Revista Los Cínicos

Cinismo, crítica y periodismo cultural

A VECES ME DESPRECIO, FÉLIX MORRIÑA

Enloquecido por tanta obra de arte

Jack Nicolson en El Resplandor de Kubrick.

A VECES ME DESPRECIO

Domingo resplandeciente de Kubrick, Lolitas, piratería y alcohol barato

Para lograr entrar a la exposición sobre la obra fílmica de Stanley Kubrick en la Galería de la Cineteca Nacional, el periodista tuvo que limitarse a beber whisky barato, comprar películas pirata en la Lagunilla y conquistar con la mirada a las Lo-li-tas que se paseaban en ese recinto.

Por Félix Morriña

Jack_El Resplandor_Interior
Jack!

La ansiedad se apodera de cualquiera, máxime si es una mañana de domingo del primer mes del año y con tremenda resaca etílico-emocional en Coyoacán. Me encuentro en una de las exhibiciones del séptimo arte más esperadas en México por años: “Stanley Kubrick, la exposición” que desde el pasado 1 de diciembre está en el museo de la Cineteca Nacional, la cual presenta lo mejor de lo mejor de las obras cinematográficas del director 2001: Odisea del espacio o Naranja mecánica, entre otras obras de gran nivel y calidad.

No sabe uno a ciencia cierta si ésta rematará los sentimientos encontrados que uno tiene al recordar los momentos más sublimes y erotómanos de las cintas de uno de los más prolíficos y enrevesados cineastas que haya dado la humanidad, y que a este servibar le marcara el rumbo a seguir en sus múltiples fantasías en los años 80 y 90 del siglo pasado; como sentirse el brillante y enloquecedor personaje de Alex DeLarge de Naranja mecánica, o tener a su Lolita a lado para vivir las intensidades sexuales y dramas propios de una relación adolescente con hombre maduro, o meterse un alucinógeno y darse el viaje cual astronauta en 2001: Odisea del espacio, o vivir una orgía dentro de una secta secreta multimillonaria como la mostrada en Ojos bien cerrados. Yo hubiera querido, sin embargo, tan sólo beber por días a lado de Stanley Kubrick y servirle —además de los whiskys— de asistente en sus películas (no pido mucho).

Ver frente mío la máquina de escribir utilizada por el frenético actor estadounidense Jack Nicholson, en su papel del escritor Jack Torrance —salido de las líneas de Stephen King—, fue como: ¡el más grande orgasmo-coito que haya vivido a lado de todas mis mujeres-amantes juntas! Enloquecido, además, por tanta obra de arte y no por la licorera con restos de whisky barato, de la que abusaba cuando tenía oportunidad de escaparme a la sala más oscura, la menos asistida de La Galería, se sumó al juego de seducción las jóvenes Lolitas en busca de “aprendizaje” fílmico. No le queda a uno más que sumarse al esfuerzo de conquistarles, sin incomodar a las personas que lo acompañan en esta aventura.

El Resplandor_interior
 «Sólo trabajar y no jugar hace de Jack un chico aburrido».

Ver frente mío la máquina de escribir utilizada por el frenético actor estadounidense Jack Nicholson, en su papel del escritor Jack Torrance —salido de las líneas de Stephen King—, fue como: ¡el más grande orgasmo-coito que haya vivido a lado de todas mis mujeres-amantes juntas! 

La exposición contiene más de 900 objetos relacionados a este genio del cine; utilería original de las películas, parafernalia escénica, documentos, equipo fotográfico con todo y lentes —que ya quisiera el más experto en la materia poseer—, vestuario como el de las intrigantes gemelitas de la cinta El resplandor y se concreta gracias al esfuerzo conjunto entre el Deutsches Filmmuseum Frankfurt am Main, Christiane Kubrick (viuda del cineasta inglés), Jan Harlan (el productor cinematográfico, hermano de la viuda de Kubrick) y The Stanley Kubrick Archive de la University Of The Arts London, quienes contaron con el apoyo de las transnacionales Warnes Bros. Entertainment Inc, Sony-Columbia Pictures Industries Inc, la Metro Goldwyn Mayer Studios Inc, Universal Studios Inc y SK Film Archives LLCla para beneplácito de los amantes del séptimo arte.

Felix Morriña_Kubrick_Interior
El escritor de esta nota extasiado al ver la máquina de Jack Torrance.

El 29 de mayo del presente año es su último día en la Ciudad de México, sumado a ella hay una serie de actividades en torno a la vida y obra de Stanley Kubrick, como un ciclo de conferencias y charlas acerca de su filmografía, así como la proyección de varias de sus películas. 

Luego les cuento cómo terminó ese resplandeciente domingo. Adelanto que no compré un whisky de mejor calidad porque tenía que comer bien para aguantar el recorrido de tarde soleada por las calles de La Lagunilla, pues también hay que promover el arte a precio de banqueta (como indica la expresión de mi camarada Enrique Monge en su día de vendimia). O como lo expresara el crítico de cine Jorge Ayala Blanco: “Diga sí a la piratería, yo sí educo a mis hijos”.

Queda abierta, eso sí, una pregunta: ¿qué seguirá para el museo de la Cineteca después de la monumental exposición de Kubrick? ©

*Versión cínica de la columna Silencios Estereofónicos de Félix Morriña, publicada en el diario Impulso.

Félix Morriña
Dandy, pero punk.

Félix Morriña es periodista y promotor cultural. Columnista en ImpulsoSemanario Punto Revista Ágora.

@fmorrina

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