A VECES ME DESPRECIO

¿Por quién doblan las campanas en Metepec?

Pasé por todos y cada uno de los viejos espacios que han servido de escenografía del Festival Quimera en sus distintas ediciones. Todos lucen vacíos. Ahí no habrá más que silencio con campanadas cada hora, recordando que me debo a la creación, porque devengo de ella y porque sé que es la belleza en silencio.

Por Félix Morriña

Una vez me preguntaron si tengo una canción que delimitara mi amor por Metepec, respondí que hay dos temas: el primero es el corrido de “Soy de Metepec, señores”, cantada a todo pulmón y hasta la madre con garañonas en el Bar 2 de Abril, hace muchos, muchos ayeres; el segundo, “En la ciudad de la furia” de ya saben, Soda Stereo, la cual se la dediqué como si fuera mi pasaporte de aceptación en esa hermana República del Barro, a través de una carta escrita por mí, como el hijo de una enfermiza y decadente sociedad que deseaba a toda costa sobrevivir a su amada Ciudad de México, la cual se convirtió en una mujer en fase terminal, ¡y yo, no merecía seguir así, porque una vez más lo perdería todo!

El hijo pródigo de una “Ciudad de la Furia” en la natural belleza de Metepec, frente al Xinantécatl, desde el “Cerro de los Magueyes”, le hablé como el amado hijo adoptivo de las aulas del saber cotidiano de la Máxima Casa de Estudios del país, la UNAM, en territorio mexiquense, porque aquí está mi continuidad sanguínea, mi descendencia y aquí me rehabilité, sané, sembré, coseché, en donde además he amado y vivido para seguir contando historias culturales, como las que se viven en el Festival Internacional Quimera. Luego entonces, hablar de la cultura en Metepec, desde Metepec, y para Metepec, es para este interlocutor un privilegio, un lugar ganado a pulso.

Cuando escucho las campanas de las distintas iglesias de los barrios del centro de este municipio mexiquense en luna roja de octubre anunciando la llegada del Quimera, dictándonos los horarios del día a cada hora, no me encabrono como otros fuereños aún no adoptivos —y tal vez nunca lo serán porque no aman al pueblo y sólo lo habitan como ánimas—, me enaltezco, porque soy Por quién doblan las campanas, como diría un maestro de maestros llamado Ernest Hemingway.

Como esas mismas campanas retumban los ecos en mi corazón de Goran Bregovic, Emir Kusturica, Joan Manuel Serrat, Diego “El Cigala”, Michael Nyman, Willy Colón, Víctor Manuel y Ana Belén, así como de Óscar Chávez, Poncho Sánchez, Jaime López, Vicentico, Café Tacuba, Santa Sabina, Fratta, Fito Páez, Fobia y centenares de artistas que han dejado huella de su talento a lo largo de 29 años en los distintos escenarios públicos del Festival Internacional de Arte y Cultura Quimera de Metepec.

La memoria visual y emocional se satura de bote pronto en mí, al tratar de registrar en texto todo lo que he vivido a lo largo de 22 años de 30 que cumplirá este 2020 el Festival Quimera.

No sólo han dejado huella sonora estos artistas, sino que cada una de las bellas artes que se han manifestado y registrado a lo largo de todo este tiempo en la memoria colectiva y en algunos medios de comunicación masiva. Son muchos, muchos nombres para citarlos todos, pero a todos se les rindió pleitesíay críticas en su tiempo y espacio. De lo contrario, lo hago extensivo ahora mismo.

Recuerdo caminar de manera incansable las calles del Pueblo Mágico de Metepec cada año en octubre, desde hace 22 años que llegué a este “Cerro de los Magueyes”. Recuerdo subir escenario tras otro para registrar, de manera visual y verbal, las actuaciones de los artistas en turno. Siempre siguiendo los protocolos escenográficos pactados con los artistas, managers, equipo de producción y demás actividades en torno a un escenario, porque sé lo que es ese altar, desde donde se fabrican los sueños. Muchas transmisiones han quedado para la posteridad, y muchas serán diferentes y diferidas, según las circunstancias, a partir de ahora, a partir de este año.

El cronista Félix Morriña saboreando un café en la edición del Quimera 2018.

Desde que tengo memoria periodística de hacer cultura, para darla a conocer a los lectores, espectadores e interesados en ella, en esa programada para los festivales masivos, este año será por completo diferente, pero nos adaptamos y haremos el trabajo que nos compete para difundir y promover la cultura que se hace en casa, en Metepec, donde el talento local brillará en la edición conmemorativa del 30 aniversario de uno de los festivales culturales gratuitos más importantes del país: el Festival Quimera, como popularmente se le conoce. 

Quimera será presenciado en línea este año, por Facebook Live de las cuentas del ayuntamiento de Metepec y la Dirección de Cultura. El público que antes abarrotaba la Plaza Juárez, las Escalinatas de El Calvario, el Teatro del Museo del Barro, el Teatro Quimera, el Mercado Artesanal, el Bar 2 de Abril, el ex Recinto Ferial y demás espacios, donde quedó registrada la historia del Quimera en vivo y en directo, de manera presencial, lo verán ésta vez desde casa, a través de internet, como ahora se hacen las cosas.

Las autoridades prometen un festival acorde a la llamada “nueva realidad” y asumimos que veremos un primer esfuerzo plausible, a partir del próximo fin de semana, el sábado 10 de octubre para ser precisos, cuando veamos cómo superan día tras día el reto de armar un festival en línea.

Para los que están en la organización del festival, es tarea titánica, porque ahora tienen que grabar las presentaciones de los grupos con un nivel de calidad a la altura de un Quimera, como si estuvieran en vivo, pero no; luego, programar la transmisión, para después, difundir por doquier todo ese esfuerzo. ¡Claro!, habrá otras formas de transmisión, pero no dejaremos pasar cómo lo fueron armando, para que ustedes queridos seguidores de las multiplataformas, sepan de esta labor en su primera vez.

Agradezco a todos y cada uno de los que en su momento ayudaron a concretar con éxito mi labor dentro del Quimera. El público, a quien nos debemos, también se los agradecí en su momento. La memoria visual y emocional se satura de bote pronto en mí, al tratar de registrar en texto todo lo que he vivido a lo largo de 22 años de 30 que cumplirá este 2020 el Festival Quimera.

Para muchos, será como empezar de cero en un festival con el peso histórico que posee Quimera, lo cierto, es que para todos es nuevo lo que se llevará a cabo del sábado 10 al domingo 30 de octubre, cuando festejemos la fiesta del espíritu cultural del Valle de Toluca, con la edición 30 del Festival Internacional de Arte y Cultura Quimera de Metepec.

Antes de terminar esta entrega, les cuento que recorrí Metepec a paso lento bajo bella luna roja de octubre, disfrutando del solitario paisaje con helado clima, sin nostalgia que deprima, sino la que te permite avanzar tras el concilio con uno mismo y con los tuyos en vida. Pasé por todos y cada uno de los viejos espacios que han servido de escenografía del Festival Quimera en sus distintas ediciones. Todos lucen vacíos. Ahí no habrá más que silencio con campanadas cada hora, recordando que me debo a la creación, porque devengo de ella y porque sé que es la belleza en silencio.

Aguardemos el momento de que nos den el pase de entrada a la experiencia virtual, cibernética, intertextual y lenguaje visual con nivel cognoscitivo en algoritmos, ¡vamos!, ver por internet en la pantalla de los dispositivos electrónicos a tu alcance y bolsillo, lo que nos han programado dentro de la edición 30 del Festival Internacional de Arte y Cultura Quimera 2020. Las autoridades darán a conocer en sus redes sociales la programación a partir de la tarde del miércoles 7 de octubre, tiempo suficiente para agendar lo que escojan ver a partir del sábado 10 de octubre.

¡Nos conectamos y saludamos en algún momento en la red!

¡Sin miedo al éxito, camaradas!

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Dandy pero punk.

Félix Morriña es periodista y promotor ex etílico-neo canábico cultural. Columnista en Impulso, Semanario Punto Revista Ágora. “Este oficio sí es para cínicos”, podría ser el título de su libro de crónicas culturales.AnunciosAnunciosAnuncios