A VECES ME DESPRECIO

El copetudo Morrissey regresa a México

No importa si no trae disco nuevo bajo el brazo, siempre será buena la oportunidad de ver al copetudo de Morrissey sobre un escenario. Viene a México a cumplir con fechas que nos debe. No olvidamos que canceló su venida al Festival Vive Latino, debido al Síndrome del esófago de Barrett que padece junto a otras dolencias propias de un hombre de 57 años.

Por Félix Morriña

A “París-Londres”,  Alma González López y a todos los “yo”, lo mejor de mi

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Morrissey, Morrissey.

Mozzer, como lo conocemos lo más allegados al cantante Morrissey, se presentará el miércoles 29 de marzo en el Teatro Banamex de Monterrey; el viernes 31 de marzo, en el Palacio de los Deportes de la CDMX; el 1 de abril será parte del Festival Roxy de Guadalajara (donde es cabeza de cartel y tocarán antes los maravillosos y geniales James, Empire Of The Sun y Smash Mouth, entre otros) y el jueves 4 de abril hará lo propio en el Complejo BUAP de Puebla.

Los melómanos exigentes que hemos crecido con su música, le agradecemos sobremanera nos haya acompañado en el eterno juego de seducción erotómana; que nos haya servido de fondo musical para persuadir a féminas de entregarse por completo al placer o sana relación sentimental; de ser comparsa en el perverso dolor amoroso y en la siempre deseosa reconciliación, como le ha sucedido a este servibar en distintas etapas de su existencia.

Desde la primera vez que tuve oportunidad de verle, en los lejanos años 90 en el Auditorio Nacional, hasta en una sesión fotográfica (donde estuvo el camarada Fernando Aceves haciendo lo propio) en el Poliforum Cultural Siqueiros; pasando por un raro concierto en Puebla y un concierto muy especial en el Palacio de los Deportes, hace algunos ayeres y del que conservo con juvenil dedicación la acreditación de prensa; Morrissey siempre ha sido esa genuina mezcla de Elvis Presley, James Dean, Oscar Wilde y la arrogancia propia del clásico inglés contestatario, con vaso de whisky en una mano y en la otra un bóxer para lo que se ofrezca.

Cuando universitario, este interlocutor solía usar alcatraces en las bolsas traseras del desgajado pantalón de mezclilla como un homenaje, un tributo a la época de The Smiths. A mi look agregué diminutos y sofisticados aretes y arracadas para enfurecer a las clases conservadoras de la época, porque sólo los gays los usaban antes, sólo que yo no lo era, sino todo lo contrario.

Llegué a usar ese abultado copete (que muchos idiotas piensan que fue Peña Nieto quien lo puso de moda a su llagada a Los Pinos), para bailar a todo volumen el contenido de los cuatro discazos que grabaron junto con su amado guitarrista Johnny Marr (entonces eran pareja, luego Morrissey se dijo asexuado tras la separación).

Llegué a usar ese abultado copete (que muchos idiotas piensan que fue Peña Nieto quien lo puso de moda a su llagada a Los Pinos), para bailar a todo volumen el contenido de los cuatro discazos que grabaron junto con su amado guitarrista Johnny Marr (entonces eran pareja, luego Morrissey se dijo asexuado tras la separación), el bajista Andy Rourke y el baterista Mike Joyce: “The Smiths” (1984), “Meat Is Murder” (1985), “The Queen Is Dead” (1986) y “Strangeways, Here We Come” (1987).

Sabedor de que Morrissey toca temas de The Smiths sin problema y un largo listado de éxitos en cada recital, los cuatro próximos a efectuarse en México saldrán de esos once discos oficiales en plan solista, de los que siendo honesto me quedo con los primeros: “Viva Hate” (1988), “Bona Drag” (1990), “Kill Uncle” (1991), “Your Arsenal” (1992), “Vauxhall And I” (1994), luego lo dejé descansar, principalmente porque Morrissey empezó a engordar de fea manera y eso yo no podía soportarlo, debido a mi extrema vanidad y egolatría, sólo yo podía soportar mis excesos con mi dieta de cocaína y whisky para mantenerme en condiciones.

Luego nos volvimos a reencontrar con el discazo “You Are The Quarry” (2004), donde retomé los elegantes trajes, sólo para homenajearlo, porque Morrissey los lucía con un nivel estético de antaño. Había recuperado la cordura y el físico. Tras ese disco, me olvidé de él por años hasta mi llegada, el pasado trienio, a la Dirección de Cultura de Metepec, en donde mi adorada “París-Londres” me hizo retomar el camino. Recobré mi entusiasmo por escribir como ahora, por vivir y por volver al riel, pero como siempre, lo eché a perder una vez más debido a mis excesos y atormentados momentos existenciales.

Ahora estoy de nuevo escuchando a Morrissey para renacer, para ser un hombre nuevo y para homenajearlo, para homenajearme, para homenajear a quien me ha ayudado mucho a recuperar cordura y nivel. Ella fue quien me dijo, el pasado fin de semana, que una vez comunicándose con este servibar escuchaba de fondo la rola “This Charming Man» o lo que es lo mismo «Este hombre encantador».

¡Nos vemos Morrissey, brindaremos por este nuevo encuentro! ©

*Versión cínica de la columna Silencios Estereofónicos de Félix Morriña, publicada en el diario Impulso.

Félix Morriña
Dandy, pero punk.

Félix Morriña es periodista y promotor cultural. Columnista en ImpulsoSemanario Punto Revista Ágora.

@fmorrina