DANDYS Y CÍNICOS

El documental sobre un luchador exótico

El documental Cassandro, el exótico, pasó fugazmente por Cineteca Nacional y porque es extranjero y estuvo en Cannes. Luego, como ya se dijo antes, estuvo en Morelia y durante la Gira de Documentales Ambulante —que cada vez es menos Ambulante porque cada año visita menos estados— y este jueves, 16 de mayo, es la película con la que clausura la edición 2019 de este festival.

Por José Antonio Monterrosas Figueiras

El estupendo luchador, oriundo de Ciudad Juárez, Cassandro, es además de un Elvis Presley gay, una combinación atlética entre los cantantes Juanga, Luismi, Paquita la del Barrio y el astrólogo Walter Mercado. Esto por supuesto que no demerita en lo absoluto a su personaje, sino que lo hace extravagante y muy mexicano. En 1989, Saúl Armendáriz, su nombre de pila, pierde la máscara y es cuando decide mostrarse tal como es y se nombra Cassandro y se convierte en un luchador «exótico», que no pretende ser ni vulgar ni corriente, tampoco caer en en el morbo y la burla como sucedía en el pasado. Los primeros luchadores exóticos, tales como Sergio El Hermoso, El Bello Greco y el Adorable Rubí, aparecieron en los años 40 del siglo pasado.

Es así que prácticamente 30 años después, se estrena un documental sobre su vida realizado además por la cineasta francesa Marie Losier, quien también filmó una película sobre la vida del artista Genesis Breyer P-Orridge y su esposa Lady Jaye, quienes además de trabajar juntos se hicieron transformaciones para su proyecto Pandrogyne, es decir, que ambos tenían el mismo aspecto físico para fundir su historia de amor en uno sola.  La balada de Genesis y Lady Jaye, se pudo ver en México, en el Festival Distrital, por allá del 2011.

El documental fue filmado en película de 16 milimetros, por lo que este le da un toque nostálgico, poético, cómico y mítico de una «perra, sorry!», de una «mamacita espiritual», que comienza escuchando y cantando la canción «Borracha» con dúo, frente a la tumba de su madre.

Marie Lossier filmando a Cassandro en película de 16 milimetros.

Un poco antes, en septiembre del 2012, como antecedente de este documental de Losier, tuve la oportunidad de ver en el Gimnasio de Arte y Cultura, en la colonia Roma, de la Ciudad de México, un cortometraje, de aproximadamente de veinte minutos bajo la dirección de Michael Ramos Araizaga. Este se llama Cassandro, el exótico. También hubo ahí una exhibición de lucha libre y la exposición de la fotógrafa belga Annick Donkers, sobre este mismo luchador que necesitaba apoyo económico para una operación de rodilla. En el documental de Losier vemos de más cerca esa intensidad con la que Cassandro ha vivido, que pronto tendrá que retirase de la lucha por tantas afectaciones a su cuerpo por caídas y peleas en el ring.

“En la lucha libre mexicana» explica «el estilo exótico se refiere a atletas refinados en su vestimenta, bien peinados, con un caminar muy particular, fino y en ocasiones afeminado”, por lo que no son “ni rudos, ni técnicos, raros pero no por su estatura o tamaño, estos amanerados gladiadores han representado una tercera opción dentro de los encordados mexicanos» que algunos exhiben «sin recato su preferencia sexual y retan con ello los ánimos homofóbicos o secretamente homofílicos de los aficionados a las luchas». 

El 8 de noviembre del año pasado esta película se exhibió —más a capricho de algún funcionario interesado en los temas de diversidad, pues al todavía director de Cineteca Nacional, en pre versión Cuarta Transformación, Alejandro Pelayo, la lucha libre le da urticaria— con el mismo Cassandro presente y entaconado. Tuvo exhibiciones previas en el Festival Internacional de Cine de Morelia y antes en el Festival de Cannes, precisamente por estas fechas, fuera de competencia, en la sección Acid, que es una asociación de cineastas de cine independiente, y la cual está conformada por nueve películas que eligen de cientos.

Cassandro, el exótico, de la francesa Marie Losier, quien radica en Nueva York, es un filme íntimo y breve —dura apenas setenta minutos— en el que vemos el lado humano del luchador y el cómo a pesar de su deterioro físico por los golpes arriba y abajo del pancracio, es un hombre con mucha fuerza interior para continuar con su vida dulcemente brava. El documental fue filmado en película de 16 milímetros, por lo que esto le da un toque nostálgico, poético, cómico y mítico de esta «perra, sorry!», de esta «mamacita espiritual», que comienza escuchando y termina cantando la canción Borracha con dúo, frente a la tumba de su madre.

Este trabajo fílmico, pasó fugazmente en Cineteca Nacional —donde el cine de alambritos y ahora también el de calambritos no se exhibe (ver nota: Fiebre y tos antes de la Muestra Internacional de Cine 65)—, corrió con suerte porque estuvo en Cannes, y luego como ya se dijo antes en Morelia y ya al final lo retomó la Gira de Documentales Ambulante este año —que cada vez es menos Ambulante, porque cada año visita menos estados— y este jueves, 16 de mayo, es la película con la que clausura la edición 2019, a las ocho de la noche, en la calle de Mártires de la Conquista, número 20, en la colonia Tacubaya, en la Ciudad de México. Por lo visto la fiesta de cierre pinta que será muy eufórica y colorida. ¡A quitarse las máscaras, lucir las cabelleras y presumir los movimientos exóticos de la pelvis!

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José Antonio Monterrosas
Reportero Cínico y Repicante. Foto: Ingrid Concha.

José Antonio MonterrosasFigueiras es editor cínico en Los Cínicos, ha colaborado en algunas revistas de crítica cultural.

@jamonterrosas