ENTREVISTA

Entrevista con Rafael Guilhem de la revista Correspondencias

Muchos piensan que a los Millennials —aquellos que nacieron entre 1980 y el año 2000 y ahora son jóvenes de veinte años— no les interesa la reflexión y los textos sesudos, que sólo quieren ser youtubers videobloguers y andar en Whatsapp y en el Instagram. Bien, pues aquí hay dos jóvenes —muy jóvenes— que están al frente de una revista trimestral llamada Correspondencias, cine y pensamiento, en la que quieren escribir con rigor y sin prisas sobre este arte. Charlamos con uno de ellos.

Por José Antonio Monterrosas Figueiras

Correspondencias

Rafael Guilhem es un Millennial de 24 años de edad. Actualmente está por terminar la carrera de Antropología Social, en la UAM-Iztapalapa, y de manera paralela —de forma autodidacta—, ha incursionado en la crítica de cine en revistas como Icónica. Ahora edita la revista Correspondencias junto con su amigo Eduardo Cruz. Él encuentra el gusto por escribir sobre cine desde los tiempos de la preparatoria, porque las películas  son una manera de extender el mundo. Fue así que, poco a poco, se percató que la función del espectador es vital para las películas y que para disfrutarlas también hay que pensarlas. De ahí tal vez que esta revista trimestral tenga como eslogan: “Cine y pensamiento”. El joven Guilhem ha participado en el Talen Press, del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, también ha sido jurado joven en el DOCSMX, el FICUNAM y otros concursos relacionados a la crítica de cine. Estos son los que lo han llevado a editar una revista así. Muchos pensarían que por ser Millennial no debería interesarle pensar el cine desde la escritura, ya sabemos —dicen los arrugados de la Generación X— que a ellos no les importa nada, porque todo lo quieren rápido y sin esfuerzos. «Yo creo», me explica Rafael, «que lo que se necesita es que no se hable tanto y que se escuche más. La revista apuesta a eso también».

— ¿Cómo nace el proyecto de Correspondencias?

— Nos interesa mucho cómo el cine atraviesa la realidad, a través del pensamiento. Correspondencias es porque creemos que es un ir y venir, que las películas no son unidireccionales y que está la participación del espectador, de la crítica y del pensamiento. Eduardo Cruz  y yo, que nos conocemos desde la universidad y somos apasionados del cine, nos dimos cuenta que en México no había un espacio como este y decidimos formarlo. Correspondencias se publicó por primera vez en febrero de este año, pero estuvimos trabajando seis meses atrás. Llevamos con el proyecto un año.    

— ¿Cuál es el espacio para la crítica de cine actualmente, realmente hay alguien que le interesa que otro esté escribiendo sobre una película?

— Nosotros creemos que sí hay mucha gente interesada y más bien creemos que no existen los espacios. De pronto hay mucha publicidad disfrazada de crítica, que es incluso pagada por las distribuidoras de las películas para hacerse promoción. No creemos en esa idea de que el público lo que quiere son cierto tipo de películas más comerciales, nosotros confiamos en que si se hacen estos espacios se generará una mayor reflexión y la importancia del cine, creo que es fundamental, porque no sólo son las películas como objeto, sino lo que se está trabajando sobre la mirada. En la medida que podamos multiplicar la mirada que tenemos sobre el mundo y complejizarla, las discusiones se van a elevar, nuestras formas de actuar. Herzog decía que “si no tenemos las imágenes correctas, nos vamos a extinguir como especie”. Creo que sí hay que valorar el papel que tiene el cine.

— ¿En qué lector piensan ustedes para una revista como Correspondencias?

En principio sí es para un público más especializado, pero sólo como un primer paso, porque una de nuestras ideas es también entenderlo como un proceso de formación de público. Es decir, ir acercando a la gente, ir construyendo este espacio para que la gente pueda también reflexionar el cine. Entonces en principio es especializado pero con una apertura a cualquier persona.

— Háblame de los colaboradores…

— Hay algunos que nosotros hemos invitado personalmente y otros sí llegaron participando en la convocatoria. Todo lo que llega pasa por un consejo editorial, se decide si tiene la rigurosidad para estar en la revista y así es como vamos tejiendo las redes entre distintas personas que aportan en la revista.

— Quiere decir que no importa la edad, sexo, ni la preferencia sexual, ni si es Millenial o no…

— Puede entrar quien sea, pero sí pasa por un proceso para considerar el rigor de la colaboración.

Sí hay una línea editorial, sí tenemos una selección de películas pero lo a lo que nos referimos es que sí algún colaborador nos envía de Superman es válido, siempre y cuando el texto tenga una reflexión compleja al respecto. Pero los dossiers, los textos sí apuntan a un cine menos visible y donde los cineastas estén pensando con el cine, no ilustrando la realidad, no siguiendo fórmulas que propongan una mirada distinta a fin de cuentas.

Correspondencias— Hay la idea de que a los Millennials no les importa nada, ¿cuéntame tú que eres de esas generaciones? ¿Cómo observas tú a tu propia generación en relación con todo esto?

— En principio creo que sí hay una especie de estigma y criminalización con los jóvenes y yo creo que eso ha pasado toda la vida, toda la historia, pero sí creo que lo que está pasando es un cambio en las formas sociales, en las formas de pensamiento, que se está a acelerando, intensificando con las nuevas tecnologías, redes sociales, todo esto, que de alguna manera da la impresión de que somos más superficiales, pero creo que en gran medida depende de los elementos que se nos han dado, pero sí hay que ir con cuidado porque hay grandes flujos de información, pero eso no quiere decir que estemos mejor informados. Hay que pararnos a reflexionar sobre la información. Yo creo que lo que se necesita es que no se hable tanto y que se escuche más. La revista apuesta a eso también.

— Yo recuerdo que  Jorge Ayala Blanco decía que no importa la plataforma donde ese haga la crítica, sino lo que se dice. Ustedes intentarían abrir espacio a videos, a un podcast, a otro tipo de formas de hacer la crítica…

— Totalmente, lo único que nos parece importante es que siempre se piense sobre el medio a través del cual se está pensando el cine. No es lo mismo escribir un texto o hacer un videoblog. Todo es muy válido pero sólo nos preocupa que se reflexione sobre el medio en sí mismo,  sobre la posición de la persona que está haciendo la crítica y siempre tener cuidado que no esté por delante intereses comerciales, de mercado. No nos referimos a que no puedas comercializar un proyecto de cine, más bien que no interfiera en la rigurosidad de la reflexión.

— ¿Importa la extensión del texto…? 

— No siempre pero sí creemos, de algún modo, que también es una época de inmediatez, de fugacidad. Nos interesa que se pueda profundizar, que no sólo sea un Twitter, una publicación de Facebook, sino que haya tiempo para concentrarnos, para complejizar, para ir más allá y tal vez la extensión en ese sentido sí es importante.

— La parte del sustento económico de un proyecto como éste… ¿Cómo le hacen y cuál es su prospectiva?

— En principio es digital un poco por esos motivos…

— Aspiran estar en papel…

— Nos lo han sugerido mucho y sí nos interesaría mucho sacar una edición impresa, pero tenemos una sección de ensayos audiovisuales que implica lo digital, por esa razón no creemos que se pueda trasladar totalmente a papel y queremos consolidar, por ahora, el proyecto para después poder tener algún tipo de sustento institucional, privado, becas, buscar algo. Nos interesa muchísimo que nuestros colaboradores sean pagados, porque tenemos que apoyar al gremio, valorarlo también pagándole por el trabajo que hacen.

Su crítica es sobre películas selectas o es todo el cine… ¿Cómo lo están pensado?

— Sí, creemos que no importa tanto el qué sino el cómo… Puedes hablar de cualquier película pero cómo lo haces esa es una gran diferencia. Los modos que hay de distribución, de producción, de comercialización, en general permiten que la cartelera sólo traiga cosas muy limitadas y de repente parece que ese es el panorama del cine mundial. Parece que los Oscares es todo el cine mundial y no, hay muchísimas películas con un valor muy significativo, entonces una función de la revista es traer a colación, hacerlas visibles y no de cualquier manera, sino pensándolas y dándoles un espacio.

— ¿Qué momento crees que vive la crítica de cine?

— En México creo que vivimos una época de crisis. Ni siquiera podemos hablar de que haya un gremio, un conjunto de críticos. Hay algunos referentes importantes como Ayala Blanco, pero de pronto parece que están muy aislados y creo que tiene que ver mucho con esto que ya mencionaba, que se confunde la publicidad con la crítica y al final, para sustentar un proyecto el camino más fácil es hacer promoción.

— ¿Entonces hablaría de todo el cine? ¿De Hollywood a Bollywood?

— Sí hay una línea editorial, sí tenemos una selección de películas pero lo a lo que nos referimos es que sí algún colaborador nos envía de Superman es válido, siempre y cuando el texto tenga una reflexión compleja al respecto. Pero los dossiers, los textos sí apuntan a un cine menos visible y donde los cineastas estén pensando con el cine, no ilustrando la realidad, no siguiendo fórmulas que propongan una mirada distinta a fin de cuentas.

— ¿Qué lugar aspiran que la revista ocupe al tiempo?

— Aspiramos a que el espacio crezca, pero nos interesa mucho empezar a crear redes con otras revistas. Lo importante es que estos espacios se empiecen a juntar porque al final de cuentas son  poquitos pero son muy necesarios. A que la revista crezca, que haya colaboradores y desde luego lectores interesados, es esta función que pensamos que debe tener la revista que es de formación de públicos. Pensar con el público y no tomar  esta posición de ensañarles nada, más bien es algo más horizontal.

Actualmente Correspondencias va en el número 01, pero tuvieron un número 00, que fue más bien piloto y el dossier fue «Políticas del cine». El siguiente fue de «Cuerpos en tránsito», en el que buscaban reflexionar sobre las corporalidad en el cine. El cine no sólo como el que representa el cuerpo sino en construirlo, fragmentarlo, posicionarlo en una temporalidad y en un espacio. El próximo número será «Paisajes», el cual tiene como fecha límite, para la recepción de artículos, el 18 de julio y será el número del verano de 2017. ¡Suerte para ellos! ©

José Antonio Monterrosas Figueiras
Reportero Repicante.

José Antonio Monterrosas Figueiras es editor cínico en Los Cínicos y periodista replicante en Replicante y al revés en Revés.

@jamonterrosas