agua sonriendo todo el tiempo como si fueran unos pinches infantes de secundaria. ¿Agua? ¡Sí, agua embotellada queridos lectores! Lo demás es fama, mito, leyenda. Son más sanos que nosotros. Nosotros sí somos más punks.
La conferencia de prensa del último martes de mayo del presente año, celebrada en la glamurosa tienda de zapatos ingleses, Dr. Martens de la colonia Roma, fue estropeada por los ‘‘reporteros’’ fans de la banda, por la gran cantidad de educandos que rondan en las inmediaciones de la famosa colonia, que no permitieron hacer nuestro laburo, y por las características propias de un encuentro con estrellas punk rock, es decir, que se hayan presentando a ‘‘cotorrear’’ más que a dar declaraciones, fue ad hoc a lo que este ‘‘servibar y amigo’’ esperaba.
Los tipos, ya bien vividos (salvo el chaval músico que se integró hace poco), se la saben bien a bien, porque se la han pasado chévere, han sabido controlar sus excesos, son profesionales, lo cual los aleja del concepto tradicional del punk rock; pero sobre todo, siguen dando de qué hablar y rodando por todo el mundo. The Adicts no tienen casi nada de ello, se han montado bien su onda para atrapar al público, al grado de que los punk rudos de antaño, sean mexicanos o no, los siguen sin bronca por todo lugar donde se presenten.
Mientras exclamaban que se divierten mucho en las giras, pero más sobre el escenario, varios de los colegas comentábamos que estos cabrones están mucho más conservados que varios de nosotros, siendo una década más jóvenes y con todo lo que se han metido y sacado; que hay más punks ‘‘contestatarios’’ en México, debido a la extrema pobreza existente a diferencia de Inglaterra (donde hay mucha indigencia en la actualidad, según reportes de la revista Nexos); que pese a ser desmadrosos, casi unos fresotas, los punk más radicales se harán presentes el próximo domingo en la Carpa Astros de la CDMX (Metro Villa de Cortés, sobre Tlalpan) a partir de las 19 horas para ser parte de los 40 años de trayectoria de esta banda.
La prensa veterana nos preguntábamos si habría portazo, porque los punk mexicanos así lo acostumbran, ya que no suelen pagar boletos por su alto costo (en este caso son poco más de 500 varos, más las chelas, se requiere de entre 800 a mil pesos per cápita) y eso no lo pagan ni en pesadillas. También nos cuestionábamos cómo iba a ser un concierto en pleno día electoral, no sólo con las elecciones ‘‘Constituyentes’’ de la CDMX, sino en 14 entidades de la República Mexicana.

En el otrora DF, la Ley Seca demuestra que se puede conseguir más alcohol que nunca, pero si no fuera el caso, los punks mexicas suelen llegar colocados con otras sustancias más procaces, o de plano consumir frente a la tira para luego agarrarse a chingadazos, porque eso es ser punk en México. Si no hay madrazos no es punk, como en las fiestas familiares que se hacen en plena calle de barrios bajos.

En el otrora DF, la Ley Seca demuestra que se puede conseguir más alcohol que nunca, pero si no fuera el caso, los punks mexicas suelen llegar colocados con otras sustancias más procaces, o de plano consumir frente a la tira para luego agarrarse a chingadazos, porque eso es ser punk en México. Si no hay madrazos no es punk, como en las fiestas familiares que se hacen en plena calle de barrios bajos.

La camada periodística preguntamos a los promotores cómo iba la venta de boletos para asegurar su inversión, argumentando que todo iba de poca madre, ojalá porque vale la pena seguir trayendo la memorabilia musical de este tipo al país. Sobre la seguridad para todos los que ya somos ‘‘viejitos punks’’, aparte de cuidar las cámaras de video, fotográficas y demás parafernalia que se requiere para trabajar, los organizadores dijeron que no habría problema alguno y que todo estaba bajo control, que ya no se armaba lío alguno como antaño, que con The Adicts sólo habría fiesta, confeti, extravagantes vestuarios, homenajes diversos, empezando por el principal, que es a Stanley Kubrick y su peliculón Naranja Mecánica, la principal fuente de inspiración para su imagen internacional (los bombines y el maquillaje del personaje Alex), entre otras cosas que nos alejan de la violencia. ¡Eso esperamos!
Tras la conferencia de prensa con The Adicts, mientras esperábamos afuera de la mamona tienda de calzado para juniors, cuando eran pinches botas de trabajo para obreros en Inglaterra hace mucho, pero mucho tiempo, estábamos urdiendo dónde ir al 2X1 en algún putero, bar de mala muerte, espacio sideral para punks escribanos, o sencillamente dónde tomarse una chela afuera de una tienda, de esas hoy raras en La Roma que te dejan, cual ‘‘estudihambre’’, beber tranquilamente en su acera, los integrantes de la banda británica salieron a fumar con nosotros, a echar desmadre con la gente que pasaba por la calle. 

Los músicos de The Adicts se sacaron fotos con Juana y Pedro sin bronca. Abrazaban a las pocas viejitas que pasaban por ahí, no sin antes decirles que se mocharan con la receta para comprar medicamentos, como se hace en Inglaterra para conseguir drogas de manera fácil. La gente pensaba que se trataba de una broma de circo, porque la careta la tienen. Nos decían que ya estaban fastidiados de sus custodios (los organizadores) y que se los quitáramos de encima. ¡Todo era parte del show!

Naranja Mecánica
Naranja mecánica, película de Stanley Kubrick que ha influido a The Adicts.

Nos reímos, nos carcajeamos y nos divertíamos con ellos cuando nos dejaron sacar una sesión de fotos con las botas para quitarse la chocantería de ese rancio glamur inglés. Nos dijeron que sus letras de desempleo, desmadre disfrazado de conciencia social, de las caracterizaciones de la ‘Naranja Mecánica, han sido parte de su trayectoria y están orgullosos de ser parte del gran engranaje que significa ser inglés en el mundo de la música. Algunos de nosotros les pusimos trampas al ofrecerles mezcal barato, pero no son tan brutos para tomarlo así como así, y prefirieron sacar su vena inglesa argumentando que era muy temprano para algo así. Les digo, para punks nosotros.
A punto de retirarse, les preguntamos si conocían a la banda telonera mexicana Seis Pistos (bribona clara alusión anti homenaje a los Sex Pistols y a la borrachera), quienes por cierto traen muy buen punch, The Adicts señalaron que tendrían tiempo suficiente en esta pequeña gira por México para conocerlos y que si se daba la oportunidad los invitarían para algo mucho más grande. No queda más que decirles que vayan preparados el domingo 5 de junio al nuevo espacio para conciertos, la Carpa Astros, a partir de las 19 horas para ver a The Adicts y a los Seis Pistos. ¡Allá nos vemos! ©

Félix Morriña es periodista y promotor cultural. Columnista en Impulso, Semanario Punto y Revista Ágora.

@fmorrina

Félix Morriña
Morriña, dandy y punk.