A VECES ME DESPRECIO

Una ruta ideológica para todo novel viajero

Mientras escribo estas líneas, dejo de fondo la melancolía, la frustración, la manifestación del sentir femenino con todo su teatral y cinematográfico pagüer, así como su amoroso encanto misterioso, entre punk rock y art rock; entre filosa poesía, como propositiva forma de comunión social de PJ Harvey.

Por Félix Morriña

Esta entrega está pensada en los que, por primera vez en su vida, harán un viaje internacional. También en aquellos que realizarán su primer vuelo en avión en pleno fin de año pandémico. Y es en ese sentido, que rescato lo que dijo la cantante PJ Harvey a la revista Rolling Stone, por allá de 1995, respecto a que creció escuchando a músicos como John Lee Booker, Robert Johnson, Jimi Hendrix y Captain Beefheart, esos “compasivos” artistas que desde muy temprana edad permanecieron en su vida y que parecen aflorar más a medida que envejece la cantante.

La creadora de las rolas “A Place Called Home” y “Red Light”, por mencionar algunas, cree que el camino que forjamos a medida que enruquecemos es el resultado de lo que sabíamos cuando éramos niños, lo que me remonta a la legendaria frase de Sigmund Freud de: “infancia es destino.”

Con su medio siglo de vida a cuestas, la también investigadora, activista y poeta Polly Jean Harvey, me hizo reflexionar acerca de la importancia del viaje y de lo que significa vivir plenamente, aprovechando todas y cada una de las oportunidades que nos ha tocado probar en este largo y pedregoso viaje, pero al mismo tiempo placentero como hayamos querido.

Así es que cada vez que me preguntan: ¿qué debe hacer toda persona que sale de su país, sean cuales sean sus motivos? Les digo que ante todo representan un pedazo de una nación como persona, como individuo, como ciudadano; que son lo que comen, lo que respiran, lo que leen, lo que sienten, lo que piensan, lo que hacen y dejen de hacer; que son hijos de una latitud con determinado clima, usos, costumbres y credos, como también lo que hayan aprendido en la vida hasta ese momento en el que salen y dejan su nación, sea cual sea su edad, pero mucho más relevante si es durante la adolescencia, pues la experiencia es mucho más profunda. Es un parteaguas.

Les digo que anoten, graben y registren todo en un diario de viaje mental y físico, porque en definitiva ese será un punto y a parte en su existencia. Es fundamental saber a dónde se dirigen, conocer lo más que puedan del entorno de su destino en diversos rubros, tener la mirada puesta en el objetivo que van a cubrir, no omitir detalles.

¿Y si viajan porque tienen una vida extrema o violenta? Les digo que eviten a toda costa mirar hacia en frente o al pasado, porque deben poner atención en los pasos de futuro inmediato, que es el presente que avanza. Les digo que se quiten ese carcelario olor a pasado. 

¿Y si al viajar se enfrentan a situaciones extremas y no están capacitados para ello? Les digo que sigan las indicaciones de las personas a su cargo, o de las personas que están a su resguardo con la debida confianza. 

Con su medio siglo de vida a cuestas, la también investigadora, activista y poeta Polly Jean Harvey, me hizo reflexionar acerca de la importancia del viaje y lo que significa vivir plenamente; aprovechando todas y cada una de las oportunidades que nos ha tocado probar en este largo y pedregoso, pero al mismo tiempo placentero viaje como hayamos querido.

¿Y si los que viajan tienen vidas socialmente aceptadas por correctas? Les digo que se dejen llevar, que sean esponjas, que se alimenten de todo lo que les permita desarrollar sus capacidades y habilidades que no conocían hasta entonces; que mantengan todos los sentidos alertas y que sigan todos los protocolos que dicten las normas que deberán seguir durante su estancia; que sean prudentes, compórtense para no ser agredidos, identifiquen los focos rojos, las zonas de restricción o de conflicto, que no se arriesguen por ningún motivo. 

Les digo que recuerden que están en la etapa de aprendizaje, de vivir en plenitud, de disfrutar todo lo que la vida les brinda. Conserven la calma todo el tiempo y manténganse en contacto con sus seres amados y queridos. No pierdan de vista sus documentos, son lo más valioso después de su integridad. No hay necesidad de hacer más. En caso contrario, habrá otros protocolos que seguir, y eso es otra historia.

Mientras escribo estas líneas, dejo de fondo la melancolía, la frustración, la manifestación del sentir femenino con todo su teatral y cinematográfico pagüer, así como su amoroso encanto misterioso, entre punk rock y art rock; entre filosa poesía, como propositiva forma de comunión social de PJ Harvey con las rolas “Good Fortune”, “It’s That All There Is?”, “We Float”, entre  muchas otras que el reproductor de canciones suelta para acompañarme en esta ruta ideológica para todo novel viajero.

Por cierto, escucho una de las mejores melodías de PJ Harvey que habla sobre la muerte. Ésta es “All and Everyone”, la cual este servibar se la dedica a todos los que ya no están aquí e hicieron mejor nuestras vidas.

Así dice:

“La muerte estaba en todas partes/ En el aire/ Y en los sonidos/ Desapareciendo de los montículos/ De la cresta de Bolton/ El anclaje de la muerte/ Cuando rodó un humo/ O dijo una broma/ Fue en la risa/ Y agua potable/ Se acercó a la playa/ Como cuerdas de cortadores/ Cayó en el mar y se quedó a nuestro alrededor./ La muerte estaba en las antiguas fortalezas/ Bombardeado por un millón de balas/ De los artilleros, esperando en los polis/ Con corazones que amenazaban con hacer estallar sus cajas,/ A medida que avanzamos hacia el sol/ La muerte fue todo y todo el mundo./ Como nosotros, avanzando en el sol/ Como nosotros, avanzando cada hombre/ Como nosotros, avanzando en el sol./ La muerte colgó en el humo y se aferró/ A 400 acres de playa inútil/ Un banco de tierra roja, goteando/ La muerte es ahora, y ahora, y ahora/ La muerte estaba en todas partes/ En el aire y en los sonidos/ Desapareciendo de los montículos/ De la cresta de Bolton/ El anclaje de la muerte/ La muerte estaba bajo el sol mirándonos/ Fijando sus ojos en todos/ Se sacudió los huesos de los jinetes ligeros/ Todavía tumbado ahí fuera a la intemperie./ Como nosotros, avanzando en el sol/ Como nosotros, avanzando cada hombre/ Como nosotros, avanzando en el sol/ Canta ‘muerte a todos y en cada uno’”. 

Otros desprecios:

Todas las rolas que le comparto a continuación, de la singular y lánguida artista británica, son una delicia y son un rock para escucharse en esas madrugadas en las que sólo quieres disfrutar todo a media luz, sin mayor pretensión que dejar que sucedan las cosas.

Aquí van:

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Dandy pero punk.

Félix Morriña es periodista y promotor ex etílico-neo canábico cultural. Columnista en Impulso, Semanario Punto Revista Ágora. “Este oficio sí es para cínicos”, podría ser el título de su libro de crónicas culturales.Anuncios