CINISMO CITADINO

Croniretratos de la ciudad en tiempos del meme

Sí, parece mentira que algo tan básico como volver a las calles de esta inmensa ciudad a buscar las historias cotidianas de sus habitantes sea hoy «una romántica visión del oficio», porque en la revolución mediática actual los géneros periodísticos que importan son el refrito, la filtración y el meme.

Por Georgina Hidalgo Vivas

Georgina Hidalgo Vivas
Georgina Hidalgo Vivas rodeada de sus crónicas. Foto: Jorge Borja.

Cuando a mediados de 2017 me propusieron generar contenidos para crear la sala «Espacio Público» de esta exposición mis ojos brillaron como platos. En este país en el que la mitad de la población se dedica al comercio informal en las calles era de verdad una oportunidad de oro para una reportera cuenta cuentos como yo.

Sí, parece mentira que algo tan básico como volver a las calles de esta inmensa ciudad a buscar las historias cotidianas de sus habitantes sea hoy «una romántica visión del oficio», porque en la revolución mediática actual los géneros periodísticos que importan son el refrito, la filtración y el meme.

Acepté el reto, a pesar de que eso implicaba cambiar mi método de investigación: dejar la inmersión gonzo y la crónica de largo aliento para volver a técnicas de sobrevivencia como el apoyo en la oficinas de prensa para sortear tramititis y permisos, o la anotación obsesiva de todo detalle, la actuación, el disfraz y, sobre todo, la empatía y la paciencia.

Así pude en sólo tres o cuatro días (a veces más) conseguir una crónica-retrato de alguno de los millones citadinos que moldean con su actividad esta masa informe que llamamos ciudad.

De la tamalera al taquero, del voceador campeón ciclista al exitoso restaurantero, de la chamana xochimilca a la devota de la Santa Muerte, del luchador que vende arroz al camionero del paradero más conflictivo de la urbe, del vendedor de alegrías al policía de tránsito, de los damnificados del sismo a la fichera emprendedora, del artesano indígena a la ciclista reapartidora, del buzo de drenaje a la broker de la Torre Mayor, del millenial paseador de perros al universitario desempleado.

Por la naturaleza de algunos oficios, en algunos casos hube de desembolsar dinero para conseguir algo de tiempo con los posibles personajes y hasta invitar la fiesta para poder aproximarme al ambiente.

Croniretratos de Georgina Hidalgo
Un croniretrato sobre él último fanático de la fiesta brava: Rodrigo Rangel Reyes.

Casi 50 croniretratos —como los llamo— conformaron poco a poco un mosaico significativo de la diversidad de la Ciudad de México.

Una mirada como habrá millones, apenas un espejo para reconocernos, un libro-corazón de una ciudad que late al ritmo (o la arritmia) de sus glóbulos-ciudadanos, como atinadamente hacen esos videos 360 que nos sumergen en la atmósfera urbana y saturan nuestros sentidos mientras esperamos que nos den bola.

No sé por qué no me pareció una labor monumental, tal vez porque ya inmersos en la megaciudad no alcanzamos a ver lo pequeños que somos, pero una vez montado todo, la magnitud del esfuerzo cobró forma.

Personalmente, ganarme la confianza de la gente en estos días de inseguridad y violencia fue de verdad el trabajo más pesado. También fue duro tratar de trabajar durante la calma chicha que siguió al agitado Septiemble.

Miradas de la Ciudad
Una de las crónicas de Georgina que podría titularse: ¿Y dónde quedó el chairo de la UNAM en la foto?

Por la naturaleza de algunos oficios, en algunos casos hube de desembolsar dinero para conseguir algo de tiempo con los posibles personajes y hasta invitar la fiesta para poder aproximarme al ambiente.

Algunos intentaron aprovecharse, a otros tuve que huirles pues me citaban en lugares sospechosamente solos, otros me hicieron renegar de mi sexo, pero la mayoría me ayudaron a deshacerme de mis propios prejuicios.

Lloré, reí, consumí durante días los productos que muchos vendían, los acompañé en sus jornadas enteras de trabajo y hasta me desmañané y desvelé con ellos para lograr atisbar un flashazo de su realidad.

Dejo al público la valoración de estos croniretratos, que para mí ya son en sí mismo invaluables, pues me han devuelto la pasión y la certeza de que el periodismo mexicano tiene aún mucho futuro si vuelve a lo básico: a escuchar las múltiples voces que hacen vibrar a esta ciudad de casi 700 años.

¡Gracias y que la disfruten! ©

* Agradecemos a Georgina Hidalgo Vivas, por permitirnos reproducir su discurso leído en la Inauguración Miradas a la ciudad: Espacio de reflexión urbana, sala «Espacio Público», en el Museo de la Ciudad 14 de junio de 2018.

Georgina Hidalgo Vivas
La Vodka Naka.

Georgina Hidalgo Vivas es periodista cultural y cronista de viajes. Ha colaborado en publicaciones como  EmeequisBleu&blanc, Travesías, 
entre otras. Es autora del libro de crónicas por Rusia Vodka Naka (Producciones el Salario del Miedo, 2014).

@cactodeasfalto