A VECES ME DESPRECIO

Un poema expansivo encantadoramente denso

Hielo es un poema expansivo encantadoramente denso en momentos de congelación generalizada, porque estos tiempos aciagos nos permiten ver cómo poco a poco la gente, la sociedad, no sólo se congela, sino se zombifica y muta en la fría y despiadada ignorancia.

Por Félix Morriña

José María Arreola.

“Utilicé la toxicidad para hablar de ese mundo”, me señala José María Arreola, quien se encuentra en su casa en Tepoztlán, Morelos, mientras lo escucho en el auricular del teléfono en mi hogar, en Metepec, Estado de México. 

Lo escucho tranquilo, afable y feliz a Chema, como le gusta que le llamen sus amigos a este excelso baterista mexicano, y quien está dispuesto a hablar largo sobre Hielo, su nuevo proyecto cultural que es un poema musicalizado expansivo, encantadoramente denso, profundo, compuesto desde y para la psique de un atormentado politoxicómano del siglo XXI en México. 

Hielo tiene una duración de 15 minutos y está dividido en nueve partes musicales diferentes, con adaptación para espectáculo multidisciplinario en escenarios teatrales.

“No he caído a todas las cosas que sugiero en el poema, gracias a Dios”, recalca Chema Arreola sobre el proceso creativo que lo llevó a componer este poema. Dice, por ejemplo, en la parte II de Hielo: “Dios:/ que entre una bocanada/ de tu evangelio en mis pulmones./ Inhalemos piedra filosofal,/ clonazepam de 2 mg,/ jeringas, MDMA,/ cocaína y cristal./ Padre nuestro:/ que estás en los suelos:/ el Gólgota espera,/ furioso de sed”.

Para muchos es una clara descripción de la autodestrucción de un ente enfermo que desea marcar la diferencia; para otros, es la ruta transitada por la que no desearían volver jamás; en otros casos, es una declaración preventiva de sucesos atroces y, sin lugar a dudas, la real visión de millones de seres al filo de la cornisa.

“La literatura te permite hablar del tema de los excesos, pero desde luego, he tenido una vida ruda que está ahí manifiesta. Me parece importante decir: que para que un poema se cumpla, debe tener equilibrada la verdad estética, como la verdad narrativa. Yo creo que Hielo es un símil de lo que para mí es ese mundo. Tal parece que hoy el mundo es sólo cocaína, la caída de Dios, la caída de la esperanza, la pérdida del futuro, la búsqueda del Like a toda costa, la separación del otro, la concentración de la imagen, la conversión de un avatar, la sensación de que el futuro y el placer, y todo lo demás, significan eso: el ostracismo al que nos invita la vida virtual. El poema Hielo pretende todo eso”, acota un Chema Arreola sumergido en la delimitación interna de su propia obra.

Hielo tiene una duración de 15 minutos y está dividido en nueve partes musicales diferentes, con adaptación para espectáculo multidisciplinario en escenarios teatrales.

“A quienes mordimos el polvo/ y jugamos al cíclope/ en el espejo de picar./ Al niño que yace/ sobre la plancha fría/ isquémico y vacío,/ libre de su monstruo polar./ A los que se van/ en la noche que no eligieron;/ ladrones, transexuales y sicarios,/ a los enfermos:/ Mar”, se lee en la parte VI de Hielo.

Para los que no conozcan a Chema Arreola, les podemos decir en corto que es uno de los mejores bateristas de habla hispana, cercano a bandas como La Barranca, San Pascualito Rey, Monocordio, Arreola + Caballo, LabA y tocado con otro gran bataco, Alfonso André de los Caifanes y Jaguares. Ha tocado en grabaciones de Botellita de Jerez y Los Dorados. Escribió la novela Aire en espera (Rhythm & Books, 2009) y colaborado en revistas especializadas de música. ¡Vamos, es un ente obligado para cualquier melómano!

Hielo contó con la participación de músicos formados dentro de la escena sonora de Chema Arreola, que hicieron del disco, una propuesta seria en medio de tanta confusión e incertidumbre sociocultural, económica y política derivada de la pandemia por el Covid-19. 

Participan en el disco, su hermano Alonso Arreola y sus amigos Andrés Loewe, Lari Ruíz Velasco, Alejandro Otaola, Raúl Vizzi y Jairo Guerrero en las “Techxturas Sonoras”.

Para todos los interesados en este vanguardista y sofisticado proyecto poético sonoro mexicano, pueden consultar la página oficial www.hielo.site donde encontrarán el poema completo, en donde hay una mención al rapero venezolano, Tyrone José González Orama, mejor conocido como “Cancerbero”, así como todos los detalles de la producción titulada Hielo de Chema Arreola, como también los datos para adquirir el disco, ya sea en formato digital por Spotify, o el formato físico.

Las 300 copias, con edición especial de la editorial comunitaria de Tepoztlán, Morelos, La Hoja Doblada, de Aneleé Rosell y Tayde Bautista, serán firmadas por Chema Arreola. El diseño del disco físico termina por convertirse en un póster de 60 X 45 centímetros, hecho por Jero Toledo, encargado del discurso estético. Hielo fue editado por Days Without End (DWE) Records, sello fundado por Jairo Guerrero en el 2019.

En resumidas cuentas, Hielo es un poema expansivo encantadoramente denso en momentos de congelación generalizada, porque estos tiempos aciagos nos permiten ver cómo poco a poco la gente, la sociedad, no sólo se congela, sino se zombifica y muta en la fría y despiadada ignorancia.

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Dandy pero punk.

Félix Morriña es periodista y promotor ex etílico-neo canábico cultural. Columnista en Impulso, Semanario Punto Revista Ágora. “Este oficio sí es para cínicos”, podría ser el título de su libro de crónicas culturales.